La sexta ola ya registra más de 5.000 muertes.

La sexta ola ya registra más de 5.000 muertes.

Salud Covid-19

La sexta ola registra ya 5.674 muertos por Covid y podría superar a la quinta antes de febrero

A pesar de la levedad de ómicron, la tendencia se mantendrá durante los próximos días.

27 enero, 2022 02:04

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La sexta ola parece haber llegado a su pico en contagios, hospitalizaciones y camas de UCI. El misterio recae ahora sobre la mortalidad, que ha ido marcando récords estos últimos días. A pesar de la benignidad de ómicron, si el ritmo de las muertes sigue el de los últimos 15 días se superará el total de la quinta ola con el cambio de mes.

En la quinta ola hubo 6.228 muertes, cálculo realizado restando al total de muertes del 14 de octubre (fecha de comienzo de la sexta ola según los informes epidemiológicos del Instituto de Salud Carlos III) las que había a 20 de junio, cuando se inició la quinta.

Hasta ahora se han registrado 5.674 muertes en esta última onda epidémica, con un pico diario de 382 comunicado este martes. Según el Ministerio de Sanidad, esta cifra que no se veía desde la tercera ola, cuando las vacunas apenas empezaban a administrarse, se debió a un retraso en la notificación de 154 defunciones de una comunidad autónoma en los últimos días.

Sin embargo, el ritmo de mortalidad diaria de las últimas dos semanas, una vez clasificados los fallecimientos por fecha, es de unos 125 casos. Esto quiere decir que en tan solo cuatro días se alcanzaría el total de muertes contabilizadas en la quinta ola. A ellas habría que sumar las que seguirán registrándose una vez se supere este pico.

Aunque los contagios son ómicron casi en su totalidad –en la primera semana de 2022 ya suponían el 85,9% del total), entre los fallecidos "aún habrá bastante delta", opina Salvador Peiró, especialista en Salud Pública de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana, Fisabio.

Entre el contagio y el fallecimiento suele pasar, de media, alrededor de un mes, y "a finales de diciembre la mitad de los casos secuenciados en España eran todavía delta", apunta Peiró, que considera que la mortalidad de esta sexta ola superará a la del verano. "Ya hemos superado su peor día, aunque dependerá de la pendiente de caída, que quizá sea más rápida si cuando lleguen los casos de ómicron tienen menos mortalidad".

Aunque el número de muertes alcanzado en las tres primeras olas (entre 18.000 y 28.000 por cada una, según el recuento del Ministerio de Sanidad) parece muy lejos y, ciertamente, imposible de alcanzar, el de la cuarta, que se desarrolló entre marzo y junio del año pasado, no parece muy lejano.

Si fue con diferencia la oleada con un menor número de contagios, poco más de medio millón, registró nada menos que 8.265 muertes. Era la época en que la vacuna había cubierto a las residencias y profesionales sanitarios, y comenzaba a extenderse entre las personas mayores de 70 y 80 años que no fueran residentes, así como profesiones consideradas esenciales más allá de las sociosanitarias.

La incapacidad de registrar todos los contagios de Covid que se producen en el país debido al cuello de botella de la atención primaria, los positivos de autotest que no se notifican, etc. imposibilitan conocer con exactitud cuándo ha sido –si es que ha sido ya– el pico de la sexta ola.

Mortalidad 'por' y 'con' Covid

Asumiendo que ya lo hemos pasado, Peiró estima que veremos el pico de muertes en un par de semanas. Al ritmo actual se habrían alcanzado unas 7.250 muertes. Parece difícil que se llegara a igualar, por tanto, el total de fallecimientos recogido en la cuarta ola, pero eso dependerá de cómo de inclinada sea la curva de descenso de esta onda epidémica actual.

La buena noticia es que, si ómicron es definitivamente más leve (y así parece serlo una vez descontado el efecto de las vacunas y de la inmunidad alcanzada por una infección previa), el pico se alcanzaría antes y los fallecidos serían menos de los esperados.

"En las curvas se vería un mayor desacople entre casos y mortalidad y, también, una reducción del tiempo de decalaje entre curvas", explica Peiró, que hace un apunte interesante: si se está debatiendo el registro de hospitalizados 'con Covid' (ingresan por una razón distinta a la infección pero dan positivo en PCR) y 'por Covid' (ingresan por complicaciones de la infección, como neumonía), esta misma situación puede darse en los fallecimientos.

"Nuestra forma de contar fallecidos es 'muerto con PCR positiva' y, actualmente, hay mucha gente con PCR positiva, quizá una de cada 20 personas", indica el epidemiólogo. "Así que hay mucho fallecido con Covid incidental. Mucho más que en otros periodos, donde la transmisión nunca alcanzó esas cifras tan fantásticas que estamos viendo este mes".

Ómicron está obligando a replantear la pandemia. Ya se hizo con el semáforo Covid de ministerio y comunidades autónomas para modificar el nivel de preocupación de la incidencia, y también se está planteando abandonar la contabilidad caso por caso de la pandemia (lo que se conoce como 'gripalización', que consistiría en pasar a un sistema de vigilancia centinela que nos dé una visión de la pandemia que permita gestionarla con menos recursos). Puede que también acabe haciéndose para medir los ingresos y la mortalidad asociada a la misma.