Israel Cañadas investiga sobre el cáncer de pulmón de células pequeñas en el Fox Chase Cancer Center de Filadelfia.

Israel Cañadas investiga sobre el cáncer de pulmón de células pequeñas en el Fox Chase Cancer Center de Filadelfia.

Salud

El biólogo español que triunfa en EEUU investigando el cáncer: "Vamos a ser más viejos, pero también habrá más tumores"

"La gran esperanza del cáncer es la inmunoterapia" / "Es una pena que en España no haya una mayor inversión en Ciencia" / "En EEUU hay regiones que tienen una incidencia más alta por motivos socioeconómicos" / "No me gusta que se hable de "la lucha del cáncer" porque presiona al paciente"

Más información: El cáncer de pulmón ya es el más diagnosticado en el mundo y a punto de ser el más mortal en las mujeres en España

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El cáncer se cruzó en la vida de Israel Cañadas (Barcelona, 1984) por casualidad. De pequeño no había tenido ningún caso cercano en la familia. Por ello, de los primeros recuerdos que tiene son ya en la universidad. Recuerda, en concreto, una asignatura que le valió para darse cuenta de que "pese a ser una enfermedad muy compleja, si se entendían según qué procesos, podría dar lugar a nuevas terapias que curaran a los pacientes".

Era la "aplicación directa" que buscaba este biólogo que desde sus comienzos, cuando "aún faltaba mucho por descubrir", se especializó en el cáncer de pulmón de células pequeñas. Un tumor muy letal cuya tasa de supervivencia a cinco años apenas supera el 10%, ya que muchos pacientes presentan metástasis cuando son diagnosticados.

Puede que este porcentaje sea más alto en un futuro cercano por investigadores como Cañadas. El laboratorio que dirige en el Fox Chase Cancer Center de Filadelfia (Estados Unidos) ha conseguido aumentar la supervivencia en ratones atacando al gen DHX9. Una empresa en Massachusetts ha desarrollado ya el fármaco. Y los investigadores esperan "impacientes" los primeros resultados de un ensayo clínico que comenzó a finales del pasado año.

Cañadas atiende a EL ESPAÑOL con motivo del Día Mundial contra el Cáncer, que se celebra este martes 4 de febrero. Durante jornadas como esta es probable que haya quienes se refieran a esta enfermedad como si de una lucha se tratara. Al biólogo catalán no le gusta que se haga uso de este lenguaje bélico, pues son los pacientes los que precisamente se ven atacados por él: "Y si ven que no se están curando, piensan que no están luchando lo suficiente".

¿Por qué cree que ya no se habla con tanta frecuencia sobre "la cura del cáncer"? 

Cada tipo de cáncer es distinto, al igual que cada paciente. Por ello, hablar de que se va curar el cáncer en general es muy complejo. Aunque es cierto que a día de hoy ya se pueden curar determinados cánceres en algunos pacientes. Tal vez es más interesante hablar de cronificar la enfermedad. Sería un logro que el paciente pueda tener una vida más o menos normal aunque no podamos decir que está completamente curado.

¿Cada vez será más frecuente que se consiga cronificar el cáncer?

Creo que sí. Tengo esperanza de que se consiga porque ya está pasando en algunos casos. Lo más importante sobre todo es vivir con el cáncer y poder llevar una vida saludable, aunque no del todo porque evidentemente el paciente tiene una enfermedad. A ello se le suma también que el diagnóstico será más temprano, lo cual va a ser una clave muy importante en la supervivencia del cáncer.

¿El cáncer depende del código postal?

Sí. Aunque creo que en España no hay tanta diferencia como en EEUU. Aquí hay regiones en las que tienen un mayor incidencia de determinados cáncer por motivos socioeconómicos; porque, por ejemplo, los pacientes tienen un acceso más difícil a la clínica. Y si un cáncer lo diagnostican a tiempo puede marcar una diferencia de vida o muerte. A veces puede ser suerte un diagnóstico a tiempo, pero hay otras en las que está relacionado con el no ir al médico.

El objetivo final de Cañadas es entender al máximo posible el cáncer para conseguir nuevas terapias.

El objetivo final de Cañadas es entender al máximo posible el cáncer para conseguir nuevas terapias.

Uno de los factores de riesgo en muchos cánceres es la edad. ¿El envejecimiento se convertirá en el mayor obstáculo para el cáncer de los próximos años?

Sí, sin duda. El cáncer es una enfermedad asociada al envejecimiento. La mayoría de los pacientes ya son mayores de 65 años. Está habiendo mucha investigación acerca de cómo el envejecimiento puede afectar al desarrollo del cáncer porque, gracias a la medicina, la población va a vivir más, pero también por ello habrá más casos de cáncer.

