Una investigadora realiza pruebas en un laboratorio del CSIC.

Una investigadora realiza pruebas en un laboratorio del CSIC. Andrés Díaz Comunicación CSIC

Salud

Unen células modificadas genéticamente y virus para atacar a los tumores sólidos más escondidos

Las terapias CART se han mostrado muy eficaces en cánceres hematológicos pero hasta ahora tenían una cuenta pendiente con los sólidos.

16 abril, 2022 04:12

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Investigadores de la Clínica Mayo en Rochester, Estados Unidos, han combinado dos terapias punteras contra el cáncer para llegar hasta donde todavía no lo habían hecho. Las CART son linfocitos T, un tipo de células inmunes, que han sido modificados genéticamente para detectar células tumorales y destruirlas, pero hasta el momento solo han conseguido un gran éxito en cánceres líquidos como leucemias o linfomas.

Ahora, al 'cargarlos' con un tipo de virus, han conseguido llegar eficazmente a tumores sólidos. Estos virus oncolíticos –que 'rompen' el cáncer– pueden penetrar eficazmente en ellos y romper la coraza molecular con que se protegen, pero no tenían la capacidad de viajar por lo que tenían que ser inyectados en el lugar de crecimiento del tumor.

La combinación, por tanto, puede llegar a las metástasis del tumor principal sin necesidad de ser inyectados en un sitio específico y, además, han generado memoria en el cuerpo para actuar si las células cancerígenas comienzan de nuevo a crecer. Solo hará falta reavivar esa respuesta con un refuerzo de virus tipo vacuna.

Liderados por Richard Vile, colíder del Programa de Terapia Génica y Vírica de la Clínica Mayo, han probado esta estrategia en ratones y en dos tipos de cánceres distintos: glioma cerebral y melanoma subcutáneo.

En un artículo publicado en la revista Science Translational Medicine, han descrito cómo la combinación de una CART específica con un virus de la estomatitis vesicular (conocido como VSV) permite destruir el escudo molecular que utilizan algunos tumores para evitar un ataque del sistema inmune.

Una vez abierto ese escudo, el virus penetra en el tumor (algo que les cuesta bastante a los linfocitos T por sí solos), infecta las células tumorales para replicarse, 'abriéndolas' y permitiendo la actuación del sistema inmune.

Por otro lado, al liberar el virus, este transforma el ambiente del tumor en un entorno altamente inflamatorio, "por lo que el propio sistema inmune del paciente lo detecta y comienza a atacarlo", indica Vile.

La combinación de CART y VSV ha permitido conseguir altas tasas de curación en los ratones con tumores diversificados sin causar una toxicidad significativa. Los investigadores de la Clínica Mayo pretenden comenzar ensayos clínicos en personas en uno o dos años.

Combinaciones de tratamientos en cáncer

Las combinaciones de tratamientos forman parte del núcleo de las estrategias contra el cáncer. De lo que se trata es de aprovechar las ventajas de las diferentes estrategias (radioterapia, quimioterapia, inmunoterapia, etc.) evitando parte de los inconvenientes.

En los últimos años, sin embargo, estas combinaciones han tomado un aspecto más complejo: ya no se trata de administrar una terapia u otra al mismo tiempo, sino de 'cargar' una dentro de la otra.

Por ejemplo, utilizando anticuerpos monoclonales, que son altamente específicos de las células cancerígenas, para llevar la quimioterapia hasta el tumor, evitando los daños que puede provocar esta en células sanas.

El ejemplo más conocido de esta terapia combinada es TDM-1. Se basa en la que fue la primera terapia dirigida, trastuzumab, aprobada en el año 2000 por la Comisión Europea para tratar los cánceres de mama que expresan el receptor HER2.

A cada molécula de este anticuerpo monoclonal se le incluyeron tres moléculas del agente quimioterápico DM1, altamente tóxico. Sin embargo, gracias al trastuzumab, solo actúa en aquellas células que han sobre-expresado HER2, como las cancerígenas, destruyéndolas sin generar unos efectos secundarios tan importantes como la quimioterapia clásica.

Recientemente, otra combinación de trastuzumab con quimioterapia (deruxtecan) ha logrado unas supervivencias nunca vistas hasta ahora en cáncer de mama metastásico, del 94,1% de las pacientes en el primer año de tratamiento.

Las terapias CART irrumpieron hace poco más de tres años. A nivel europeo hay aprobadas actualmente dos, indicadas para linfoma difuso de células grandes B y para leucemia linfoblástica aguda. En España hay disponible una tercera, desarrollada por el Hospital Clínic de Barcelona y que solo se puede utilizar, de momento, en dicho hospital, para el tratamiento de la leucemia linfoblástica aguda.

Son varias las CART que se están ensayando para tumores sólidos, aunque de momento ninguna ha llegado a comercializarse. De ellos, son las del cáncer de mama las que están más avanzadas. De tener éxito esta nueva combinación de CART y virus oncolítico en humanos, abrirá un enorme campo de nuevos tratamientos contra el cáncer.