El descenso del uso de preservativo es el principal factor tras el aumento de estos contagios.

El descenso del uso de preservativo es el principal factor tras el aumento de estos contagios.

Salud

Los expertos alertan del auge de nuevas bacterias transmitidas por vía sexual en España: de la Shigella a las hepatitis C

Las consultas médicas están detectando cada vez más la presencia, en el cuadro genital, de microorganismos relacionados con infecciones digestivas.

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El aumento de las infecciones de transmisión sexual (ITS) está arrasando España. En los últimos años, han aumentado más del triple las principales: gonorrea, sífilis y clamidia. Cada año se superan las cifras del anterior, como muestran los informes del Ministerio de Sanidad.

La gonorrea ha llegado a crecer más de ocho veces, y ha pasado de 4.562 personas diagnosticadas en 2014 a 34.401 en 2023. En el mismo periodo, la sífilis ha crecido de 3.568 casos a 10.879.

No son las únicas. En las consultas médicas están detectando cada vez más la presencia, en el cuadro genital, de bacterias que, tradicionalmente, se transmiten por vías distintas a la sexual. Es el caso de la Shigella o el Campylobacter, que causan infecciones digestivas.

Son dos ejemplos, pero también se han encontrado bacterias de infecciones respiratorias e, incluso, de todos los tipos de hepatitis (A, B y C), como advertía a EFE esta semana el jefe de servicio de Salud Pública de Cantabria, Luis Viloria.

No es algo tan descabellado como parece. La definición de ITS se basa en la forma de transmisión, no en el patógeno en sí que la provoca, explica Jordi Casabona, portavoz de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE).

"Lo que cambia es el patrón de contagio y de distribución", independientemente de las bacterias que causen la enfermedad, agrega el también coordinador del grupo de trabajo de ITS de la misma sociedad. El experto advierte de que el grupo más afectado es el de los hombres que mantienen sexo con otros hombres.

Hepatitis y relaciones sexuales

En esa lista, la hepatitis C es una de las más comunes. Esta patología se consideraba de transmisión sanguínea, pero actualmente, la mitad de los casos se contagian por vía sexual, señala Pablo Ryan, presidente de la Sociedad Española Interdisciplinaria del Sida (SEISIDA).

El experto explica que puede deberse a prácticas sexuales traumáticas (que causen pequeñas heridas), sobre todo en el sexo anal, y a compartir juguetes sexuales. En ambos casos, se pueden compartir restos microscópicos de sangre que transmitan la enfermedad.

En el caso de la hepatitis A, normalmente se contrae por contaminación alimentaria, como ocurre con la shigelosis. No obstante, con cierto tipo de relaciones sexuales, como el sexo anal desprotegido, también puede ocurrir, dice Ryan.

La hepatitis B sí que se considera una patología de transmisión sexual, ya que, además de por la sangre, se puede contagiar a través del semen y las secreciones vaginales.

Cambio en las prácticas sexuales

Casabona plantea que la proliferación de patógenos digestivos o respiratorios se corresponde con un cambio de patrón en las relaciones sexuales, como un aumento en las prácticas bucogenitales y bucoanales, detalla. "La exposición a estos patógenos es más alta y, por tanto, hay más infecciones".

Esto, agrega el portavoz de la SEE, ha sido impulsado por un contexto en el que los encuentros sexuales son más variados y frecuentes, propiciados por la facilidad que dan las redes sociales para encontrar y conectar personas.

Además, el riesgo de compartir juguetes sexuales no existe solo para la hepatitis C, también para la transmisión de otras bacterias que no tiene por qué ir en la sangre, recuerda Ryan.

En este contexto, no se puede obviar la presencia del chemsex, sesiones de sexo en grupo bajo el efecto de las drogas que pueden prolongarse durante horas. "Está asociado a un mayor riesgo de contraer una ITS".

El presidente de SEISIDA subraya también que este tipo de infecciones se puede transmitir incluso semanas después de haber sido contagiado, por lo que quien transmite el patógeno puede pensar que su cuerpo ya no lo tiene.

¿Misma bacteria, mismos síntomas?

Cuando se contrae una bacteria respiratoria o digestiva por vía sexual, la enfermedad puede ocurrir igualmente, pero los síntomas serán diferentes, cuenta Casabona. "Da igual el patógeno, esa infección va a producir mucha inflamación", apunta. Esta, a su vez, será la que provoque los síntomas.

Algunos de ellos pueden ser uretritis (inflamación en la uretra), secreción de pus en la zona genital o ulceraciones en la vulva y el escroto, entre otras, ilustra el portavoz de la SEE.

No obstante, no siempre se notará en esa zona. Por ejemplo, las enterobacterias, grupo al que pertenecen la Shigella y el Campylobacter, cursarán con una proctitis (inflamación del recto), señala Casabona.

Lo mismo ocurriría con la hepatitis A, si se contrajera por vía sexual, el paciente desarrollaría los síntomas propios de la enfermedad, no otros distintos en la zona genital, expone Asunción Díaz, investigadora del Centro Nacional de Epidemiología, perteneciente al Instituto de Salud Carlos III (CNE-ISCIII).

La ausencia de síntomas visibles en la zona genital puede hacer que estas dolencias pasen desapercibidas, advierte Casabona. "[Los pacientes] pueden estar así varias semanas sin un diagnóstico y sin pensar que puede ser una ITS".

Tanto el portavoz de la SEE como Ryan están de acuerdo en que esta situación es fruto de una despreocupación de la sociedad, que ha perdido el miedo a las ITS y usa cada vez menos el preservativo.

Esta falta de protección es la que propicia que las bacterias "pasen de un lado a otro" sin control, puntualiza Casabona. "Un microorganismo que está en la faringe puede luego aparecer en la vía genital y producir síntomas".