Habrá quien al conocer su investigación se de cuenta de que el cáncer de pulmón no es un único tumor. ¿Tiene sentido que se siga haciendo una clasificación por órganos?

A nivel científico ya se hace esta distinción. Es verdad que a nivel social no, e igual sí que estaría bien diferenciarlos para que la sociedad entienda que aunque, por ejemplo, sean tumores en el pulmón pueden llegar a ser muy distintos. Lo podemos generalizar también a otros tipos de cánceres.

¿Le molesta que haya quienes se refieran al cáncer con un lenguaje bélico?

Sí. No me gusta que se hable de "una lucha" porque no lo es. El paciente no está luchando, sino que se le está tratando para ver si se consigue curar. Por ello este lenguaje bélico no es el más apropiado en estos casos. Al final, se le da una presión al paciente y puede que piense que no se está curando porque no está luchando lo suficiente. Y no es así, no depende de una lucha del paciente.

¿A qué cree que puede deberse que el cáncer de pulmón se haya convertido en el más diagnosticado en el mundo?

Uno de los principales motivos es que está asociado a agentes externos, como el tabaco o la contaminación. No hay que olvidar que lo que respiramos va directo al pulmón y puede tener un efecto bastante nocivo y, comparado con otros, actúa de forma más directa sobre las células. También hay que tener en cuenta las distintas mutaciones genéticas que, combinadas con los factores externos, hacen que se desarrollen más estos tipos de tumores.

Como investigador en cáncer de pulmón, ¿le molesta que haya personas que fumen a su alrededor?

No es que me moleste, pero sí que es cierto que si tengo gente cercana que está fumando, les hago algún comentario. Sobre todo porque el cáncer de pulmón de célula pequeña está asociado prácticamente al 100% con el tabaco. Entonces cuando veo gente fumando, directamente se me enciende una bombilla en el cerebro y me dice "esto no puede ser".

Es verdad que en los últimos años ha bajado el consumo del tabaco. Y esto también es importante y me hace feliz. Es un agente que no sólo se asocia con cáncer de pulmón, sino también con muchos otros. Es bastante importante que se haga campaña para intentar evitar que aumenten los fumadores.

¿Qué es lo más complicado, desde el punto de vista personal, de investigar sobre el cáncer de pulmón más maligno?

Lo más complicado es que ser científico, aparte de un trabajo, es un estilo de vida. Yo me siento científico, no es sólo mi trabajo. Soy así. Nací así. Por ello muchas veces es difícil desconectar porque, por ejemplo, tenemos varios proyectos, estamos investigando muchos aspectos desconocidos y emocionantes, y a veces es complicado desconectar y olvidarte de lo que estás haciendo. Aunque también pienso que es sano hacerlo porque las ideas pueden venir más fácilmente cuando desconectas y vuelves con la mente más clara.

¿Se ha marcado algún objetivo por el que sería capaz de no retirarse hasta conseguirlo?

No tengo un objetivo tan claro. Sí que quiero intentar conocer y entender al máximo posible el cáncer para conseguir nuevas terapias. Ése es mi objetivo final. Y si una de nuestras investigaciones da lugar a una terapia que funcione en un subgrupo de pacientes, estaría ya más que feliz. Pero no es algo que me lo plantee como que lo tengo que conseguir como sea. Al final, investigar es eso: entender cómo funcionan las células cancerígenas para conseguir desarrollar terapias de las que los pacientes puedan beneficiarse y mejorar su supervivencia.

Algunos de los tratamientos más revolucionarios contra el cáncer de los últimos años, como las terapias CAR-T, se caracterizan por ser excesivamente costosos. ¿Podría provocar que sólo aquellos que se lo puedan permitir accedan a ellos?

Es cierto que son muy caros. Pero tengo la esperanza de que los precios se puedan abaratar en un futuro cercano. Ha sucedido con otras innovaciones. Por ejemplo, la secuenciación costaba muchísimo hace unos años. Confía en que se abarate sobre todo porque hay mucha esperanza puesta sobre las CAR-T. Y espero que, siempre y cuando haya la indicación, se puedan tratar los pacientes sin problemas sin miedo del gasto que pueda suponer.

¿Qué otros tratamientos cree que le 'competirán' a las CAR-T en un futuro cercano?

Para mí, la gran esperanza es la inmunoterapia. Es verdad que trabajo en este campo y quizás otro investigador dé una respuesta distinta. Pero creo que cualquier terapia relacionada con la inmunoterapia, incluiría también las CAR-T, van a ser el futuro y pueden realmente provocar un cambio en el paradigma del tratamiento contra el cáncer.

¿Por qué tiene tanta confianza en la inmunoterapia?

