Mapfre, no sabes la que te espera. Eso no se lo dije a mi jefe, pero lo pensé, ciertamente, cuando me sugirieron probar Savia, la plataforma de servicios de salud digital que la compañía aseguradora lanzó en 2019. La propuesta era sencilla: probar la aplicación durante este verano y contar mi experiencia. Alguien pensó que sería buena idea: con un pequeño que roza los tres años y otro recién nacido, unas vacaciones de por medio y un padre –o sea, yo- con cierta tendencia hipocondríaca, supongo que creían que le daría uso y podría hablar con propiedad de ella “en primera persona”, sic.

Lo primero que me vino a la cabeza es que esta ‘barra libre’ de telemedicina podría ser una especie de vicio para un perfil como el mío. Por supuesto, la realidad me ofreció una experiencia mucho más prosaica y, adelantemos, más útil y madura. No quería probar por probar sino ceñirme verdaderamente a un uso real y que puede ser el de cualquiera en circunstancias similares. Esto marcaba una línea roja a la que me he ido ajustando con pulcritud, pasara lo que pasara: evitar coger el móvil para cualquier cosa para la que el sentido común tuviera una explicación obvia. Dicho de otra manera, acceder a los servicios de Savia de la misma manera que acudiría al médico de forma presencial en caso necesario o cuando de verdad lo creyera conveniente.

Y adelantando la conclusión, y sin que hubiera tenido ninguna experiencia previa con este tipo de plataformas, se trata de una herramienta más que recomendable, versátil y que puede evitar visitas innecesarias a urgencias o evitar lidiar con la congestión que hay en muchas consultas hoy en día. Como complemento a lo de siempre, Savia se convierte en un aliado ideal para nuestro estilo de vida.

Para empezar a manejarse en el sistema, Savia te solicita información básica para generar un perfil personalizado. Las preguntas son sencillas y no especialmente intrusivas: sexo, peso y altura para empezar, y a continuación algunas cuestiones acerca de las preferencias de uso y las expectativas. Son apenas unos minutos para comenzar a funcionar, tras lo cual la app nos sitúa en una pantalla de inicio desde la que acceder al catálogo de servicios. Todo está muy a mano, presentado de forma clara y, esto me lo van a perdonar, expresado de una manera que se entiende, huyendo de denominaciones que te obliguen a perder tiempo en comprender qué son: aquí las cosas se llaman por su nombre.

Eso facilita mucho el uso y permite discriminar rápidamente entre la buena cantidad de opciones que existen. Y es que, además de una lista más o menos convencional, en pantalla se mantienen en todo momento accesos directos a las opciones (presuntamente) más demandadas: un chat médico, videoconsulta, el evaluador de síntomas y otro botón para el resto de posibilidades. Las dos primeras, además, están disponibles las 24 horas.

Cribado digital

Lo primero a lo que accedí es al evaluador de síntomas. Se trata de un mecanismo de inteligencia artificial en el que se van cribando las circunstancias del usuario para aproximarse a un diagnóstico y orientarlo hacia la rama médica que más le convenga. A través de preguntas relacionadas con los datos que se le aporta al sistema, la ‘conversación’ va fluyendo hasta generar un informe en el que se resume toda la información dada y se aconseja al paciente acudir a especialistas concretos. Esto es importante porque, como avisa la pantalla de bienvenida de esta herramienta, se trata de una primera toma de contacto que en ningún caso pretende sustituir a un médico sino proporcionar orientación. Me vale: sentía unas palpitaciones y al menos me calmé pensando que lo más probable era que respondieran al estrés.

Como suele suceder con niños de por medio, los imprevistos llegan sin avisar y en el momento más inoportuno. Y unas idílicas vacaciones son el mejor escenario para ello si atendemos al manual de la ironía, claro. Total, el cuadro de mi hijo mayor incluyó fiebre (unos 38 más o menos), falta de apetito y una cierta apatía. Es verdad que el calor no animaba estos días a moverse mucho pero, para un niño de dos años y medio, pasar dos días pegado al sofá y sin hacer ruido no es muy normal. Y más con una playa a tiro.

Y si bien es cierto que cualquier padre sabe que este tipo de situaciones están a la orden del día, que tal cosa te pille alejado de tu médico o pediatra habitual complica las cosas. ¿Dónde acudir en caso necesario… si de verdad es necesario? Por eso accedí al servicio de chat 24 horas para empezar. Dentro me llevé una sorpresa porque el diálogo no se abre directamente sino que hay que elegir entre una decena de especialidades que van desde la medicina general (este es el único de todos los canales abierto las 24 horas), hasta la alergología, pasando por pediatría, cardiología, ginecología, nutricionista e incluso un entrenador personal que, si bien no me ha dado tiempo a probar (otra de las consecuencias de la vida de padre), me parece una opción interesante para estar más o menos en forma.

Respuesta inmediata

Dicho esto, el contacto con una especialista en pediatría fue inmediato. Y es cierto que se pierde el factor de proximidad porque al final un chat es siempre una opción más fría, pero dadas las circunstancias, lo que quieres es que te atiendan, que te presten atención y que te digan los posibles pasos a seguir. Lo bueno del chat es que la economía de palabras permite ser más preciso en la descripción de los síntomas y a evitar cualquier tipo de equívoco. En nuestro caso, y tras valorar todo, la recomendación fue cuidar la fiebre con un medicamento y vigilar el resto de síntomas. No creo que teniendo un médico cara a cara hubiera habido otro tipo de indicación.

