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Dicen que los humanos y los delfines no somos tan diferentes. De hecho, es más bien al contrario. Varios estudios destacan las similitudes entre ambas especies a pesar de desarrollar sus vidas en entornos tan distintos como el agua y la tierra firme. Por ejemplo, algunos revelan que los delfines han evolucionado de forma similar a los humanos, formando comunidades colaborativas, desarrollando dialectos regionales o con desarrollo cerebral similar al de los homínidos.

Sin embargo, no son estos los únicos puntos en común que tenemos con estos simpáticos mamíferos acuáticos. Una realidad que ha servido para estudiar y conocer mejor procesos biológicos que también ocurren en nuestra especie. Algo que ha llevado a la práctica la doctora Stephanie Venn-Watson, veterinaria epidemióloga y fundadora de Seraphina Therapeutics, que ha dedicado más de dos décadas a investigar los factores que contribuyen a un envejecimiento saludable.

Venn-Watson comenzó investigando enfermedades infecciosas en delfines, pero pronto se enfocó en las enfermedades del envejecimiento en delfines que poseía la Marina de Estados Unidos. Descubrió que estos animales pueden vivir alrededor de 40 años -el doble que los ejemplares en libertad-, pero que también sufrían afecciones como inflamación crónica o colesterol alto, mientras que otros se mantenían sanos. Una historia que ha contado al medio estadounidense CNBC Make it.

El papel de la alimentación en la longevidad

Tras analizar miles de muestras, identificó el C15:0, un ácido graso esencial hasta entonces desconocido, clave para un envejecimiento saludable. Se trata de ácido graso presente en productos lácteos de animales alimentados con pasto. “Pensábamos que los ácidos grasos más importantes eran los omega-3, porque los delfines solo comen pescado. Pero descubrimos que el C15:0 tiene un papel crucial en la salud”, explica.

Fruto de este descubrimiento, comenzó a aplicar los conocimientos a sus hábitos alimentarios. De hecho, su dieta se basa en alimentos ricos en este nutriente, como quesos elaborados con leche de animales de pastoreo. También consume pescado casi a diario y combina quesos con galletas altas en fibra. “El pecorino, por ejemplo, tiene uno de los contenidos nutricionales más altos, incluyendo C15:0”, detalla.

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Lamentablemente, su dieta no es tan saludable como le gustaría ya que tiene una particularidad: es alérgica a todas las frutas, verduras y frutos secos crudos. Para compensarlo, incorpora verduras cocidas, como zanahorias y sopas de vegetales, en su alimentación diaria.

Buen ejercicio y mejor descanso

“El ejercicio es realmente importante. Cumple con todos los requisitos esenciales para la longevidad”, afirma Venn-Watson. En su caso, caminar entre entre dos y cuatro kilómetros al día es parte de su rutina innegociable. Además, complementa su actividad con ejercicios aeróbicos y de resistencia.

Pero eso no debe hacernos olvidar otro elemento clave: el descanso. Esta es una parte fundamental su estrategia para una vida larga y saludable. Se esfuerza por dormir al menos siete horas diarias y, para potenciar su rendimiento cognitivo, incorpora una siesta energética de 30 minutos al mediodía. “Para mí, esto ayuda a reiniciar mi cerebro”, asegura.

La salud mental y la importancia de la socialización

Más allá de la alimentación y el ejercicio, Venn-Watson destaca el papel de la socialización en la longevidad. “La salud mental es una parte clave, por lo que la socialización es importante”, afirma. Según su experiencia, formar parte de una comunidad y establecer vínculos significativos tiene un impacto positivo en la salud.

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Pero no se trata solo de interactuar con otras personas, sino de encontrar un propósito en lo que hacemos. “Poder encontrar aquellas cosas que nos apasionan, que nos hacen sentir que tenemos un propósito, a menudo está relacionado con lo social”, explica. En su caso, sus relaciones profesionales han evolucionado hacia vínculos personales que le han permitido crecer y desarrollarse.

Por tanto, en opinión de esta especialista, la combinación de ejercicio, descanso, una alimentación rica en C15:0, socialización y propósito parecen ser la receta que ha encontrado para una vida longeva y saludable. “Lo bueno es que todas estas cosas han demostrado que pueden ayudar a nuestra longevidad, no solo cruzar los dedos y esperar vivir más tiempo, sino mejorar nuestra calidad de vida”, concluye.