Un jardín de infancia en Mungía.

Un jardín de infancia en Mungía. VINCENT WEST Reuters

Salud Pandemia

Las 21 noticias positivas sobre la Covid del Nostradamus español del coronavirus

Tomás Pueyo, que lleva meses advirtiendo de cómo la mala gestión de la pandemia condiciona su evolución, cree que también hay noticias alentadoras. 

9 septiembre, 2020 01:32

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Se habló mucho en los primeros días de confinamiento de los capitanes a posteriori, una expresión que hacía referencia a un personaje de un capítulo de South Park que preveía lo que iba a pasar... justo cuando ya había pasado. 

Pero de todas las personas que afirmaron saber que se avecinaba el desastre cuando en España se decía que la entonces epidemia tan sólo iba a provocar algunos casos, hubo algunas que tenían pruebas, que habían dejado por escrito su desconfianza ante el optimismo de los gobiernos

Entre ellos estaba Tomás Pueyo, un ingeniero español afincado en Sillicon Valley que publicó varios post en la red social Medium no sólo advirtiendo de lo que iba a pasar, sino sugiriendo lo que había que hacer tras el desastre. Hablaba Pueyo de una situación de "martillo" -el equivalente al confinamiento por lo que suponía para la población y la economía- y de otra posterior de "danza", que definía como la manera en la que los países afectados debían de convivir con el virus mientras se encontraba una vacuna. 

Ha advertido Pueyo todos estos meses de que no "danzar" bien iba a volver a llevarnos al desastre y, vista la situación en muchos países incluido desgraciadamente el nuestro, parece que ha vuelto a acertar. Y es de esperar que no siga haciéndolo, porque sus predicciones incluyen un aumento importante del número de muertos en España y Francia. 

Sin embargo, el ingeniero ha explicado en Twitter que está harto de ser visto como "el mensajero de la fatalidad" y ha decidido que es un buen momento para resaltar las buenas noticias sobre el coronavirus y la Covid. 

Lo ha hecho en un hilo de la red social y le han salido un buen número de datos que pueden ayudar a recuperar el optimismo a quienes se han instalado en el pesimismo, pero que en ningún caso llevarán a los que incumplen las medidas de protección a seguir haciéndolo. Estas son las (únicas) 21 buenas noticias que nos deja por el momento la Covid-19. 

  1. Sólo entre el 0,5% y el 1% de las personas que enferman fallecen. Imagínense si fueran entre el 4 y el 5%, escribe Pueyo. Enfermedades como tosferina o la difteria (si no hay vacuna) son mucho más letales. 
  2. Es muy raro que los niños fallezcan por Covid, pero podría pasar -como sucede con la gripe- que resistieran tan mal a la enfermedad como las personas mayores, que fallecen en alrededor de un 15% de los casos. 
  3. No parece que los niños extiendan mucho el virus, aunque se infecten y lo transmitan. Si fueran mucho más contagiosos, la enfermedad sería mucho más difícil de parar. 
  4. Alrededor de la mitad de los infectados ni siquiera son conscientes de haberlo pasado. (Esta buena noticia tiene un lado oscuro, que aún asintomáticos pueden sufrir secuelas a largo plazo). 
  5. Hay muy pocas infecciones a partir de las superficies, los llamados fomites. Es una de las cosas que se han aprendido en estos meses y algo que hubiera empeorado mucho la pandemia. 
  6. Parece que en los aviones no hay mucha transmisión del coronavirus. 
  7. La mayoría de los contagios se producen o en la familia o en eventos supertransmisores, muy multitudinarios. Eso permite poner el foco en los lugares donde hace más falta la prevención. 
  8. En este mismo sentido, sabemos bastante bien qué tipo de ambiente hace que se extienda el virus. Sabemos que son los lugares interiores, con poca circulación de aire, con mucha gente hablando, cantando e interactuando por un periodo largo de tiempo. Es muy específico y permite vigilarlo y controlarlo. 
  9. La heterogeneidad puede significar que se alcance antes la inmunidad de grupo (aunque todavía no está claro). 
  10. Hay maneras muy muy baratas de combatir el virus. Una de ellas es el uso de mascarillas. Si todo el mundo las utilizara apropiadamente y evitáramos los eventos más peligrosos, pararíamos la epidemia. 
  11. Estamos encontrando algunos tratamientos y algunos son extremadamente baratos, como la dexametasona y poner a los pacientes en la posición de decúbito prono. También hay indicios de que la vitamina D puede ayudar a prevenir la infección, con un coste ridículo. 
  12. Nos estamos acercando a la vacuna a una velocidad de vértigo, como nunca se ha hecho antes. Con suerte, algunos de los prototipos pasarán con éxito la fase 3 en los próximos meses y en 2021 habrá vacuna para todo el mundo. 
  13. El mundo ha sido capaz de unirse para intentar acabar con esta pandemia. Nunca antes tanta gente de todo el mundo había colaborador para acabar con una amenaza tan rápidamente. Estamos más unidos que antes. 
  14. Lo que está pasando ahora, pasó ya hace un siglo -con la gripe española-. Tenemos muchas enseñanzas de las que aprender, aunque no las aprendimos bien en su día. 
  15. Los cielos se han despejado y las emisiones han caído. Hemos demostrado que en posible ralentizar el calentamiento global.
  16. La ineptitud de algunos gobiernos ha quedado al descubierto. 
  17. Los países que antes se expusieron al virus han sido los mejores manejando la pandemia, enseñando el camino al resto de países. Esto es especialmente cierto en el caso de Corea del Sur y Taiwan, pero también en Vietnam, Hong Kong y otros.
  18. Sin embargo, algunos países occidentales aprendieron realmente rápido, como Nueva Zelanda, Islandia y Alemania, que han hecho un gran trabajo.
  19. Hemos acelerado la tendencia a conectar la economía en varias décadas. Esto va a reducir las desigualdades a nivel global, aunque podría incrementarlas en algunos países. 
  20. Los nuevos tipos de test como los rápidos de saliva pueden implicar que podamos hacer pruebas masivas e identificar rápidamente quién es contagioso para poder aislarle sólo a él. 
  21. La hipótesis de Bradykinin parece razonable para explicar la enfermedad. Si se confirma, tendríamos el camino allanado para desarrollar pronto buenos tratamientos. Esta hipótesis sostiene que el virus hace que el cuerpo produzca una cantidad excesiva de una sustancia química que regula naturalmente la presión arterial. Lanza la hipotesis de que no es realmente un virus respiratorio, es un virus circulatorio, lo que explica la variedad de síntomas. Lo interesante es que ya existen medicamentos para manejar esta sustancia química. Sin embargo, la hipótesis no ha sido demostrada aún.