De forma directa o indirecta, el nombre de Alessandro Lequio (62 años) ha aparecido con mucha frecuencia en los medios de comunicación en los últimos tiempos, quizás incluso más de lo que le gustaría al colaborador televisivo. El nacimiento de su nieta, Ana Sandra, ha causado un revuelo mediático y social del que ha tratado de mantenerse alejado. Pero, ese huracán también ha tenido alguna secuela para él. La propia Ana García Obregón (68) ha sido la encargada de poner el broche a El chico de las musarañas (editorial HarperCollins), el libro que inició su hijo Aless.

En esta publicación, entre otras cosas, hemos podido conocer un asunto hasta ahora desconocido en relación a Alessandro Lecquio. Cuando se empieza a hablar de los primeros síntomas de la enfermedad de su hijo, el libro acaba revelando que el colaborador televisivo padece la enfermedad de Von Willebrand.

Funcionamiento peculiar

Detrás de ese curioso nombre se esconde un trastorno caracterizado por el hecho de que la sangre no coagula de forma adecuada. Uno de los aspectos peculiares es que se trata de una enfermedad, en la mayoría de los casos, congénita, por lo que el paciente nace con ella tras heredarla de uno de sus progenitores. Y es ahí, a través de ese razonamiento, cuando conecta la enfermedad de Von Willebrand, ya que Aless Lecquio conoció este problema de salud a través de su propio padre por si tenía algo que ver con esos síntomas previos al triste diagnóstico que recibiría después.

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Ana Obregón junto a Alessandro y Álex Lecquio. Gtres

La enfermedad de Von Willebrand recibe este nombre por una circunstancia concreta: así se denomina a una proteína que en los pacientes con esta afección presenta niveles muy bajos. Otro de los aspectos curiosos de este problema de salud es que su prevalencia es relativamente alta (algunos estudios apuntan a que una de cada cien personas lo sufren), sin embargo, pocas de ellas llegan a desarrollarlo o presentan síntomas muy leves. Uno de los más comunes es el sangrado anormal, ya sea a través de los orificios nasales, en las heces o la orina (en las mujeres también durante la menstruación) o tras un tratamiento dental o una operación.

Como en el caso de Alessandro Lequio, lo importante es dar con un diagnóstico en un espacio de tiempo relativamente corto respecto a la aparición de los síntomas. La enfermedad de Von Willebrand no tiene cura pero, con un tratamiento adecuado, el paciente puede llevar una vida casi con toda normalidad. Por contra, esta dolencia puede derivar en otros problemas de salud, como la anemia.

Al ser una enfermedad heredada, se aconseja realizarse pruebas a las personas que hayan tenido antecedentes familiares, no tanto por si la desarrollan sino por la posibilidad de que transmitan ese gen anómalo a sus descendientes. Con todo, las personas con Von Willebrand pueden recurrir a un tratamiento basado en fármacos como la desmopresina (muy habitual) y estabilizadores de coágulos.