Actualmente unas 800.000 personas padecen alzhéimer en España.

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Salud

El sorprendente descenso de la demencia en las generaciones más jóvenes: por qué tienen menos probabilidad de sufrirla

El porcentaje de individuos en EEUU y Europa que tenían demencia a los 85 años era menor entre los nacidos en los años 40 que en los que nacieron en décadas anteriores.

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El progresivo envejecimiento de las sociedades occidentales las condena a una carga mayor de enfermedades, entre las que destacan el cáncer, las afecciones cardiovasculares y el deterioro neurológico.

Sin embargo, mientras que la incidencia del cáncer parece aumentar, un estudio ha mostrado cómo la demencia es cada vez menos común en las nuevas generaciones, llegadas a la edad en que deberían haberla desarrollado.

Liderado por investigadores de las universidades de Queensland (Australia), Bolonia (Italia) y Hong Kong y publicado en la revista JAMA Network Open, el trabajo ha analizado tres grupos de población distintos en Estados Unidos, Inglaterra y una agrupación de diez países europeos, entre los que se encuentra España.

Los tres grupos contabilizan unos 150.000 participantes nacidos entre finales del siglo XIX y mediados del XX.

Entre los años 90 y las dos primeras décadas del siglo XXI se les hicieron encuestas periódicas sobre su salud. En estas se les preguntaba, por ejemplo, qué dificultades tenían para llevar a cabo tareas del día a día o se les medía su capacidad cognitiva.

Aplicando un algoritmo, estimaron el grado de demencia de los participantes por edades y compararon los resultados agrupándolos según su año de nacimiento.

Lo que vieron fue que, sistemáticamente, las tasas de demencia a cierta edad se iban reduciendo en las nuevas generaciones.

Por ejemplo, en las personas entre 81 y 85 años, la prevalencia de demencia en el grupo estadounidense era mayor entre los nacidos entre 1980 y 1913 (25,1%) que en los que nacieron entre 1939 y 1943 (15,5%).

En Europa (excluyendo Inglaterra), el 30,2% de los nacidos entre 1934 y 1938 habían desarrollado demencia entre los 81 y los 85 años, frente al 15,2% de los nacidos entre 1939 y 1943.

En Inglaterra, la cohorte de los nacidos entre 1924 y 1928 tenían demencia alcanzada la misma edad, frente al 14,9% de los nacidos entre 1934 y 1938.

Los autores señalan que los resultados fueron estadísticamente significativos, es decir, que es muy improbable que puedan explicarse por azar.

Para corroborar su hallazgo, utilizaron inteligencia artificial para determinar el grado de demencia de los participantes en el estudio, y las conclusiones fueron similares.

Además, midieron esos mismos resultados teniendo en cuenta las variaciones en el producto interior bruto de los países (pues son indicativas de profundos cambios en las sociedades) y el resultado que obtuvieron fue similar.

"Hallamos que las generaciones nacidas más recientemente tenían una menor probabilidad de tener demencia a una determinada edad en comparación con su respectiva cohorte de referencia", concluyen los autores.

"Buenas noticias"

Miguel Medina, director científico adjunto del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedad Neurodegenerativas (Ciberned), considera el estudio "muy interesante".

"Es obvio que, a medida que la población envejece, el número de personas con demencia sigue aumentando", explica a EL ESPAÑOL, "pero este estudio indica que las generaciones más recientes parecen tener un menor riesgo de padecer demencia comparado con generaciones anteriores".

El nuevo trabajo, explica el neurólogo, confirma lo que ya se había sugerido en estudios recientes "en determinados países con cohortes más pequeñas".

Medina recuerda que el estudio está limitado porque no se basa en diagnósticos clínicos de demencia sino en estimaciones, pero "son buenas noticias en el sentido de que el control de factores de riesgo modificables pueden retrasar la aparición de demencia".

Aunque no se sabe con seguridad las causas de esta mejoría, "la explicación más aceptada es que, a lo largo del tiempo, se han controlado mejor algunos de los factores de riesgo".

Es decir, las mejoras en salud cardiovascular y metabólica (diabetes), el tabaquismo, la dieta o la pérdida auditiva, que juegan un papel clave en el riesgo de la demencia, ha propiciado una disminución.

Además, el cada vez mayor acceso a la educación ha supuesto un fuerte impacto. De hecho, las diferencias entre hombres y mujeres se han ido estrechando a medida que las oportunidades educativas iban igualándose entre los géneros.

Guillermo García Ribas, experto en conducta y demencias de la Sociedad Española de Neurología, incide en este acceso a la educación —y a la cultura— como uno de los determinantes de la reducción de las demencias, junto a las mejorías en la salud.

"Nos jugamos mucho en las primeras etapas de vida, desde que somos niños hasta adultos jóvenes", explica. "Lo que vivimos esos años influye mucho en nuestra salud de mayores".

Por eso cree que la tendencia a la disminución de las demencias va a continuar en las siguientes generaciones, probablemente hasta llegar a los nacidos en los años 80 del siglo XX, época a partir de la cual "los productos envasados, pesticidas, etc. comienzan a estar más presentes".

Es decir, que esta reducción se irá frenando hasta que se estabilice y, es posible, vuelva aumentar. "Demencia cero no va a haber", afirma. "Pero la lectura es que, si lo haces bien en los primeros años de vida, si te cuidas, puedes prevenirla".

Con todo, la implicación principal para el neurólogo es que se trata de un aviso a las regiones en desarrollo, como África, India y China, "que se encuentran en una situación similar a la europea hace un siglo y pueden extraer lecciones de esto".

Esto es, que paralelamente a su crecimiento económico haya una planificación sanitaria y un acceso a la educación y la cultura, pero también "una mejora en el medio ambiente y en la exposición a tóxicos", dos retos a los que europeos y norteamericanos no tuvieron que enfrentarse por entonce.

"Si estos países no lo hacen, se van a encontrar con un gran número de personas a las que atender", advierte García Ribas.