El ISCIII ha concedido cerca de 17 millones de euros en ayudas a las investigación clínica independiente.

El ISCIII ha concedido cerca de 17 millones de euros en ayudas a las investigación clínica independiente.

Salud

El Gobierno da a Cataluña el 60% de las ayudas a la investigación médica y sólo el 10% a Madrid

Dos de cada tres euros de las subvenciones a proyectos de investigación clínica independiente, centrada en medicamentos, va a centros catalanes.

21 diciembre, 2022 02:38

Las subvenciones a proyectos de investigación clínica independiente que otorga el Instituto de Salud Carlos III, de casi 17 millones de euros, han levantado polvareda en en el sector biomédico español. Las ayudas, que forman parte de la Acción Estratégica en Salud 2021-2023 han beneficiado, en su convocatoria de 2022, a 11 proyectos catalanes por 2 madrileños, 2 andaluces, 2 navarros, 1 vasco y 1 de Aragón.

Es decir, el 57,9% de los proyectos financiados por el Carlos III, entidad dependiente de los ministerios de Ciencia y Sanidad, los realizarán centros de Cataluña, por el 10,5% de Madrid o Andalucía.

Investigadores cuyos proyectos han sido rechazados se sorprenden de esta desproporción. "Llama la atención", afirma Antonio Ramos, jefe de Medicina Interna del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda. Otros apuntan a una "mano negra" en un proceso de evaluación que está envuelto en sombras.

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Estas ayudas buscan apoyar la investigación en medicamentos no patrocinada por la industria farmacéutica, como pueden ser ensayos clínicos con combinaciones de medicamentos o con terapias avanzadas desarrolladas en el mundo académico. El importe total de esta edición asciende a 16.698.248,15 euros. Los centros catalanes obtienen 11.156.588,87 euros, esto es, dos de cada tres euros. Por su parte, los dos proyectos navarros reciben 2.214.850 euros; los dos andaluces, 1.765.752,89 euros; los dos madrileños, 983.424,2 euros.

A la convocatoria que acaba de resolverse se presentaron un total de 82 proyectos. De los 63 no financiados hay 21 madrileños (el 32,8%), 11 catalanes (el 18%), 10 andaluces, 6 valencianos o 4 gallegos.

Madrid y Cataluña son las comunidades más productivas de investigación, también en investigación médica, según los datos recogidos por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología. En esa productividad, medida por número de artículos publicados en un año en revistas de impacto, Madrid supera a Cataluña: 14.000 publicaciones frente a 10.000 (tercera es Andalucía, con 5.000).

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Es decir, la concesión de estas ayudas (una de las más importantes de la Acción Estratégica en Salud en cuanto a cantidades por proyecto) no se equipara al nivel de productividad investigadora en el área de la medicina de las comunidades.

Ni siquiera cuando se tiene en cuenta el nivel de publicaciones que pertenecen al 1% de mayor impacto, donde Cataluña sí supera a Madrid: el 3,6% de sus trabajos médicos figura en esa élite, por el 2,9% de las madrileñas.

Baja calidad evaluadora

"No he visto semejante evaluación en el Instituto de Salud Carlos III. Solo se puede explicar con una mano negra en el proceso de evaluación", comentaba en redes sociales Xosé R. Bustelo, investigador del Centro de Investigación en Cáncer de Salamanca. Mariano Provencio, jefe de Oncología del Hospital Universitario Puerta de Hierro y presidente del Grupo Español de Cáncer de Pulmón, que figura entre los proyectos denegados para su financiación, no cree que exista esa mano negra pero sí que "la calidad de las evaluaciones ha bajado de forma importante".

Antonio Ramos apunta a lo poco específico de las razones aportadas para la denegación, más allá de un genérico no alcanzar la puntuación suficiente para ser financiado. "Son 80 puntos los que se necesitarían, pero no sabemos los que hemos sacado", confiesa. "No me han dicho la nota ni los motivos de no alcanzarla o sus deficiencias", lo que impide mejorar el proyecto para la próxima vez.

Más allá de Madrid, Antoni Riera, jefe de sección de Medicina Interna del Hospital Universitari de Bellvitge y otro de los que figuran entre los no financiados, expone: "A mí me han concedido dos ayudas que he solicitado al ISCIII y me han rechazado otras. Hay muchas solicitudes. No creo que sea un tema de transparencia". 

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Carlos Solano, jefe de Hematología del Hospital Universitario de Salamanca, que también se ha quedado fuera, no está de acuerdo. "No estamos contentos con la evaluación porque no se han tenido en cuenta algunos méritos de los grupos solicitantes a pesar de nuestras alegaciones y que hubieran sido determinantes para entrar en nivel de corte".

Otro investigador de fuera de Madrid que prefiere no decir su nombre también se muestra decepcionado con el proceso de evaluación. "Creo que ha existido un sesgo importantísimo en la evaluación, con puntuaciones muy, muy ajustadas para no ser financiados". 

