Una mujer al sol, aunque quizás sea alérgica y no lo sepa.

Una mujer al sol, aunque quizás sea alérgica y no lo sepa. GTRES

Salud Dermatología

Siete cosas que no sabes sobre la alergia al sol

En algunas personas la exposición a los rayos ultravioleta provoca enrojecimiento de la piel, sarpullidos y dolor. 

6 julio, 2017 02:02

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El sol es un ingrediente imprescindible del verano para muchos. Ya sea en un ambiente de playa, río o montaña, en cualquier lugar turístico es imposible no ver a personas tumbadas buscando un tono más oscuro en su piel. Sin embargo, para una parte de la población el astro rey puede suponer un verdadero suplicio.

Se denomina alergia al sol a varias dermatosis de etiología diferente que tienen los mismos síntomas: aparición de granitos o placas en la piel y enrojecimiento e inflamación en la epidermis de zonas como los brazos, las piernas y el escote.

Los alérgicos se ven obligados en algunos casos a no exponerse jamás a los rayos de luz ultravioleta y en otros a tener un especial cuidado de su piel, sobre todo al principio del verano. Estos son algunos datos que seguro desconoces sobre las personas que padecen alergia al sol.

Puede obligarte a no tomar el sol nunca

La patología más grave de las que produce la llamada alergia al sol es la urticaria solar. Los pacientes que la sufren ven como su cuerpo se llena de ronchas de varios centímetros a los pocos minutos de recibir los rayos de luz.

En los cuadros más agresivos, la reacción es tan intensa y molesta que los enfermos deben huir totalmente de la luz. Hay personas a las que incluso en las zonas cubiertas por la ropa les aparecen estos sarpullidos, muy molestos y dolorosos. Para los pacientes de urticaria solar, hasta la luz fluorescente de un flexo puede ser peligrosa, ya que ésta también provoca reacciones en su epidermis.

Mujer con ronchas en su cuerpo tras haberse expuesto al sol.

Mujer con ronchas en su cuerpo tras haberse expuesto al sol. Archivo

Se previene acostumbrando al cuerpo al sol

La erupción solar polimorfa, otra de las enfermedades culpables de provocar la alergia, puede prevenirse si se empieza con un bronceado progresivo antes del verano. En esta estación, cuando la luz es más intensa y la gente suele acudir más a piscinas y playas, aparecen los problemas en la piel de los pacientes.

Para prevenirla, Josep Casanova, dermatólogo del Hospital Universitario Arnau de Vilanova y portavoz de la Academia Española de Dermatología, recomienda comenzar antes del verano a broncearse poco a poco.

Casanova asegura en declaraciones a EL ESPAÑOL que tras las primeras exposiciones, si se realizan de forma controlada y no muy extendida, el enrojecimiento y la inflamación en la piel desaparece en una semana. Por lo tanto, el dermatólogo aconseja hacer este procedimiento de aclimatación antes de viajar a la playa.

Mejor utilizar protectores físicos si la padeces

Los protectores físicos, hechos con componentes como dióxido de titanio y óxido de zinc, son los que mejor resultado dan a los alérgicos. Estas soluciones líquidas que se aplican en la piel crean una película que repele totalmente los rayos de luz.

La otra opción son las cremas bronceadoras con un modo de acción químico. Estos protectores absorben los rayos de luz y los convierten en inocuos para el que se lo aplica. De esta forma, previenen a las personas sanas de que su piel se queme, pero no protegen a los alérgicos al sol, ya que la luz sí entra en contacto con la piel.

A pesar de que estéticamente ofrecen un resultado peor, ya que se queda una pequeña capa blanca sobre la piel donde se aplica, los protectores físicos reflejan totalmente cualquier rayo de luz, alejando este agente nocivo para las personas con alergia.

Afecta más a las personas con piel muy blanca

Según asegura Casanova, en países como Suecia o Noruega, donde la población suele tener un tono de piel muy pálido, hay una mayor prevalencia de las enfermedades que producen una reacción dolorosa en la piel que en otras zonas del planeta.

Por lo tanto, son las personas con un tono muy blanco quienes tienen un riesgo más elevado de sufrir reacciones desagradables en su piel al intentar ponerse mas morenas.

Puede deberse a la toma de algunos medicamentos

Algunos antiinflamatorios, antibioticos y diuréticos provocan casos de alergia al sol en los que los toman. En concreto, el ibuprofeno, las sulfamidas, y la furosemina son algunos de los componentes que después de ingerirse pueden provocar que tomar el sol se convierta en algo desagradable.

Este proceso se llama fotosensibilización y produce lo que se llama eczema fotoalérgico. Para prevenirlo, conviene protegerse bien con bronceadores o, en casos extremos, no exponerse al sol durante el tiempo de ingesta de estos fármacos.

Tocar algunos frutos puede producir la alergia

La fotofitodermatitis se produce cuando una persona entra en contacto con el jugo de algunos frutos que contienen una sustancia llamada cumarina, como por ejemplo los higos.

El líquido que se esconde dentro de la fruta de la higuera se convierte en fototóxico al ser alcanzado por el sol, y si está en contacto con la piel produce enrojecimiento, picor y dolor. Esta reacción, que se produce gracias al sistema inmune innato, puede durar hasta tres semanas.

Se trata con antihistamínicos y corticoides

Según afirma Casanova, en los casos más extremos y cuando las reacciones son muy violentas, es necesario recurrir a la medicación. Los antihistamínicos y los corticoides son los medicamentos que más receta en su consulta para los pacientes que presentan ronchas, enrojecimiento o dolor en la piel.