Las diferencias en la percepción de la salud entre hombres y mujeres se acentúan con la edad.

Las diferencias en la percepción de la salud entre hombres y mujeres se acentúan con la edad.

Salud

El dramático deterioro de la salud de la mujer a partir de los 65 años en España: "Viven más pero peor que el hombre"

A partir de los 65 años, la salud de las mujeres en España empeora más que la de los hombres debido a causas biológicas y sociales.

Más información: Los hombres, cada vez más sanos: su vida con salud crece el doble de rápido que la de las mujeres

Publicada

En España, las mujeres tienen peor salud que los hombres. Desde que comenzó a hacerse la Encuesta Nacional de Salud, hace más de 30 años, han puntuado más bajo. Y esto no hace más que aumentar con la edad, especialmente a partir de los 65 años.

Los últimos datos de esta encuesta, correspondientes al año 2023, muestran que, mientras el 78% de los hombres considera que tiene una buena salud, solo piensan lo mismo el 70,2% de las mujeres, casi 8 puntos porcentuales menos.

Hasta los 15 años, la situación es similar entre ellos y ellas. A partir de ahí, las diferencias van agrandándose, con un primer hueco serio entre los 45 y los 54 años: mientras el 77,1% de los hombres mantiene buena salud, en las mujeres el porcentaje ha caído al 67,6%.

Entre los 55 y los 64 años, la situación parece equilibrarse de nuevo (65,9% frente a 63,7%) pero a partir de esa edad la distancia se hace insuperable.

El 63% de los hombres entre 65 y 74 años tienen un buen estado de salud, por solo el 54,7% de las mujeres, más de 8 puntos por debajo.

La siguiente franja de edad, la que va de los 75 a los 84 años, observa una diferencia que ha aumentado ya a 14 puntos: mientras que la mitad de los hombres (51,6%) se ven sanos, solo algo más de una de cada tres mujeres (37,5%) piensa de la misma forma.

De los 85 años en adelante, la buena salud solo acompaña al 38,6% de los hombres y al 27,9% de la mujeres. De nuevo, a más de 10 puntos de distancia.

Por eso no sorprende que la prevalencia de las enfermedades crónicas sea mayor en las mujeres, por lo general.

La diferencia más acusada se observa en la artrosis: con el 21,2% de las mujeres de más de 15 años afectadas, son más del doble que los hombres.

Pero también hay grandes contrastes en dolores cervicales, varices, migrañas y problemas de la tiroides, además de ansiedad crónica y depresión.

Las mujeres puntúan también peor en problemas cognitivos (5 puntos de diferencia, en la autosuficiencia para realizar actividades de la vida diaria (8 puntos) o tareas domésticas (19 puntos).

Por si fuera poco, el dolor severo o extremo afecta al 14,2% de las mujeres frente al 5,9% delos hombres.

Estos datos de la última Encuesta Nacional de Salud contrastan con otros que ofrece el mismo estudio: aunque el porcentaje de obesidad es similar (15%) en mujeres y hombres, el 47% de ellos tiene sobrepeso, frente al 32,9% de ellas.

Además, las mujeres se cuidan más: fuman menos, beben menos alcohol y refrescos azucarados, y comen más frutas y verduras que los hombres.

Menopausia y osteoporosis

Los expertos consultados por EL ESPAÑOL observan una multicausalidad que explica todas estas diferencias, desde lo puramente fisiológico hasta lo social.

"La reducción de estrógenos que caracteriza la menopausia es fundamental para muchos aspectos de la mujer", sostiene Lorenzo Armenteros, que forma parte del grupo de trabajo sobre salud de la mujer de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).

Pero es que, además, "las mujeres viven más años, pero lo hacen con una peor calidad de vida, porque se mezcla ese envejecimiento paulatino y progresivo con la menopausia".

La deprivación de estrógenos, apunta Armenteros, afecta sobre todo al sistema cardiovascular, "con un mayor riesgo de patología cardíaca", pero también al osteoarticular.

"La densidad ósea se reduce, aumenta el grado de osteoporosis, etc. El dolor osteomuscular consecuencia de la artrosis o la osteoporosis afecta mucho a la calidad de vida de la mujer".

El médico añade a los problemas de la menopausia las patologías del ámbito sexual, la incontinencia urinaria "por la atrofia vulvovaginal" o la resistencia a la insulina.

A esto se une que "la mujer aguanta más sintomatología, minimiza esos síntomas y, cuando acude a consulta, a veces ya hay un daño cardíaco mayor, por ejemplo".

Por su parte, Valle Coronado, médica de familia y vocal de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas), recuerda que "la menopausia no es una enfermedad".

Coincide con el proceso de envejecimiento de las mujeres, por lo que muchas de sus consecuencias pueden explicarse también por esta cuestión, pero apunta que "igual que la menarquia (primera menstruación) o la edad fértil no son enfermedades, la menopausia tampoco".

Coronado señala no solo las diferencias biológicas sino las condiciones de vida como responsables de ese deterioro de la salud.

"A partir de los 45 años, cuando la percepción de la salud de las mujeres empeora, coincide el periodo de mayor ansiedad laboral con el cuidado de los hijos, al que se une el cuidado de los mayores... Eso condiciona también la salud mental".

De hecho, el consumo de psico-fármacos como antidepresivos y ansiolíticos es mayor en mujeres que en hombres.

"Lo vemos también en las clases sociales. En las más desfavorecidas, la diferencia en percepción de la salud es más marcada entre mujeres y hombres".

Lorenzo Armenteros añade un componente más a la ecuación: una atención sanitaria enfocada en los hombres que ha tratado a las mujeres como un reflejo especular de lo masculino.

"La atención se ha visto siempre desde el punto de vista masculino y esto tiene que cambiar", sostiene. Desde la investigación en universidades a no ver los aspectos diferenciales de la enfermedad por género sino "simplemente haciendo equivalencia de lo que se ha estudiado en los hombres".

Por eso es vital hacer una atención diferente "dando un aspecto positivo al género y teniendo en cuenta las características peculiares de la mujer, de su envejecimiento diferenciado del de los hombres".

Valle Coronado va más allá. "El acceso a los servicios sanitarios no es la única solución para estos problemas. Desde Sespas recalcamos la necesidad de incorporar la salud en todas las políticas: mejores condiciones laborales y de vivienda, conciliación familiar, etc. Solo así podremos disminuir la brecha".