Doug Whitney debería haber desarrollado alzhéimer hace veinte años, pero está totalmente sano.

Doug Whitney debería haber desarrollado alzhéimer hace veinte años, pero está totalmente sano.

Salud

El secreto de Doug, el hombre que esquiva el alzhéimer desde hace 25 años y puede tener las claves contra la enfermedad

La investigación de este caso puede abrir la puerta a conseguir fármacos o terapias para prevenir o combatir esta patología.

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Si se piensa en la investigación de una enfermedad con personas, vienen a la mente extracción de muestras y pruebas de imagen. Todo esto, evidentemente, con pacientes, porque no se puede investigar una patología en gente que no la tenga. Parece evidente, pero también puede ser erróneo.

Al menos, es lo que ha ocurrido con Doug Whitney, un septuagenario que vive en Estados Unidos. Está completamente sano, pero un equipo médico lleva 14 años investigándole en busca de las claves contra el alzhéimer, como ha contado el medio estadounidense The New York Times.

Whitney tiene una mutación genética rara que le condenaba a desarrollar esta enfermedad sobre los 40 o los 50 años y a morir, más o menos, una década después. Es lo que le ocurrió a su madre y a nueve de sus trece hermanos.

De hecho, pertenece a la familia de Estados Unidos con más casos de una mutación causante de la patología. Sin embargo, tiene 76 años y no hay ni rastro de alzhéimer. Ahora estos investigadores de la Universidad de Washington en Saint Louis, en el estado de Misuri, buscan la clave de esta suerte de milagro.

Enrico Castroflorio, neurocientífico de Laminar Pharmaceutical y de la Universidad de las Islas Baleares (UIB), cree que esto convierte al estadounidense en "un caso extraordinario de resistencia natural a la enfermedad". Además, "una oportunidad única" para entender por qué algunas personas con alto riesgo genético no llegan a desarrollar neurodegeneración.

En casi una década y media han examinado su líquido encefalorraquídeo, muestras sanguíneas y de las células de su piel, y le han realizado pruebas de imagen para ver su cerebro al detalle.

Acumulación de amiloide sin tau

La mayoría de los casos de alzhéimer se desarrollan durante la tercera edad y los síntomas aparecen después de los 65 años. Sin embargo, hay un 1% de diagnósticos que procede de una de las tres mutaciones genéticas existentes, como es el caso de Whitney y su familia, y se desarrolla de forma temprana.

En su caso, el gen afectado es el PSEN2 y esa anormalidad puede llevar a la acumulación de fragmentos de proteínas anormales y contribuir a la producción de amiloide, muy relacionada con esta enfermedad.

El pasado abril, el equipo que trabaja con Whitney publicó un estudio con algunos hallazgos resultantes de todos estos años de investigación. Una de las cosas más llamativas es que tiene el cerebro lleno de placas de amiloide, pero una concentración muy baja de proteína tau.

Además, la acumulación de esta última está concentrada en el lóbulo occipital izquierdo, que no está relacionada con el desarrollo de alzhéimer.

David Pérez, jefe del servicio de Neurología del Hospital La Luz (Madrid), explica que en la enfermedad de Alzheimer suelen aparecer ambos depósitos juntos. No obstante, la proteína tau es la que se asocia más directamente a la neurodegeneración y a los síntomas cognitivos.

Esta podría ser una de las explicaciones plausibles. Aunque tenga placas de amiloide, al contar con menos acumulación de proteína tau, su cerebro ha podido esquivar la patología. Los investigadores creen que esto puede ser fruto de otra mutación genética que tenga el estadounidense y que neutraliza o retrasa los efectos del gen dañino.

"Si se logra identificar ese mecanismo, se podrían diseñar fármacos o terapias que imiten su efecto, ofreciendo una nueva forma de prevención o tratamiento", sugiere Castroflorio, de la UIB.

Pérez está de acuerdo y cree que ese "desacoplamiento" podría servir para desarrollar "terapias centradas en prevenir la aparición y propagación de tau". Aun así, recuerda que un único factor no puede explicar todo el fenómeno. Los científicos que trabajan con Whitney lo saben y han identificado otros elementos que pueden justificar su situación.

Aparte de su ADN, el estadounidense tiene un sistema inmunológico mejor, con una respuesta inflamatoria menor, que el de otros portadores de la mutación en PSEN2.

Jorge Llibre-Guerra, neurólogo de la Universidad de Washington y coautor del estudio, le explicó a Whitney que esto podría estar protegiéndole al no haber en su cerebro una reacción exagerada al amiloide, cuenta The New York Times.

Otro hallazgo que descubrió al equipo de la Universidad de Washington fue que Whitney tiene una gran acumulación de proteínas de choque térmico. Siempre se dice que los excesos son malos, pero, en este caso, evitan que otras proteínas se plieguen incorrectamente, un problema asociado con enfermedades neurológicas.

Este exceso de proteínas de choque térmico puede estar evitando que las proteínas mal plegadas, sobre todo la tau, se extiendan por el cerebro, provocando un deterioro cognitivo, según la teoría del equipo.

Todos estos hallazgos en el caso de Whitney sugieren nuevas dianas terapéuticas concretas, como la modulación de las vías de la neuroinflamación, la potenciación de proteínas protectoras o los mecanismos que limitan la agregación y acumulación de la proteína tau, afirma Pérez, del Hospital La Luz.

No es el único caso

El de Whitney no es el único caso de una persona con una mutación genética que finalmente no desarrolla alzhéimer. Hay otras dos personas en el mundo que también han evitado la enfermedad, un hombre y una mujer.

Ambos tenían una mutación en el gen PSEN1, eran colombianos y pertenecían a la misma familia. Igual que el estadounidense, parecían condenados a sufrir alzhéimer temprano, pero se mantuvieron libres de la enfermedad más de dos décadas y murieron a los 70 años por otras causas.

En ambos casos, había acumulación de amiloide, pero los ovillos de tau eran casi inexistentes en las regiones cerebrales asociadas a la neurodegeneración, como ocurre en el caso de Whitney.

Hay una teoría científica que sugiere que los dos pudieron librarse de la patología debido a dos mutaciones genéticas distintas que ejercieron un efecto protector. Sin embargo, no hay consenso sobre ello entre los investigadores.

Tras estos tres casos, parece que el propio hijo de Whitney puede ser el siguiente en esquivar la enfermedad. Tiene la misma mutación que su padre, pero a sus 53 años no muestra síntomas de alzhéimer.

Él no cuenta con ninguna de las variantes genéticas protectoras que han identificado en su padre, pero ha participado en un ensayo con un fármaco antiamiloide y ahora recibe infusiones de otro, lo que puede estar contribuyendo a que siga estando sano cognitivamente.

Casos como estos, sobre todo el de Doug Whitney, no solo desafían el conocimiento que existe hasta ahora sobre el alzhéimer, también abren una ventana de esperanza para encontrar fármacos eficaces contra la enfermedad, sostiene Castroflorio, de la UIB. "Entender cómo su cerebro resistió podría permitir desarrollar estrategias para que otros también lo hagan".