Mariano Provencio pone un ejemplo. "La evaluación global fue buena salvo los méritos curriculares del jefe de grupo [él mismo] en relación a la capacidad de liderazgo en ensayos clínicos, experiencia previas en ensayos clínicos, etc. Ahí me puso un cero". Provencio es director científico del Instituto de Investigación Sanitaria de su hospital, catedrático de Medicina por la Universidad de Alcalá de Henares y profesor adjunto de la George Washington School of Medicine and Health Sciences.

El oncólogo mandó "tres páginas de alegaciones". La respuesta del Carlos III: "Una vez analizadas las alegaciones recibidas y habiendo revisado los informes de evaluación emitidos, la Comisión Técnica de Evaluación considera que las mismas no desvirtúan la decisión que se adoptó y quedó manifestada en la propuesta de resolución provisional de concesión de subvenciones para Proyectos de Investigación Clínica Independiente. Por ello las alegaciones formuladas son desestimadas".

Esa es la respuesta tipo que parece haber recibido todo aquel que ha realizado alegaciones. El investigador que prefiere no ser citado apunta que, ante su reclamación, "me han repetido la evaluación", que ha puntuado muy bien todo el proyecto "salvo mi experiencia en ensayos independientes, en la que me han puesto un 0 cuando, en este momento, soy el investigador principal de tres ensayos independientes simultáneos", comenta recalcando que su impresión es que la evaluación ha sido "mala y la ausencia de transparencia evidente".

En redes sociales también dan cuenta de la misma respuesta. El investigador murciano Ginés Luengo Gil también se quejaba de la baja especificidad de la respuesta, lamentando la oportunidad perdida para mejorar el proyecto.

Provencio indica que en los últimos años ha habido un cambio en la evaluación de proyectos por parte del Instituto. "Antes se externalizaba, pero desde hace dos años es el ISCIII el que se ocupa de las evaluaciones", cuya calidad califica de "ínfima".

El problema, apunta, es que se desconoce qué personas son las encargadas de evaluar los proyectos y si tienen el nivel requerido para hacerlo, explica. "Es un sentimiento muy generalizado el de que las evaluaciones del Carlos III están hechas por gente que no tiene competencia". Algo similar apunta Carlos Solano: "Se desconocen los evaluadores, si son expertos en el tema y si tienen posibles conflictos de interés".

Listado anual de evaluadores

Desde el Carlos III señalan que al cerrarse, cada año, la convocatoria de la Acción Estratégica en Salud, "se publica el listado total de evaluadores, pero no el nombre de las personas que evalúan cada proyecto, por razones de confidencialidad". Se la circunstancia de que los tribunales de evaluación en las ofertas públicas de empleo son públicos, pero los de las ayudas públicas a la investigación no.

El jefe de medicina interna del Puerta de Hierro, Antonio Ramos, reconoce que hacer públicos los componentes del comité técnico evaluador puede tener sus riesgos, como "comentarios, represalias o presiones", pero opina que la falta de trasparencia "es perjudicial porque impide mejorar el propio proyecto. Si no dicen en qué has fallado o en qué puedes mejorar, te impide reformarlo".

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Provencio cree que la composición del comité técnico evaluador debe ser pública y externa, y apunta que él ha formado parte de comités de evaluación para ayudas en Estados Unidos, Reino Unido o Hong Kong. El Instituto "debería tener evaluación internacional externa, sin conflictos de interés personales o territoriales". Así se evitarían suspicacias. "No estoy hablando de algo que no se haya hecho nunca, hay otros proyectos que sí lo hacen".

En el Carlos III afirman que la evaluación realizada "es de muy alta calidad. Participan más de mil científicos y representantes de pacientes a lo largo del proceso que se repite todos los años".

Continúan: "Cada proyecto es evaluado por un número mínimo de cuatro personas y, posteriormente, estas evaluaciones son presentadas a un panel en el que participan un mínimo de 12 personas distintas en función del área de conocimiento. Estos paneles generan una clasificación de proyectos en función de las evaluaciones recibidas; los primeros clasificados son los que reciben financiación, siempre valorando la calidad científica de las propuestas y su adecuación a las prioridades de cada convocatoria".

Además, incide en que, "como todos los años, va a dar respuesta a todas las peticiones y alegaciones que envían las personas solicitando más información en torno al proceso de evaluación y los resultados de las convocatorias".

Mariano Provencio pone en tela de duda que sea así. "En proyectos estratégicos de gran envergadura como estos, la selección tiene que ser muy fina. Hay que conocer quiénes son los evaluadores y cuál es la capacidad que tienen. Propongo seguir el modelo europeo de evaluación internacional independiente para segmentos estratégicos". Y concluye: "Externalizar [la evaluación] de 40 proyectos parece fácil. Lo hacen otros países, no sé por qué no lo hacemos aquí".