Instalación en la tercera edición de la Bienal.

Instalación en la tercera edición de la Bienal. Bienal de Çanakkale

Cultura ARTE Y LIBERTAD

La última víctima de Erdogan: el arte comprometido con los inmigrantes

La Bienal de Çanakkale, que se iba a celebrar en Turquía, se ha visto obligado a cancelar su quinta edición por la situación política. 

6 septiembre, 2016 16:33

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La quinta edición de la Bienal de Çanakkale ha sido cancelada por el tenso clima político que está viviendo Turquía. A tres semanas de la inauguración los organizadores se han visto obligados a cancelar todas las actividades y su directora, Beral Madra, ha dejado su puesto. El fallido golpe de estado del mes de julio y las continuas represiones a la libertad de expresión han hecho que la situación sea insostenible para los artistas turcos.

La Bienal de Çanakkale es una organización sin ánimo de lucro, cuya misión es “desarrollar actividades de promoción y liderazgo del pensamiento para la comunidad internacional de las artes y atraer e inspirar a diversas audiencias no profesionales”, cuenta la organización en su web. Desde hace cinco años los organizadores han tejido una red de colaboradores internacionales para el fomento del arte contemporáneo, el diseño y la arquitectura. Es decir, todo lo contrario a lo que pretende Erdogan que ha aplicado la Ley Antiterrorista contra los artistas, como ya contó EL ESPAÑOL. Turquía es uno de los cinco países más opresores con los artistas -sobre todo con los músicos-, según la ONG danesa Freemuse.

El tema del festival era la inmigración por ser una de las "cuestiones más urgentes en Turquía" pero tratado desde un punto de vista universal

La edición de este año iba a centrarse en la inmigración, “por ser una de las cuestiones más urgentes en nuestra región”, afirman los organizadores. Sin embargo, en su voluntad de ampliar fronteras, la Bienal de Çanakkale no limitó el problema migratorio a Oriente Medio, lo amplió a la idea de “ser desgarrado de la tierra natal” desde un punto de vista universal. Ante la imposibilidad de desarrollar el evento con normalidad los organizadores se sienten “profundamente entristecidos” por lo sucedido y recalcan el hecho de que “el programa político” del país “no ponga el arte como preocupación”.

“En estas circunstancias donde el arte es eclipsada por los acontecimientos y también debido a la atmósfera de sensibilización causada por las realidades que nos rodean, hemos perdido nuestra capacidad y entusiasmo para llevar a cabo la bienal en línea con nuestra valores vitales”, señalan en un comunicado. A raíz del cierre y coincidiendo con el aniversario de la muerte de Aylan Kurdi (el niño kurdo que apareció muerto en una playa turca) la organización ha decidido dedicar la no celebración del evento a “todas las personas que han sido expulsadas de sus casas”.