Diabetes.  Artem Podrez/Pexels

Diabetes. Artem Podrez/Pexels

Salud

Metformina, el fármaco común contra la diabetes que alarga la vida: reduce un 30% el riesgo de morir antes de los 90 años

Aunque su función principal consiste en mejorar la sensibilidad de la insulina, su consumo se relaciona con la longevidad.

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Las claves

La metformina, un fármaco comúnmente usado para la diabetes tipo 2, se asocia con una reducción del 30% en el riesgo de morir antes de los 90 años, especialmente en mujeres.

Un estudio a largo plazo en mujeres posmenopáusicas comparó a pacientes que tomaban metformina con aquellas que usaban sulfonilureas, mostrando mayor longevidad en el grupo de metformina.

La metformina actúa sobre múltiples vías del envejecimiento y es considerada un geroterapéutico, capaz de ralentizar procesos de envejecimiento y limitar el daño celular.

Aunque los resultados son prometedores, el estudio no puede demostrar causalidad porque no fue un ensayo controlado y aleatorizado, según advierten los investigadores.

Aunque los fármacos suelen tener un uso específico, no son pocos los casos de polifuncionalidad. Un ejemplo muy conocido es la aspirina, que se sigue usando hoy en día como analgésico pero que también ha demostrado efectos antiagregantes y de prevención frente a enfermedades cardiovasculares.

Recientemente, otro fármaco muy conocido ha demostrado tener un efecto de alargamiento de la esperanza de vida, especialmente en mujeres, aunque su uso común siempre ha sido el tratamiento de la diabetes tipo 2. Hablamos de la metformina.

Este fármaco, cuya función principal consiste en mejorar la sensibilidad de la insulina y potenciar sus efectos, se habría relacionado con una prolongación de la vida de las mujeres mayores, ayudándolas a llegar hasta los 90 años de edad de media.

Según el nuevo artículo publicado en el Journal of Gerontology, usaron datos de un estudio estadounidense a largo plazo realizado en mujeres posmenopáusicas. Se seleccionaron los registros de 438 personas, de las cuales la mitad tomaban metformina para tratar su diabetes, mientras que la otra mitad tomaba otro medicamento para la diabetes del grupo de las sulfonilurea.

Si bien el estudio presentaba algunas limitaciones, lo que se observó fue que los integrantes del grupo de la metformina tenían hasta un 30% menos de riesgo de morir antes de los 90 años que los integrantes del grupo de sulfonilureas. Esto tendría base fisiológica, explican los investigadores.

"Se ha demostrado que la metformina actúa sobre múltiples vías del envejecimiento y, por lo tanto, es un fármaco que puede prolongar la longevidad humana", describen. "Descubrimos que el inicio del tratamiento con metformina incrementó la longevidad de forma excepcional en comparación con el inicio del tratamiento con sulfonilureas entre las mujeres con diabetes tipo 2".

La metformina se usa desde hace décadas como tratamiento contra la diabetes tipo 2. Es el primer escalón terapéutico en esta enfermedad, tanto en solitario como combinada con otros fármacos más modernos.

Además, se considera un geroterapéutico, es decir, un fármaco capaz de ralentizar diversos procesos de envejecimiento en el organismo, limitando el daño sobre el ADN o promoviendo la actividad genética asociada a la longevidad.

En estudios previos ya se habría demostrado que la metformina puede frenar el desgaste cerebral o incluso reducir el riesgo de sufrir COVID persistente. Sin embargo, los científicos aún no están seguros de que el fármaco prolongue la esperanza de vida por sí mismo.

Cabe destacar que esta investigación no puede demostrar una causalidad, dado que no es un ensayo controlado y aleatorizado: los pacientes no fueron asignados a un tratamiento u otro al azar, sino que siguieron el consejo de sus médicos. Además, no hubo un grupo placebo sin tratamiento, por lo que no es posible la comparativa ideal.

Como puntos a favor, esta investigación sí dispuso de un periodo de seguimiento amplio, de hasta 14 o 15 años, siendo un periodo mucho más extenso que el habitual en los ensayos clínicos controlados.

Aun así, como sugieren los mismos investigadores, en el futuro sería adecuado realizar ensayos controlados y aleatorizados. Actualmente los estudios continúan buscando formas de mantenernos sanos durante más tiempo, y reducir el daño asociado al envejecimiento.

"La hipótesis de la gerociencia plantea que el envejecimiento biológico es maleable y que ralentizar dicho envejecimiento puede retrasar o prevenir la aparición de múltiples enfermedades y discapacidades relacionadas con la edad", concluyen. "Un objetivo clave de la gerociencia es identificar nuevas intervenciones terapéuticas y preventivas que ralenticen el envejecimiento".