Una persona joven recibiendo una vacuna.

Una persona joven recibiendo una vacuna. ICAL

Salud Juventud

Por qué adelantar la vacunación a los jóvenes no salvará el verano

La inmunidad de este grupo no llegaría, como pronto, hasta la segunda mitad de agosto, y todavía queda mucha gente mayor por vacunar.

9 julio, 2021 02:34

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La rápida expansión del SARS-CoV-2 entre los menores de 30 ha llevado a plantear la apertura de la vacunación en este grupo de edad antes de lo que le corresponde, cuando todavía quedan por inocular con al menos una dosis millones de personas por encima de los 40 años.

Aunque el Comité Asesor de Vacunas de la estrategia nacional de vacunación contra la Covid-19 descartó priorizar a este segmento de la población. No obstante, comunidades autónomas como Madrid, Castilla-La Mancha, Cataluña, Baleares o Canarias han anunciado que adelantarán la inoculación en los jóvenes.

El presidente del Comité de Bioética de España, Federico de Montalvo, ha justificado este paso con que se puede tratar de "responsabilidad solidaria", para proteger a la población que se puede ver afectada por el aumento de casos entre jóvenes. Es decir, a todos aquellos adultos mayores de 40 años que están todavía sin una pauta completa de vacunación.

Ya hay comunidades cuya incidencia se ha disparado por encima de los mil casos por 100.000 habitantes. Asturias, Cantabria, Castilla y León, Cataluña o Navarra tienen unas tasas nunca vistas en ningún otro momento de la pandemia. A nivel nacional, la incidencia a 14 días es de 911 casos en el grupo de edad de entre 20 y 29 años.

En este mismo grupo de edad hay algo más de 740.000 personas con al menos una dosis, aproximadamente un 15% del total. El siguiente segmento de población, el de las personas entre 30 y 39 años, dobla esa cifra: tiene más de un 37% de la gente vacunada.

¿Marcaría la diferencia ponerse a vacunar ahora a los cinco millones de jóvenes que todavía no han recibido una sola inyección? El médico de familia Vicente Baos lo ha explicado en Twitter de esta manera: "Si se vacunaran todos los jóvenes de 16 a 30 años con la vacuna mRNA [Pfizer o Moderna], solo estarían 'protegidos' a partir del 18 de agosto".

Primero, porque entre uno y otro pinchazo deben pasar tres semanas, lo que nos pondría en los últimos días de julio. Después de esa segunda dosis tendrían que pasar otras dos semanas más para que la cantidad de anticuerpos generados sea máxima.

Esto es, sería a partir de la segunda mitad de agosto cuando esta vacunación extraordinaria –porque, aunque mejoremos el buen ritmo de vacunación que llevamos hasta ahora, sería imposible inocular a todos los jóvenes en menos de dos semanas– tendría su efecto en la evolución de los contagios. Solo quedarían quince días para disfrutar de las vacaciones antes de que llegue septiembre.

El especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública Juan Francisco Navarro se muestra de acuerdo con la crítica de Baos e indica que, como tantas otras medidas cortoplacistas, llega tarde. "Lo que nos vaya a pasar en las próximas dos semanas es resultado de los contactos habidos en las dos semanas anteriores".

Además, considera que "no tiene sentido vacunar a gente de menos riesgo porque se portan mal o no cumplen con las medidas de prevención. No se puede primar en la vacunación a personas que no cumplen las normativas".

Joan Carles March, profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública, apunta más allá del comportamiento de los jóvenes. "No les culpo, han hecho un curso escolar extraordinario, con muy pocos casos, pero les hemos dado una visión de que esto [la pandemia] está controlado y se han lanzado".

Así, critica la apertura prematura del ocio nocturno cuando "otros países de nuestro entorno no han abierto las discotecas o han tomado medidas como pedir una PCR negativa o estar vacunado para entrar en ellas".

