España multiplica por cuatro los ingresos hospitalarios por Covid-19.

España multiplica por cuatro los ingresos hospitalarios por Covid-19. Universidad de Castilla-La Mancha E.P.

Salud

España dobla la curva de la séptima ola Covid y aguarda a un nuevo pico de fallecidos

La incidencia acumulada comienza a bajar pero julio ya registra el mayor número de muertes diarias desde el fin de la sexta ola.

16 julio, 2022 03:01

La (extraoficialmente) bautizada como séptima ola Covid ha superado su pico de contagios, reduciéndose la incidencia acumulada por primera vez desde el pasado 10 de junio. También han bajado los ingresos en hospital mientras que las muertes, indicador que llega a su cima en las semanas posteriores a que la curva de infecciones se haya doblado, siguen creciendo.

Así, según los datos proporcionados por el Ministerio de Sanidad este viernes, la incidencia acumulada en mayores de 60 años ha bajado 97 puntos, situándose en 1.158. La situación difiere por comunidades: La Rioja supera los 2.000 casos por 100.000 habitantes, mientras que Andalucía (347,43) y Baleares (902,91) son las únicas por debajo de 1.000.

Las hospitalizaciones han caído por primera vez también desde el 10 de junio. Lo han hecho nada menos que en 1.076 pacientes, dando la vuelta a las espectaculares cifras de aumentos de las últimas semanas, si bien es cierto que la tendencia desde el pasado abril ha sido de un aumento irregular pero sostenido.

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Poco después de la entrada en vigor de la nueva estrategia de vigilancia de la Covid, el pasado 26 de marzo, los ingresos de Covid llegaban a su mínimo de lo que va de año: 4.150, cifra que era triplicada el pasado martes. Con todo, los 11.713 enfermos hospitalizados reportados por el Ministerio este viernes suponen el 9,7% del total de camas de hospital ocupado por pacientes Covid. Los ingresos en UCI, 513, continúan aumentando pero a un ritmo bajo.

Lo que no deja de aumentar son las muertes: 109.348 en total, 400 notificadas desde el martes. Mientras que la polémica de las hospitalizaciones por Covid o con Covid –es decir, gente que ingresa a causa de la infección o aquellas en que tiene un positivo asintomático o leve y entra en el centro por otra razón– sigue sin resolverse, el indicador de las muertes no deja lugar a dudas del impacto de esta séptima ola.

Retraso en las muertes

Desde la sexta oleada del SARS-CoV-2, la mortalidad diaria se ha mantenido mucho más alta que en anteriores periodos entre ondas epidémicas, cuando podían registrarse una decena o menos de defunciones. En los puntos más bajos de este 2022 se han contabilizado alrededor de una treintena de muertes diarias (los médicos que certifican el fallecimiento deben poner una causa inequívoca de muerte, lo que impide que alguien que fenezca en un accidente de tráfico pero hubiera dado positivo aparezca como fallecido por Covid, por ejemplo).

En lo que llevamos de julio, en cambio, el pico de muertes se sitúa en las 89 del pasado martes 5, pero es esperable que se incremente en los próximos días por dos razones. La primera, porque existe un retraso natural entre el aumento de los contagios y el de las muertes que se estima en dos semanas. La segunda es el retraso en la notificación de las defunciones, ya que no se trata únicamente de un acto médico sino también burocrático/administrativo, por lo que las cifras notificadas de muertes en un día dado suelen engordar posteriormente.

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El alto número de hospitalizaciones y muertes no indica que las nuevas variantes del SARS-CoV-2 sean más virulentas ni que las vacunas sean ineficaces. De hecho, en el último informe epidemiológico del Instituto de Salud Carlos III, la tasa de mortalidad entre mayores de 60 años (los únicos en los que se contabilizan pormenorizadamente casos y hospitalizaciones) es menor incluso que en la sexta ola.

En el último informe sobre variantes del ministerio, el riesgo asociado a los nuevos linajes derivados de ómicron (BA.2.12.1, BA.4 y especialmente BA.5, que presenta un mayor ritmo de expansión) se califica como bajo. Sin embargo, como hemos aprendido desde la llegada de ómicron, un aumento significativo de los contagios va a implicar un aumento de la mortalidad aunque la variante sea más leve.

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Hace un mes, el Centro Europeo para el Control de Enfermedades (ECDC) advertía de que estas nuevas variantes provocarían un aumento de los casos en las siguientes semanas. Así ha sido: tras alcanzar un valle de contagios entre finales de mayo y principios de junio, el número de casos diarios por millón de habitantes en la Unión Europea ha crecido de 324 a 845, según los datos recogidos en el portal Our World in Data, de la Universidad de Oxford. Francia, con casi 2.000 casos diarios por millón de personas, es uno de los países más afectados.

A nivel mundial se da la misma situación y esta nueva oleada ya ha superado el récord de contagios diarios de las anteriores a ómicron. Además, la tendencia a la baja del número de muertes se ha revertido y en lo que va de julio ha comenzado de nuevo a crecer, si bien de momento se sitúa lejos de las cotas alcanzadas en anteriores ondas epidémicas.