Nuestro sistema inmune está programado para destruir las células tumorales por distintos motivos. Sin embargo, muchas veces esto falla y es cuando un tumor se puede desarrollar y hacer metástasis. Éste es el proceso que estudiamos muchos laboratorios: entender cómo podemos frenar que las células tumorales consigan esconderse del sistema inmune para no ser atacadas. Si conseguimos entender bien este proceso y atacarlo para que el sistema inmune vuelva a atacar el cáncer, es una estrategia muy eficiente porque las células inmunes pueden ir a cualquier punto de nuestro de nuestro cuerpo y atacar las células tumorales allí donde estén.

¿Cree que las vacunas terapéuticas han pasado a 'un segundo plano' en la investigación contra el cáncer?

No, también tengo bastante esperanza en las vacunas terapéuticas. Creo que es un campo muy interesante y hay muchos laboratorios que están desarrollando vacunas contra el cáncer por el desarrollo que se consiguió durante la pandemia con las vacunas basadas en ARNm.

¿Se aventura a dar una fecha de cuándo se cumplirá el sueño de las vacunas contra el cáncer?

Todavía estamos en un momento inicial. Aunque creo que va a ser bastante prometedor. No sabría decir una fecha. Pero yo esperaría más pronto que tarde. Debemos estar bastante pendientes en el futuro cercano porque creo que pueden tener un potencial muy importante.

Tras casi una década desde que se fue a Estados Unidos, ¿qué diferencias encuentra en la investigación en cáncer con respecto a España?

Una de las grandes diferencias es la financiación. Aquí no sólo es más alta porque la financiación pública es muy elevada, sino que también existe una gran financiación privada. Además, la relación actual entre la academia y la industria es mucho más cercana. Existen colaboraciones que te permiten financiar proyectos, lo cual marca una gran diferencia.  

¿Qué debería cambiar en España para que se acerque al nivel estadounidense?

Primero, que aumente la inversión en Ciencia, que se invierta muchísimo más. El camino hacia la estabilización del científico también tiene que ser más sencillo. En EEUU este camino está muy claro, y los centros apuestan e invierten muchísimos en los investigadores que comienzan su carrera: les ofrecen todos los recursos y durante un tiempo limitado pueden hacer, de forma libre y sin limitaciones financieras, la investigación que quieran. 

¿Se ha planteado si su carrera hubiera sido igual de haberse quedado en España?

Realmente no me fui porque porque dijera "en España no tengo financiación". Quería probar la experiencia de investigar en otro país, y se lo recomiendo a cualquier otro científico. Pero no he descartado, y nunca lo haré, seguir investigando en España.

Tengo la esperanza de que en el futuro cada vez haya más financiación y se apueste más por la ciencia. Hay laboratorios que son muy buenos. Pero es una pena que no se invierta más y se potencia a todos estos investigadores. De esta forma, también se conseguiría que regresaran los investigadores que se marcharon. Al final, quien ganaría sobre todo sería el país.

Cañadas no cierra la puerta a regresar a España, donde confía que la inversión en ciencia aumente.

Cañadas no cierra la puerta a regresar a España, donde confía que la inversión en ciencia aumente. Fox Chase Cancer Center

En una entrevista con EL ESPAÑOL, el investigador José R. Penadés se preguntaba por qué un médico gana más que un investigador. ¿Coincide con su crítica?

Totalmente. No tiene ningún sentido que el mejor investigador de España no tenga un sueldo digno acorde a ese nivel profesional. Estamos hablando de personas que han estudiado una carrera, tienen máster y doctorado, y que han estado años trabajando en instituciones de primer nivel llevando a cabo una investigación puntera, con todo el sacrificio profesional y personal que supone. ¿Cómo es posible que no tengan una recompensa? No sólo no tiene mucho sentido, sino que te hace sentir que no te valoran.

¿Ha estado al tanto de las noticias que se han ido conociendo acerca de la que fuera directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), María Blasco?

He leído algo de toda la polémica que está habiendo con la directora. Pero no conozco de forma cercana a nadie en el CNIO y no puedo decir mucho, más allá de los artículos que he leído.

¿Le da pena, como investigador español en cáncer, que el buque insignia de la lucha contra el cáncer haya sido noticia por motivos que nada tienen que ver con la investigación?

Por supuesto que sí. Me da pena y frustración que la gente sepa más o conozca ahora de repente el CNIO por todo lo que está pasando, y no por todo lo que ha supuesto. Es uno de los centros pioneros en cáncer y tiene laboratorios que son de Champions League. Y todavía están allí, independientemente de la polémica y los problemas que hay. Dicho esto, espero que se solucione todo y que se le dé al CNIO la inversión que merece como centro de investigación de cáncer por excelencia en España y en el mundo.