Salud

La epidemia oculta del cáncer laboral: solo se han reconocido 94 casos de los 14.000 anuales que existen

En 2023 los cánceres de origen laboral causaron unas 6.000 muertes según el sindicato CCOO. Las estimaciones hechas desde Sanidad van más lejos.

7 febrero, 2024 03:25

En 2023, se reconocieron en España 94 tumores atribuidos a exposiciones a productos cancerígenos en el entorno laboral, la segunda cifra más alta de la historia tras los 104 notificados en 2022.

Sin embargo, la cifra real es mucho mayor. El sindicato CCOO ha calculado que son 14.000 los nuevos diagnósticos atribuibles al trabajo y 6.000 las muertes provocadas por cáncer laboral en 2023.

No son los únicos que lo piensan. La Estrategia Española de Seguridad y Salud en el Trabajo 2023-2027 apunta que cada año fallecen anualmente 8.700 hombres y 850 mujeres por cánceres debidos a exposiciones laborales.

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El cáncer es la primera causa de mortalidad laboral en la Unión Europea: se calcula que el 53% de los fallecimientos por causas laborales se deben a tumores originados en el entorno del trabajo.

También se estima que las exposiciones laborales provocan el 5,3% del total de cánceres. Basándose en la fracción de cada cáncer atribuible a causas del trabajo, CCOO apunta que, solo en 2023 se diagnosticaron 5.176 cánceres de pulmón por este problema (4.698 en hombres y  478 en mujeres).

El segundo más frecuente sería el de próstata (1.740 casos), seguido del de mama (1.610 casos) y el vejiga (1.334 casos).

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El mayor número de muertes se corresponderían al cáncer de pulmón: 3.852. Le seguiría el cáncer de páncreas (696 fallecimientos) y el de esófago (554 fallecimientos).

Frente a estas estimaciones, la realidad es que el año pasado solo se reconocieron 94 cánceres de origen laboral, 91 de ellos en hombres. Sería la segunda cifra más alta tras la de 2022, cuando se notificaron 104 casos. Lo más habitual en lo que va de siglo es que se reconozcan entre 25 y 50 cánceres laborales al año.

Esta realidad contrasta con la de los países de nuestro entorno. El sindicato pone de ejemplo el año 2016, cuando en España se registraban 23 casos mientras que en Alemania se reconocían 6.559, en Francia 2.118 y en Italia 1.033.

Información laboral en la historia clínica

Carmen Mancheño, coordinadora de salud laboral de CCOO, ofrece una sencilla explicación. "Alemania y Francia llevan haciendo políticas de generar registros [de profesionales con cáncer] desde los años 90. Pero incluso ellos tienen infradeclaraciones", advierte.

Los expertos consultados por EL ESPAÑOL coinciden en que no hay una única causa de esta infranotificación. Los circuitos para declarar el cáncer como enfermedad laboral son distintos en cada comunidad autónoma, no se recoge la información laboral en la historia clínica o los médicos no preguntan la profesión cuando se diagnostica un tumor (o la persona está ya jubilada), se pierden muchas declaraciones en trámites administrativos, etc.

Algunas comunidades han implantado sistemas de notificación de sospechas de cánceres de origen laboral para ayudar a solventar esta cuestión. País Vasco lo hizo en 2008 y por ello la mitad de los casos reconocidos el año pasado se han dado en esta comunidad, "además de por el hecho de ser una zona con mucha industria y, por tanto, una gran cantidad de agentes cancerígenos", apunta Mancheño.

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Un informe sobre la carga del cáncer atribuible al entorno laboral en 2015 publicado por el Ministerio de Sanidad concluye que el 6,2% de todos los ingresos hospitalarios se correspondieron a un cáncer laboral: 13.282 en hombres y 3.389 en mujeres. El coste estimado en atender a estos pacientes fue de 157 millones de euros.

El 47% de los cánceres reconocidos han sido causados por el amianto, un material prohibido en España desde el año 2022 pero que durante décadas se utilizó profusamente en todo tipo de industrias.

"Hay más de 3.000 usos descritos", apunta la sindicalista. "Se usaba en construcción, en industria naval, siderúrgica, trenes, metros... En cualquier lugar que hubiera que aislar el calor, no solo en canalizaciones".

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A pesar de dejar de usarse hace más de 20 años, Mancheño apunta que es ahora cuando se está llegando al pico de casos producidos por este material, ya que el cáncer tarda en desarrollarse décadas. "Muchas personas diagnosticadas están ya jubiladas y por eso no se les relaciona con la exposición laboral".

