Kolinda Grabar.

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La felicidad de la presidenta de Croacia: abrazos a lo suyos, a los franceses y a los árbitros

Kolinda Grabar, a pesar de la derrota de su selección contra Francia (4-2), ocupó todas las miradas por sus felicitaciones a los rivales.

15 julio, 2018 20:38

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“¿Quién es la presidenta de Croacia?”. Hasta hace unos días, pocos lo habrían adivinado. Ni siquiera lo habrían buscado en Google. Sin embargo, tras la final del Mundial, todos la conocen. Kolinda Grabar, junto a su selección, se ha granjeado la simpatía de medio planeta. ¿Por qué? Entre otras muchas cosas, por la celebración de sus goles, por su atuendo –llevó la camiseta de su país en la final–, por sus abrazos –a todos y cada uno de los jugadores (también a los rivales y a los árbitros)– y por renunciar a sus privilegios: se ha pagado de su bolsillo todas las entradas a los partidos del equipo de Dalic y también los viajes a Rusia.


Kolinda, ni siquiera tras la derrota de su selección (4-2), exhibió tristeza en público. Tras la final, situada junto Emmanuel Macron, presidente francés, felicitó a todos sus jugadores… y también a los del rival. Un abrazo. Otro. Y otro más. Y a seguir. Ella es así. Sabía que estaba ante algo único. Croacia, por primera vez, había llegado a la final de un Mundial. Pudo hacer historia. Pero Francia pasó por encima. Griezmann, Mandzukic (propia puerta), Pogba y Mbappé dieron al traste con las aspiraciones croatas.


Pero bien, ¿quién es Kolinda Grabar? La presidenta croata, nacida en Rijeka, es hija de carniceros y ha vivido en diferentes países. Estudiando secundaria, entró en un programa de intercambio y se marchó a estudiar a Nueva México (Estados Unidos). Después, estudió una triple licenciatura (inglés, español y literatura) en Zagrev y realizó un Máster en Relaciones Internacionales. También recibió la beca Fullbright.


Ese currículum la catapultó hacia el departamento de cooperación internacional del Ministerio de Ciencia y Tecnología. Se incorporó a su partido, el conservador HDZ –que apostó fuertemente por la independencia de Croacia– y fue nombrada ministra de Asuntos Exteriores y Europeos. Después, en 2008, fue nombrada embajadora en Estados Unidos.


En 2015, y tras ser subsecretaria general de la diplomacia pública en la OTAN, se presentó a las elecciones y se convirtió en la primera mujer en presidir Croacia. Hizo algo histórico. Mientras, su marido, licenciado en la Facultad de Estudios Maritimos de Rijeka, cuidó a sus hijos. Y, después, retomó su carrera profesional en una empresa fabricante de piezas de plástico.


Eso sí, a su marido no se le ha visto en Rusia. A ella, sí. De hecho, su actividad en las redes sociales y su actuación ‘estelar’ en la final la han aupado a un protagonismo que nunca buscó, pero que encontró. Lo mismo que le ocurrió a Croacia, que nunca aspiró a jugar la final, pero llegó pasando a cuartos y semifinales tras dos tantas de penaltis consecutivas y a la final después de una prórroga frente a Inglaterra. Y en la final, cayó. Pero dio igual. La felicitación a los rivales llegó... de la mano de su presidenta.