Más que en la vacunación, que por los plazos calculados no atajará los contagios a tiempo, pide no olvidar otro tipo de medidas de salud pública y que las comunidades puedan gestionar los problemas generados por el ocio nocturno, tanto legal (discotecas) como ilegal (botellones) con, por ejemplo, más efectivos policiales para controlar las fiestas.

¿Tiene sentido seguir vacunando por edad?

Por su parte, el especialista en vacunas Fernando Moraga-Llop indica que se puede empezar a vacunar a los menores de 30 "si la logística y las vacunas permiten simultanear los dos grupos". Eso sí, priorizando siempre a los mayores de 40.

También Navarro admite esa posibilidad, y es que "hay comunidades autónomas que pueden no tener los cupos de vacunación completados y plantean comenzar a incluir cohortes más jóvenes". Y apunta: hay personas que toman inmunosupresores o tienen enfermedades crónicas "y son bastante jóvenes, por lo que deberían vacunarse".

En la estrategia nacional de vacunación frente a la Covid-19 se incluyó un grupo vacunal, el séptimo en orden de prioridad, que congregaba a aquellas personas con condiciones consideradas de "muy alto riesgo". Se trata de personas sometidas a trasplantes de médula o de órgano sólido (y aquellas en lista de espera), en hemodiálisis, con cáncer, VIH, fibrosis quística o inmunodeficiencias primarias, así como a las personas mayores de 40 años con síndrome de Down.

La mayoría de personas incluidas en este grupo tienen 40 o más años pero hay algunos de ellos que son menores. Así se explica cierto grado de vacunación en todos los segmentos de edad de la población española. No obstante, hay otras condiciones no incluidas en este grupo 7 de la estrategia y que implican un riesgo de Covid-19 grave.

Por ejemplo, la obesidad. El perfil de paciente joven que llega al hospital con complicaciones tras haberse contagiado tiene, por lo general, esta condición. Otras, como la diabetes, los trastornos mentales graves, la insuficiencia cardiaca, la cirrosis hepática o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica ya fueron propuestas para incluirse en ese grupo por parte de las sociedades médicas, pero no se hizo.

Por eso, Joan Carles March plantea que "tiene sentido cambiar el sistema de vacunación", abandonando el parámetro de la edad para enfocarse primero en los jóvenes más vulnerables. "Se puede romper el criterio de edad en favor de los pacientes crónicos, a los que no se les ha dado el valor en la campaña de vacunación exceptuando a pequeños grupos".

También recuerda que la Covid persistente afecta a una parte de los jóvenes. "Sabemos que es muy frecuente en mujeres de entre 30 y 45 años, pero últimamente estamos viendo que hay un porcentaje importante de jóvenes con acumula durante más de dos meses los síntomas".

Un estudio de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia ha evaluado el efecto de la vacuna en estas personas y uno de cada cuatro observa un beneficio una vez inoculado. Por el contrario, el 18% afirma que empeoró su condición tras ser vacunado, por lo que todavía hay que ser cautelosos con la vacuna en este colectivo.

El colapso de la primaria… y del hospital

Más allá de la polémica sobre si priorizar o no a los jóvenes en la vacunación, los expertos consultados por este periódico hacen hincapié en la necesidad de mantener medidas de prevención que eviten el colapso del sistema sanitario.

"Ahora mismo tenemos una modalidad nueva de la pandemia que, lejos de representar un gravísimo problema en los hospitales, lo está siendo para la atención primaria, que está siendo colapsada", afirma Juan Francisco Navarro.

Y hace un recordatorio: estamos en vacaciones y las plantillas de Sistema Nacional de Salud no son ajenas. "El personal está agotado y necesita descansar, y pequeñas sobrecargas de hospitalizaciones, urgencias y UCI pueden terminar de cargarse los hospitales. Con un 25%-50% de enfermos Covid, hospital puede hacer crack" durante el verano.

Las cifras que ofrece cada día el Ministerio de Sanidad apuntan a un ligero incremento de la ocupación hospitalaria desde principios de julio. No da cifras de cómo está la atención primaria. Quizá, de darlas, tendríamos otra imagen de esta quinta ola a la que, en algunos sectores, no quieren dar importancia.