Sin embargo, calcular la incidencia de casos de cáncer provocados por el amianto es muy complejo. El cáncer de pulmón es el más prevalente entre los de origen laboral y los causado por el amianto, pero influye en muchos más.

Por ejemplo, el informe sobre la carga del cáncer laboral apunta que de los 1.297 fallecidos por mesotelioma pleural (cuando las células cancerosas invaden una membrana que rodea al pulmón) en el periodo 2007-2011, hasta 1.102 se deben a exposiciones laborales a amianto.

Tabaco y amianto

Mancheño indica que, además, influye en los tumores de mama y ovarios, pero estos están muy poco visibilizados como enfermedad laboral, por lo que también es necesario abordar la cuestión de género en este problema.

Alberto Ruano, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Santiago de Compostela, señala que el problema es más complicado aún. La exposición a cancerígenos es tan extendida que en muchas ocupaciones no se le puede echar la culpa únicamente al amianto.

"Los cánceres por amianto también pueden ocurrir fuera del ámbito laboral", señala, recordando el caso de cuatro mujeres fallecidas por amianto al lavar y planchar la ropa de trabajo de sus maridos, trabajadores en la fábrica de Uralita de Getafe.

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Otras veces se achaca al tabaco cánceres en los que pueden haber jugado un factor la exposición a este material y a otros como el polvo de sílice o madera. "El consumo de tabaco está ligado al nivel socioeconómico y los trabajadores más expuestos a cancerígenos suelen tener más frecuencia de consumo, por lo que muchas veces es difícil discernir si un tumor puede ser debido al tabaco o a otro carcinógeno".

Pone el ejemplo de la exposición a radón, otro 'sospechoso habitual' del cáncer de pulmón. "En España hemos tenido dos juicios por trabajadores con altos niveles de radón. Uno lo ganó pero el otro, al ser exfumador, la jueza no consideró que el gas fuera la causa de la enfermedad".

Ruano lamenta que la declaración de cánceres laborales sea "anecdótica". La consecuencia es la pérdida de derechos laborales y la falta de protección de los trabajadores.

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Mancheño recuerda no solo que hay prestaciones que se están dejando de cobrar por no reconocerse el cáncer laboral, sino que además es la sanidad pública la que está asumiendo los gastos de su atención cuando deberían ser responsabilidad de las mutuas de trabajo.

Pero lo más importante es que, "si no ponemos el dato encima de la mesa, no seremos conscientes de la necesidad de hacer prevención en las empresas. Y aquí hablo de todo tipo de empresas porque hay agentes que no son tan evidentes: no tenemos datos de cáncer de piel en trabajadores expuestos todo el día al sol y afectados por la radiación ultravioleta".

Preguntar al paciente

Por su parte, la oncóloga del Hospital Clínic, Laura Mezquita, coordinadora del Grupo de Trabajo de Cáncer, Trabajo y Medioambiente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), apunta que la infranotificación de cáncer laboral "es un problema complejo que requiere de la actuación de diferentes organismos dentro de cada comunidad, desde la comunicación de la sospecha, tramitación y declaración de la enfermedad profesional".

El primer paso es la comunicación de la sospecha al organismo competente de cada comunidad autónoma, por parte de cualquier facultativo del sistema público de salud. Sin embargo, existe una falta de conocimiento por parte de los profesionales sanitarios sobre cómo realizar el procedimiento. Señala, además que en alguna comunidad no existe un organismo competente establecido o circuito de notificación y tramitación.

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"En SEOM estamos trabajando en colaboración con Medicina de Trabajo en un consenso - guía para que los oncólogos conozcan y se integren en el circuito de comunicación de sospecha de cada comunidad autónoma: hay que mejorar la información a los especialistas para que lo utilicen", indica.

Es importante, con todo, "preguntar al paciente sobre su historia laboral para identificar si ha podido tener una exposición de riesgo". En su opinión, sería muy útil que la historia clínica recogiera datos tales como la ocupación del paciente, el puesto, si estaba expuesto a carcinógenos, si tenía acceso a equipos de protección individual, etc.

"Es una información básica que se debería recoger en toda historia clínica de un paciente con cáncer. En algunos de ellos se pregunta más porque estamos más concienciados, como el mesotelioma por su relación con el amianto, pero hay enfermedades en que la causa laboral es menos percibida".