Subamos el nivel, pues. Ya de vuelta, y cuando este episodio vacacional quedaba en el olvido, nuevamente este niño volvió a ser mi mejor ayudante para probar Savia. Esta vez con vómitos y dolor de barriga. Aquí sí, dado que estaba en casa, opté por la otra opción, la de la videollamada. El menú que se abre en este caso te da a elegir de qué paciente se va a tratar la consulta. Esto es importante resaltarlo porque, aunque el sistema ‘pertenezca’ a un adulto, es posible añadir hasta cinco perfiles infantiles a los que también cubre la atención médica que se presta.

El sistema permite hacer la llamada en el momento (recordemos que está disponible las 24 horas) o programarla para otro momento, según nos convenga. A partir de ahí, la primera toma de contacto se produce con una persona que efectúa una especie de triaje: le contamos los síntomas y establece a quién derivar la consulta, en este caso con una pediatra. Y aquí, pues lo que supone una videollamada al uso. Es una fórmula que se ajusta a las ventajas mencionadas antes como la accesibilidad, la inmediatez… características que ayudan a resolver dudas.

Es cierto que la lógica se impone en este punto, ya que más allá de las pruebas más básicas como la de tomar la temperatura o la tensión, que podemos hacer en casa, nos faltará el contacto con el médico para una valoración más minuciosa. Pero como ocurría con el chat, desde luego es más que suficiente para una primera valoración y para saber si hay que tomar alguna otra medida.

Un gran potencial para todos los perfiles

Hasta aquí mi experiencia de uso real hasta el momento. Lo dicho: por falta de necesidad (toquemos madera) y de tiempo no recurrí al resto de servicios. Pero al menos sí me gustaría dejar constancia de algunas opciones que, con más tiempo, habría usado con total seguridad y sin necesidad de ser un padre con hijos. En este sentido, cualquiera puede sacar partido a una app que se articula en torno a tres grandes pilares, como explica Mapfre: “La inmediatez, la disponibilidad y la prevención”.

Me ha parecido especialmente relevante la oportunidad que concede Savia para programar citas médicas o incluso para comprar una medicación que necesitemos y llevártela a casa. Hasta es posible reservar y pagar vía app pruebas específicas como resonancias, analíticas o incluso las ya tan cotidianas PCR, entre otras.

Son soluciones innovadoras que hacen la vida más fácil en un contexto en el que la falta de tiempo que conlleva la rutina hace muy difícil cuadrar agendas para visitar al médico. De hecho, ese parece ser un factor clave en el éxito de Savia según el informe ‘La radiografía de la salud digital’, en el que se desvela que este ahorro de tiempos de espera, de desplazamientos o de gestión de trámites es una de las grandes ventajas para sus más de 422.000 usuarios registrados.

Por otra parte, y dado que uno ya va entrando en una edad en la que a veces incluso lo digital cuesta, reconozco que tenía ciertas reticencias por trasladar a un dispositivo móvil o a la web la medicina. Por supuesto, no se trata de eso: las consultas presenciales, en mi opinión, seguirán siendo necesarias y clave para resolver muchos problemas. Pero como una primera medida, disponer de este ecosistema en el bolsillo, tan completo y, sobre todo, tan sencillo de usar, es un avance innegable para todos. Las cifras de Savia apoyan esta tesis: durante su tiempo en servicio ha atendido más de 300.000 consultas al año.

Tendencia hacia la telemedicina

Y sé que esta percepción personal no es exclusivamente mía. Según el informe de Savia, los españoles en general también han aceptado con mayor entusiasmo las soluciones digitales en cuanto a medicina. La evolución de la pandemia, por supuesto, ha terminado por convencer a muchos en cuanto al uso de este tipo de soluciones y a la búsqueda de información médica en la red de manera independiente.

Se podría hablar, a tenor de estos números, de que el futuro pertenece a estos medios: se estima que el 71% de los usuarios ya gestiona consultas médicas de manera online, un 69% ha usado algún tipo de servicio de salud digital en el último año y hasta el 79% admite que usar servicios de telemedicina es una opción real para ellos en los próximos meses. Como era de esperar, hay una mayor predisposición entre los jóvenes, como delata el perfil del usuario medio que traza Savia, que caracteriza el usuario tipo como mujer (58%), joven (98%), urbanita (36%) y con formación superior (57%).

Además, disponer de esta herramienta es estar abonado y actualizado al potencial que ofrece, en constante revisión. En este sentido, Savia aboga por la innovación y también ha abierto un capítulo de atención psicológica cuyos profesionales se añaden a un cuadro médico que comprende más de 30.000 profesionales para más de 40 especialidades y que, en mi caso, me podrá venir muy bien para evitar que el estrés me consuma. Es una forma de entrar en el futuro y maximizar la comodidad y darle un valor añadido a nuestro tiempo y a nuestra tranquilidad que, como ya han visto, con niños de por medio es una de las cosas más importantes.