Una placa de Petri con un cultivo de bacterias intestinales.

Una placa de Petri con un cultivo de bacterias intestinales.

Salud

Las bacterias del microbioma se trasmiten entre familiares y amigos: su relación con el cáncer

Un estudio internacional ha observado cómo se transmiten las bacterias positivas del intestino entre seres humanos que tienen contacto estrecho.

18 enero, 2023 17:03

Las bacterias beneficiosas que viven en nuestro intestino –también llamadas microbiota– han adquirido un gran protagonismo en los últimos años. Esto se debe a que no sólo se ha observado que son importantes en el proceso de digestión, sino que además tienen un papel dentro de las defensas del organismo. Por esta razón, algunos productos fermentados como los yogures o las kombuchas se han popularizado en gran medida: prometen a los consumidores aumentar el número de bacterias y mantenerlas en forma.

Sin embargo, los nutricionistas insisten en que lo mejor que podemos hacer por estos pequeños organismos es pasarnos a una alimentación con más alimentos vegetales. La realidad es que todavía se están dando los primeros pasos a la hora de entender cómo repercute esta pequeña comunidad en nuestra salud total. En cualquier caso, cada vez se conocen más datos y este mismo miércoles se ha publicado un nuevo estudio en la revista Nature que ha avanzado en el entendimiento de cómo estas bacterias positivas se transmiten de unos humanos a otros.

El equipo científico que ha realizado el estudio pertenece a un total de 18 instituciones y centros de investigación de todo el mundo y, por eso, se considera el trabajo más grande y diverso hasta la fecha sobre la transmisión del microbioma humano. Los científicos observaron cómo se transmite el microbioma entre generaciones —lo que también se ha llamado transmisión vertical— y entre las personas que viven en contacto estrecho —o transmisión horizontal—. 

Transmisión vertical y horizontal

Mientras que la transmisión de la microbiota de la madre al hijo ya se había observado en estudios anteriores, la que se produce entre personas que conviven de manera estrecha —parejas, familiares o amigos— es un concepto novedoso. En el estudio se analizaron 9.000 muestras de heces y saliva de participantes en 20 países y todos los continentes del mundo: un primer estudio confirmó la transmisión de microbiota al nacer y que perdura durante muchos años y, además, dio lugar a una hipótesis.

Los científicos observaron que los bebés carecen de muchas bacterias que son comunes en los adultos y, por eso, pensaron que debían adquirirse más adelante. Los resultados muestran que esos microbios son adquiridos mediante relaciones sociales en las que se comparte hogar. Ahora bien, en estas interacciones la transmisión de microbioma oral e intestinal se da de manera diferente: el microbioma de la saliva se comparte con más frecuencia y, además, la transmisión se produce casi por completo de manera horizontal.

[Estos son los cuatro síntomas que alertan de que tu flora intestinal está dañada]

La contribución al microbioma oral de madres a hijos en el momento del parto es mínima, pero aumenta cuando los individuos conviven. Mireia Valles-Colomer, autora principal del estudio e investigadora posdoctoral del Segata Lab de la UniTrento, rastreó la transmisión de más de 800 especies de bacterias. "Hemos encontrado evidencia de un amplio intercambio del microbioma intestinal y oral vinculado al tipo de relación y estilo de vida. Los resultados sugieren que las interacciones sociales en realidad dan forma a la composición de nuestros microbiomas", explica la científica.

Enfermedades transmisibles

"También hemos encontrado que ciertas bacterias, especialmente aquellas que sobreviven mejor fuera de nuestro cuerpo, se transmiten con mucha más frecuencia que otras. Algunos de estos son microbios de los que sabemos muy poco, ni siquiera han sido nombrados todavía. Esto nos inspira a estudiarlos mejor, ya que todavía tenemos muchas preguntas sin respuesta sobre los mecanismos de transmisión del microbioma y cómo esto afecta nuestra salud", continúa la experta. 

Aunque la cantidad de bacterias intercambiadas entre dos individuos es aproximadamente proporcional a la duración de sus interacciones, las bacterias también pueden transmitirse por interacciones ocasionales y superficiales. "Algunas enfermedades que no se consideran transmisibles —como las cardiovasculares, la diabetes o, incluso, el cáncer— están vinculadas a una composición alterada del microbioma. Este estudio sugiere que algunas de estas enfermedades podrían ser transmisibles, al menos hasta cierto punto", explica Nicola Segata, líder del estudio y miembro del departamento de Biología Celular, Computacional e Integrativa-Cibio de la Universidad de Trento.

Segata explica que en el futuro podrían investigarse terapias centradas en el microbioma que reduzcan el riesgo de padecer estas enfermedades. Ahora bien, es necesario que se realicen más estudios en este sentido para confirmar esta relación entre los microorganismos intestinales y las enfermedades cardiovasculares, metabólicas y oncológicas. Eso es lo que ha dicho Carmen Muñoz Almagro, jefa del grupo de investigación en Enfermedades Infecciosas y Microbioma y directora del Laboratorio de Microbiología en el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona a Science Media Center (SMC).

[Los cuatro trucos de los nutricionistas para cuidar tu estómago: lo que nunca debes hacer]

"Se trata de un estudio muy interesante con una metodología rigurosa que analiza la transferencia de microorganismos componentes del microbioma humano entre individuos", explica Muñoz Almagro. Coincide con ella Toni Gabaldón, profesor de investigación ICREA y jefe del grupo de Genómica Comparada del Instituto de Investigación Biomédica (IRB Barcelona) y del Barcelona Supercomputing Centre (BSC-CNS), que sin embargo añade a SMC: "Un problema inherente de este tipo de datos es que sólo pueden arrojar información sobre cepas de microbios que están en más de un individuo. Esto sugiere que ha habido una transmisión en algún momento anterior, pero no permite descartar una colonización en paralelo a partir de una misma fuente. También el estudio puede detectar los microbios que se han transmitido y que han pervivido, pero no conocemos las dinámicas que permiten que unos microbios transmitidos perduren y otros no lleguen a colonizar".