Este postre es un clásico británico que se podría servir cerca de un poco de coronation chicken o de unos sándwiches de pepino. Consta de un bizcocho elaborado a partir de dátiles, muy jugoso y bañado por una lujuriosa salsa toffee. Se sirve, normalmente, en porciones individuales siempre calientes, cerca de un poco de nata montada, helado o crema agria. Sin duda alguna, es un postre calórico, contundente y perfecto para el invierno.

Sobra decir que este postre le gustará también a los menos amantes de los dátiles, no se nota mucho su sabor en el regusto final, sólo le aportan esa jugosidad y también el dulzor característico de los mismos.

La recomendación es utilizar dátiles Medjool, que son más carnosos y tienen un regusto a caramelo fabuloso. El toque salado que se le añade aquí contrarresta muy bien el excesivo dulce para que apetezca seguir comiendo hasta el final.

Los ingredientes son fáciles de encontrar, comunes, y sólo hay un aspecto de la receta que podría variar en función de los gustos de cada uno: si incorporar los dátiles tal cual, machacados o hechos en puré. La decisión va en función del resultado que cada uno quiera. El bizcocho quedará más seco si se agregan en trozos y más húmedo si se hacen puré.

Hay que tener en cuenta que los tiempos y temperaturas del horno valen para un molde alargado de bizcocho. Si se hicieran en moldes pequeños, tipo muffin, habría que acortar el tiempo de cocción a 20 minutos.

Si el postre no se va a servir en el momento, lo recomendable es bañar el bizcocho nada más horneado con un poco del toffee. Después, a la hora de servir, trocear las porciones y calentar ligeramente el microondas.

Calentar también la salsa, porque se vuelve más sólida cuando se enfría, y ya servir el plato con la misma por encima. Todo se conserva perfectamente en la nevera hasta 2 días en el caso del bizcocho y hasta una semana en el caso del toffee.

Cómo hacer un sticky pudding

Paso 1

Deshuesar los dátiles y picarlos muy pequeñitos. Sumergirlos en el agua caliente junto con la cucharada de bicarbonato y dejar reposar durante 20 minutos.

Paso 2

Precalentar el horno a 170 ºC. 

Paso 3

Mientras que los dátiles reposan, batir la mantequilla con el azúcar hasta que empiece a espumar ligeramente. Entonces, añadir los huevos y mezclar bien.

Paso 4

Mezclar la harina con la sal y la levadura química (de bizcocho).

Paso 5

Añadir los dátiles y el agua a la mezcla de huevos, azúcar y mantequilla y mezclar. También se podría triturar el agua con los dátiles e incorporar el puré, al gusto de cada uno. Si se tritura, la consistencia del bizcocho será diferente, más húmeda todavía.

Paso 6

Añadir la harina y mezclar bien. No pasarse de mezclado, sólo lo suficiente para que todo esté bien integrado, no se quiere que se desarrolle el gluten.

Paso 7

Untar el molde con abundante mantequilla y verter la masa dentro del mismo. Llevar al horno y cocinar durante 35 minutos o hasta que, al meter un pincho, éste salga limpio. Entonces, dejar reposar 10 minutos para que pierda el calor fuerte.

Paso 8

Mientras que el bizcocho se hornea será el momento de hacer el toffee. Para ello, derretir la mantequilla en una sartén u olla baja. Cuando esté derretida, incorporar la nata y el azúcar y remover bien hasta que el azúcar esté disuelto por completo. Entonces, dejar que rompa el hervor y cocinar a fuego medio durante 5 minutos, hasta que coja consistencia. Agregar por último la vainilla y la sal y dejar atemperar ligeramente.

Paso 9

Desmoldar el bizcocho y regar, cuando todavía esté caliente, con el toffee por encima para que se impregne bien.