María Pombo (24 años) es todo un referente entre las influencers gracias a sus más de 1,2 millones de seguidores en Instagram. Los usuarios quieren saberlo todo de ella: su estilo, sus gustos, su relación con su marido... Si lleva el sello Pombo, vende. 

Cuando un personaje genera una fascinación tan desmedida, es habitual que los usuarios también se interesen por las personas de su entorno, generando una ola de popularidad que se extiende rápidamente a sus familiares y amigos más cercanos. En el caso de María Pombo, su marido, sus hermanas y hasta sus cuñados han pasado sin dificultad el millar de seguidores; y han sabido hacer negocio con esta oportunidad: la mayor parte de los miembros de la familia Pombo vive en mayor o en menor medida de Instagram. 

Marta Pombo, su hermana

Marta Pombo es el ejemplo perfecto de hasta qué punto el entorno de María Pombo ha sabido hacer negocio con Instagram. A su corta edad, la cántabra ya cosecha más de 320.000 seguidores que le permiten trabajar como influencer con marcas de la talla de Smint, Mahou, Evax o Drumwit. 

Su perfil, cuidado hasta el extremo, sigue una tendencia similar al de su hermana con fotografías cálidas en las que predominan los colores blancos y marrones y un estilo basado en ropa casual con un toque informal. La joven, además, alterna publicaciones de su vida privada con otras donde colabora con diferentes marcas. 

Esta semana la hermana de María Pombo ha descubierto la parte negativa de esta fama, pues ha tenido que hacer frente a los rumores sobre su ruptura con su prometido Luis por una supuesta infidelidad. 

La joven se ha visto muy afectada por estas habladurías, hasta el punto de compartir una serie de Instastories donde ha negado que el surfista le haya sido infiel, a la vez que criticaba a todos los que hablaban de su vida privada. "Así que eso, a ver si todos los que os aburrís tanto con vuestras vidas de mierda, que solo queréis sacar y hablar mierda de donde no la hay, a ver si os da por escribir un libro sobre vuestra miserable vida, ¿vale?", explicó visiblemente afectada la influencer. 

Pablo Castellano, su marido

Las parejas de los influencers siempre son de los primeros en recibir la ola de popularidad que emana del famoso, como Alba Paul con Dulceida (29) o el rapero Fedez con Chiara Ferragni (32). La relación de María y Pablo se conoció en enero de 2016, y en solo tres años de noviazgo sus seguidores se han multiplicado hasta alcanzar la suculenta cifra de 252.000 followers. 

Castellano ha sacado provecho a esta oportunidad y compagina su trabajo en el sector de la construcción con su faceta influencer. Ser el más cercano a María Pombo le ha valido trabajar con marcas de la talla de Land Rover o Pepe Jeans; y hasta protagonizar un anuncio de una conocida firma de moda junto a la cántabra. 

Las marcas que se fijan en Pablo Castellano buscan un público diferente al de María Pombo: hombres, de alto nivel social, que se preocupan por detalles como una buena alimentación o la ropa de marca. 

Lucía Pombo, su hermana

Con más de 138.000 seguidores, Lucía Pombo también puede presumir de tener el suficiente peso dentro de Instagram para poder hacer un buen negocio con las marcas. Sin embargo, esta hermana de María Pombo usa su red social más para mostrar su vida personal que para colaborar con las firmas. 

Una diferencia que no evita que también saque provecho de esta fama. La mayor parte de las empresas con las que trabaja Lucía están dedicadas al mundo de la cosmética o de la belleza, como Granier, Brownie o Rituals. 

En lo que sí se parece a sus hermanas es en la estética de su perfil: fotografías editadas para conseguir una paleta de colores apagados; y poses divertidas con impresionantes paisajes de fondo. 

Gabriela, su 'hermanastra'

Aunque María Pombo se refiere a Gabriela como su hermana, su familiaridad no se debe a la sangre, sino a un tema más religioso: esta joven de 16 años es la ahijada de Víctor Pombo, el padre de la influencer. 

Hasta hace pocas semanas, Gabriela era una adolescente más que usaba su Instagram para publicar sus viajes, compartir algunas fotografías con sus amigos y, si surgía la oportunidad, hacía alguna pequeña colaboración. Sin embargo, este último mes ha estado de vacaciones con la familia de sus padrinos y el efecto María Pombo ha surtido su efecto con una rapidez apabullante. 

Gabriela, en una fotografía de sus redes sociales.

La joven empezó a aparecer en los instastories y en las publicaciones de la influencer haciendo gracias y bromas, por las que muchos decidieron empezar a seguirla. En menos de dos días alcanzó los 50.000 seguidores, ante la sorpresa de la propia adolescente: "Intentaré estar a la altura. No os voy a decepcionar mi gente. 50K", aseguraba. Una semana después, esta cifra ya ronda los 96.000 seguidores. 

Y con sus escasos 16 años no ha tardado en hacer negocio con esta popularidad. Ya ha colaborado con un salón de moda madrileño, con una firma de mochilas e incluso ha realizado un sorteo con un ilustrador.  

Álvaro López, su cuñado

Álvaro López es la pareja de Lucía Pombo, y en su Instagram tiene más de 40.000 seguidores. Aunque el cuñado de María Pombo no tiene un gran peso en esta red social, puede presumir de trabajar para firmas de la talla de Nordic Life Water o perfumes de Armani. 

El perfil de López es similar al de Pablo Castellano: imágenes cuidadas enfocadas a un público joven de clase social alta, interesados en productos de marca, tanto ropa como cosméticos. 

Luis Giménez, su cuñado

El prometido de Marta Pombo, Luis Giménez, también ha sentido la influencia del efecto Pombo en su Instagram, donde tiene más de de 36.000 seguidores. A pesar de que es el que menos seguidores tiene dentro de la familia Pombo, el surfero ha sabido sacarle un gran provecho a estos usuarios y trabaja como influencer. 

El joven se puede ganar la vida con esta red social porque su perfil está enfocado a un público muy específico: jóvenes interesados en el surf, en el skate y en los viajes. Luis Giménez ha colaborado con marcas de renombre como Drumwit, Lacoste o Izod. 

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