Lo que parecía un nuevo capítulo del drama confeso que viven los duques de Sussex por culpa de la propia Casa Real británica, y especialmente de los medios, se está volviendo en su contra. Este pasado miércoles, 17 de mayo, un portavoz del príncipe Harry (38 años) y de Meghan Markle (41) informaba de que la pareja se había visto involucrada en una persecución que fue "casi catastrófica" por coches de paparazzi en Nueva York. Sucedía a la salida de la entrega de premios organizada por la Ms. Foundation for Women, en la que la exactriz fue galardonada.

Sin llegar a nombrarla, se buscaba una similitud con el accidente que le costó la vida a Diana de Gales. Sin embargo, la versión de lo sucedido ha sido rápidamente desmentida tanto por el alcalde de Nueva York como por la Policía.

El relato que hace el hijo menor del rey Carlos III (74) a través de su equipo es, cuando menos, exagerado para las autoridades. Se explica que los fotógrafos les persiguieron durante dos horas de manera agresiva y que provocó "casi colisiones que involucraron a otros conductores en la carretera, peatones y dos oficiales de New York Police Department". 

[Harry y Meghan, implicados en una persecución "casi catastrófica" por coches de paparazzi en Nueva York]

Sin embargo, la propia Policía ha salido al paso de estas informaciones asegurando: "El martes 16 de mayo por la noche, la Policía de Nueva York ayudó al equipo de seguridad privada que protegía al duque y la duquesa de Sussex. Hubo numerosos fotógrafos que hicieron que su transporte fuera un desafío. El duque y la duquesa de Sussex llegaron a su destino y no se informaron colisiones, citaciones, lesiones o arrestos al respecto". Primer desmentido rotundo.

Además, el alcalde de la ciudad, Eric Adams (62), ha hablado ante los medios y ha dicho: "Me resulta difícil de creer que haya habido una persecución de dos horas a alta velocidad. Incluso una persecución de diez minutos sería muy peligrosa en Nueva York porque tenemos mucho tráfico, mucho movimiento, mucha gente en las calles".

Con estas dos versiones similares de lo que en realidad pudo haber sucedido, se desmonta parcialmente lo contado por los Sussex en lo que muchos ven un intento de volver a compararse con Diana de Gales. De hecho, según publica The Times, el príncipe Harry le habría dicho a sus amigos que el desagradable incidente fue lo "más cerca que me he sentido" de comprender lo que sucedió la noche en que mataron a su madre. No es la primera vez que hace esta comparación.

Cabe recordar que tanto en las entrevistas que ha concedido como en su libro, Spare, crea un paralelismo con lo sufrido por su esposa de parte de los medios y lo vivido por Lady Di.

Sea como fuere, en esta ocasión todo podría haber sido más bien una exageración de lo que realmente sucedió. El taxista que recogió a la pareja y a la madre de Meghan, Doria Ragland (66), que iba con ellos, también ha hablado en la prensa británica y ha dicho :"No fue como una persecución de coches en una película. Nunca sentí estar en peligro". Mientras Buckingham calla ante este nuevo escándalo, la imagen pública del príncipe Harry y su esposa ha quedado en entredicho. Ellos insisten en su versión, pese a todo.