Celebración de una prueba de triatlón ironman, en Miami.

Celebración de una prueba de triatlón ironman, en Miami. Gtres

Salud Ejercicio físico

La extraña enfermedad de los triatletas: el peligro de la fibrosis miocárdica

Una afectación cardiaca potencialmente grave puede complicar la salud de los que practican uno de los deportes más completos. 

24 noviembre, 2017 02:52

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La realización de un triatlón -natación, ciclismo y carrera a pie en la misma competición- requiere de una preparación física completa del organismo humano, que llega al culmen cuando el objetivo es tratar de realizar el máximo exponente de los triatlones, el ironman, en el que los participantes recorren 3,8 kilómetros a nado, 180 kilómetros en bicicleta y 42 kilómetros a pie en carrera continua.

Si bien es cierto que la realización de ejercicio físico ha demostrado en numerosas ocasiones dar lugar a diversos beneficios a nivel de salud general, el exceso del mismo puede llegar a causar problemas.

Ese es el caso de los triatletas, los cuales parecen afrontar un mayor riesgo de una afectación cardíaca llamada fibrosis miocárdica, según se afirma en una investigación que será presentada en la próxima Reunión Anual de la Sociedad de Radiología de América del Norte.

Un mayor riesgo en triatletas hombres, pero no en mujeres

Cabe destacar que, según los resultados de esta nueva investigación, la afección cardíaca habría sido significativamente mayor en triatletas masculinos, pero no en mujeres. Asimismo, dicho riesgo se asociaria de manera directa con la cantidad de ejercicio realizado por estos individuos.

Esencialmente, la fibrosis miocárdica da lugar a una cicatrización del músculo del corazón. Esto implicaría una afectación de los ventrículos cardíacos, las zonas responsables del bombeo de la sangre. Si la enfermedad progresa, puede dar lugar a una situación conocida como insuficiencia cardíaca, en la cual el corazón no es capaz de cubrir sus necesidades de bombeo sanguíneo.

Paradojicamente, aunque la realización de ejercicio ha demostrado ser beneficiosa para evitar daños a nivel cardíaco, la fibrosis miocárdica suele afectar significativamente a los atletas de élite. Sin embargo, según aseguran Jitka Starekova y sus colegas del Departamento de Radiología Diagnóstica y Intervencionista y Medicina Nuclear del Centro Médico Universitario Hamburg-Eppendorf -Hamburgo, Alemania-, no está claro que dicha fibrosis observada en los atletas acabe en insuficiencia cardíaca, algo que sí sucede en la población general que sufre esta enfermedad.

El estudio sobre la enfermedad de los triatletas

Para este trabajo, los investigadores estudiaron a un grupo de triatletas donde se incluían 55 hombres con una edad media de 44 años y 30 mujeres con una edad media de 43 años. Sometieron al grupo de estudio a exámenes de resonancia magnética cadíaca usando un tipo de contraste llamado gadolinio, el cual se elimina rápidamente en el tejido normal del corazón, pero más lentamente en el tejido dañado o cicatricial.

En el caso del grupo estudiado, se detectó una eliminación más lenta de este contraste -un signo inequívoco de fibrosis miocárdica- en el ventrículo izquierdo del corazón de 10 de los 55 hombres estudiados, es decir, el 18% de ellos. Sin embargo, dicha fibrosis no se detectó en ninguna de las mujeres.

Destaca, asimismo, que precisamente estos 10 hombres que padecían fibrosis miocárdica eran los que habían recorrido mayores distancias totales a pie, nadando y en bicicleta respecto al resto del grupo y, además, tenían una presión arterial sistólica más elevada que sus compañeros sin fibrosis.

Por otro lado, según el historial de competiciones de todos los individuos estudiados, los triatletas hombres habían realizado de media un mayor número de triatlones de distancia media y triatlones tipo Ironman respecto a las triatletas mujeres, lo cual sugeriría que la fibrosis miocárdica se relacionaría de forma directa con el ejercicio total realizado y no habría diferencia de género como tal.

Por qué se produce fibrosis en el corazón de los triatletas

Según Starekova, habría varios factores posibles a tener en cuenta para relacionar la cantidad de ejercicio con el riesgo de fibrosis miocárdica. Por un lado, una presión arterial sistólica más elevada debida al ejercicio puede provocar un aumento de la masa del músculo cardíaco y, además, realizar más ejercicio expondría al triatleta a un mayor riesgo de miocarditis o inflamación del músculo cardíaco. Ambos factores combinados con el aumento repetido del estrés sobre la pared del ventrículo izquierdo darían lugar a este daño cicatricial en el corazón.

Por otro lado, Starekova sugiere algunos factores responsables de la posible diferencia en el riesgo de fibrosis miocárdica entre los triatletas masculinos y femeninos, como por ejemplo la diferencia de testosterona entre ambos, aunque en el estudio no se pudo comprobar el mecanismo exacto por el cual se desarrollaba esta situación cicatricial en el corazón de los atletas.

En el futuro, los investigadores pretenden realizar estudios de seguimiento a largo plazo para intentar vislumbrar si se producen otros eventos cardiovasculares en los triatletas que puedan explicar el desarrollo de la fibrosis miocárdica.