El psicólogo, Javier Ares Arranz.

El psicólogo, Javier Ares Arranz.

Salud

Javier Ares, psicólogo: "Tratar rápidamente la depresión cuando aparece ayuda a reducir los problemas cardíacos"

Un grupo de 256 genes podría explicar por qué las personas con depresión tienen más riesgo de sufrir problemas cardíacos, según el psicólogo Javier Ares.

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La depresión es uno de los trastornos mentales más comunes en todo el mundo y su prevalencia no deja de aumentar. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca del 5% de los adultos la padecen, lo que equivale a más de 280 millones de personas. En España, esta enfermedad mental también ha ido en ascenso en los últimos años, especialmente entre los más jóvenes. Un incremento que preocupa, sobre todo si tenemos en cuenta su posible vínculo con otras patologías graves como las enfermedades cardiovasculares.

Aunque tradicionalmente se han tratado por separado, cada vez hay más evidencia de que la salud mental y la salud cardiovascular están estrechamente relacionadas. Diversos estudios científicos han observado que quienes sufren depresión tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades del corazón. No se trata solo de una cuestión emocional: los trastornos depresivos pueden influir en procesos biológicos, como la inflamación crónica o la regulación hormonal, que también afectan directamente al sistema cardiovascular. Esta conexión ha llevado a los expertos a investigar con más profundidad los posibles vínculos comunes entre ambos problemas de salud.

Sobre esta conexión precisamente ha hablado el psicólogo Javier Ares Arranz en uno de sus vídeos compartidos en Instagram, donde comenta los hallazgos de un estudio reciente que aporta nueva luz sobre este vínculo. Según explica el experto, se ha identificado un conjunto de 256 genes que podrían estar detrás tanto de la depresión como de las enfermedades cardiovasculares, ya que predisponen a desarrollar ambas enfermedades a la vez.

"Desde los años 90 ya se sospechaba que había un vínculo entre salud mental y enfermedades del corazón, pero no se sabía por qué", explica. Ahora, gracias a este avance, se sabe que "tratar rápidamente la depresión cuando aparece ayuda a reducir los problemas cardíacos" y que estos genes "favorecen la aparición de procesos inflamatorios" en el organismo, lo que explicaría por qué ambas patologías tienden a aparecer juntas. Para Ares, este hallazgo es clave porque "conocer estos genes será fundamental para seguir avanzando en las ciencias de la salud" y desarrollar estrategias más eficaces de prevención y tratamiento desde una perspectiva más integradora.

Este descubrimiento genético no sólo abre nuevas puertas en la investigación médica, sino que también subraya la necesidad de un enfoque más integrador entre la salud mental y la salud física. Tal y como señalan numerosos expertos en psicocardiología, es fundamental que los profesionales sanitarios comiencen a considerar los factores emocionales y psicológicos como parte del riesgo cardiovascular. Abordar la depresión a tiempo no solo mejora el bienestar mental, sino que podría ser una herramienta clave para reducir el riesgo de sufrir enfermedades del corazón en el futuro. La prevención, por tanto, debe contemplar ambos frentes para ser realmente efectiva.

Estrés crónico y riesgo cardiovascular

Al igual que la depresión, el estrés crónico es otro factor significativo que durante años se ha estado relacionando con efectos negativos en la salud cardiovascular. Según la Fundación Española del Corazón, aunque no existen estudios definitivos que lo certifiquen, la práctica médica evidencia que cuanto menos estrés tiene una persona, menor es el riesgo de padecer un accidente cardiovascular.

Este tipo de estrés puede provocar también aumentos en la presión arterial y contribuir al desarrollo de enfermedades cardíacas. Además, el estrés crónico puede llevar a comportamientos poco saludables, como una mala alimentación, falta de ejercicio y consumo de tabaco o alcohol, que incrementan aún más el riesgo cardiovascular.

Un estudio publicado por la American Heart Association destaca que la depresión y la ansiedad pueden acelerar la aparición de factores de riesgo de infarto de miocardio y accidente cerebrovascular. Las personas con una mayor sensibilidad genética al estrés desarrollaron un factor de riesgo cardiovascular a una edad más temprana que aquellas sin el marcador genético. Hallazgos que nuevamente subrayan la importancia de abordar la salud mental como parte integral de la prevención y tratamiento de enfermedades cardiovasculares.​

Además, la falta de sueño, a menudo relacionada con el estrés, también tiene un impacto negativo en la salud del corazón. Una revisión científica publicada en Science Signaling indica que la privación de sueño altera la homeostasis energética, favorece la inflamación y el estrés oxidativo y modifica la regulación de hormonas que controlan la saciedad. Estos cambios metabólicos están asociados con un mayor riesgo de obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares. ​

Por lo tanto, es fundamental implementar estrategias de manejo del estrés y promover hábitos de vida saludables para reducir el riesgo cardiovascular. Esto incluye técnicas de relajación, actividad física regular, una dieta equilibrada y un sueño adecuado. Abordar tanto la salud mental como la física de manera integral puede mejorar significativamente la calidad de vida y prevenir enfermedades del corazón.​