Virus de la gripe.

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Salud

El enigma de la cepa Yamagata: el linaje de la gripe que provocó un caos en 2018 ha desaparecido

En los dos últimos años ningún ejemplar del virus ha sido secuenciado. La presión ejercida por el SARS-CoV-2 puede haber acabado con él.

1 marzo, 2023 03:10

La actual temporada de gripe, la primera desde la irrupción de la Covid, está llena de sorpresas. Primero, porque se ha desarrollado en dos olas separadas. Segundo, porque puede suponer la confirmación de que una de las cepas que nos acosaba cada invierno se ha extinguido.

La última vez que se subió una secuencia del linaje Yamagata a la base de datos mundial de la gripe GISAID fue en marzo de 2020. Era la número 119 en lo que iba de año: en 2019 se añadieron 988 muestras de 74 países; el año anterior habían sido 6.564 en 133 países. En 2021 y 2022 el casillero se quedó en blanco.

Este linaje es uno de los dos en que se subdivide el tipo B de la gripe y uno de los cuatro presentes en las vacunas anuales desde 2013. Hasta el momento se inoculaban trivalentes, que contenían dos cepas del tipo A –H3N2 y H1N1– y una tercera, del tipo B, que se alternaba entre el linaje Victoria y el Yamagata, pues suele ser uno de los dos el que predomina en cada temporada.

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Los dos subtipos se separaron a principios de los 80 de un único linaje genético y han circulado globalmente desde 2001. En la siguiente década se comprobó que era muy difícil determinar cuál de ellos iba a imponerse en cada temporada. Además, son tan diferentes antigénicamente que no generan inmunidad cruzada: los anticuerpos generados por el linaje Victoria no nos defienden del Yamagata y viceversa. Por eso, la OMS comenzó a recomendar vacunas tetravalentes, que contuvieran ambos antígenos.

Sin embargo, durante un tiempo los gobiernos siguieron apostando por las trivalentes, al ser más baratas. Después de todo, el tipo A suele ser el más frecuente: el tipo B supone alrededor del 23% de todos los casos de gripe y solo se impone una vez cada siete años, aproximadamente. Aunque la vacuna errara el tiro, era poco probable que las consecuencias fueran graves.

Hasta que llegó 2018, una temporada especialmente dura en España: el Centro de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública estimó que ese invierno hubo 800.000 casos, 52.000 ingresos y cerca de 15.000 muertes relacionadas con la gripe, mientras que para la última temporada antes de la pandemia, la 2019-2020, calculó 27.700 hospitalizados y 3.900 muertos.

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Sucedió que el 72% de los casos identificados correspondían a la cepa B. De estos, ocho de cada diez eran precisamente del linaje Yamagata, que se había quedado fuera de la composición de la vacuna trivalente. A partir de ahí, la tetravalente se impuso.

La temporada actual de la gripe en España comenzó con un predominio de la cepa A(H3N2) en octubre y noviembre. Una segunda ola ha empezado en febrero, donde el tipo B se ha impuesto claramente. Hasta el momento, todos los virus secuenciados han sido del linaje Victoria. En Europa sucede lo mismo: ni rastro de Yamagata.

Virus atenuados

La base de datos sobre gripe de la OMS, FluNet, apunta que Yamagata se impuso en el subtipo B en los años 2017 y 2018, con hasta el 89% de los casos identificados, para suponer solo el 7,1% en 2019 y el 1,4% en 2020.

En esta base de datos sí figuran detecciones de Yamagata en los últimos dos años: 43 en 2021 –la mayoría, en China– y 8 en 2022 (en Chad, Alemania, Pakistán y Belice). Sin embargo, "queda por confirmar si esto se debe a contaminación o efecto de las vacunas atenuadas", explica a EL ESPAÑOL Ángela Domínguez, portavoz de la Sociedad Española de Epidemiología. Es decir, que es más que probable que lo que se haya reportado como Yamagata sea producto de una vacuna de la gripe de las de tipo virus atenuado. Los datos de GISAID, al basarse en la secuenciación del virus, son más concluyentes en este aspecto.

"No se puede decir categóricamente que se haya extinguido", advierte la epidemióloga, que achaca su posible desaparición a la presión ejercida por la Covid en estos tres años. El SARS-CoV-2 habría ocupado enteramente el nicho de otros virus respiratorios y, frente al resto de cepas de la gripe, Yamagata tenía las de perder.

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"Es menos transmisible que el linaje Victoria", cuenta Domínguez, "y tiene menos capacidad de producir derivas antigénicas, es menos frecuente que mute". En cuanto a sus efectos clínicos, "se ha planteado que Yamagata afecta más a los adultos y Victoria a los jóvenes", por eso cabe pensar que la gravedad de la gripe de 2018 pueda deberse a ella.

Para estar completamente seguros de que este linaje ha desaparecido, estima que habría que esperar "un par de temporadas más". No obstante, hay otros indicios que apoyan la idea de que esta variante tenía los días contados y la pandemió la remató.

Un artículo publicado el año pasado en la Revista Española de Quimioterapia escrito por el virólogo del Hospital Universitario Son Espases (Mallorca) Jordi Reina ya apuntaba a una extinción "temporal" de este linaje advirtiendo que la casi totalidad de los especímenes detectados desde 2017 pertenecen al clado 3A "cuando con anterioridad se detectaban clados múltiples circulando". Es decir, su diversidad se había reducido. Solo haría falta un pequeño empujón para expulsarla de la historia.

Domínguez explica que la lenta capacidad de cambio de esta cepa es lenta y el hecho de que no haya estado en circulación este tiempo puede implicar que ya no lo haga más. "Habría que cambiar las vacunas". De momento, la OMS acaba de ofrecer sus recomendaciones para la composición de las vacunas el próximo invierno y mantiene el linaje Yamagata. "Hay que continuar con la vigilancia para corroborar su extinción. De ser así, en el futuro habrá que adaptar las recomendaciones".