La bebida no es todavía una realidad

La bebida no es todavía una realidad iStock

Salud Neurología

Ésta es Alcosynth: la bebida que no deja resaca

Un investigador británico ha desarrollado un compuesto que produce unos efectos similares al alcohol, pero que no conlleva otros efectos perjudiciales. 

17 octubre, 2016 02:29

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Decía el químico Louis Pasteur que "el vino es la más sana e higiénica de las bebidas". Sin embargo, el problema del vino es el mismo que el de todas las bebidas espirituosas, el alcohol. A lo largo de los siglos los bebedores han tenido que lidiar con los muchos efectos perjudiciales de estas bebidas y entre las que más se recuerdan, está la temida resaca. Sin embargo, esto podría llega a su fin gracias al trabajo de un investigador británico, que asegura haber diseñado un brebaje que evita los efectos más perjudiciales del alcohol y que ha bautizado como Alcosynth.

El creador de esta nueva bebida es el profesor del Imperial College de Londres David Nutt, quien identificó hace ya algunos años varias moléculas que reproducen los efectos placenteros del alcohol, pero que son mucho menos tóxicas. Ahora, tras varios años de esfuerzos para desarrollar un producto y llevarlo al mercado, parece que dos de los más de 90 compuestos que ha desarrollado podrían salir a la venta. Parece que, por fin, tendremos una bebida que no produce resaca.

¿Cómo se produce la resaca?

Es de sobra conocido que cuando una persona ha consumido alcohol en exceso es más que probable que se levante con resaca, un cuadro de malestar general cuyo término médico es veisalgia. Ligera amnesia, dolor de cabeza, mareos, vómitos… Aunque existen diversas teorías sobre los síntomas de la resaca, una de las más extendidas indica que la hidratación juega un papel importante, dado que el alcohol inhibe a la vasopresina, una hormona responsable de mantener un adecuado equilibrio de los líquidos en el cuerpo.

Si esta hormona falla, el riñón elimina más agua de la que debe, lo que obligará al organismo a buscar el agua en otros órganos. En particular, si son las meninges del cerebro las que pierden agua, entonces aparece el dolor de cabeza.

También otros estudios apuntan a que los efectos de la resaca son provocados por toda una serie de sustancias que acompañan a las bebidas alcohólicas, conocidas como congéneres, y que están en proporción mayor en las bebidas menos destiladas y de color más oscuro. De esta forma, las que producen más resaca son, por este orden, coñac, vinos tintos, ron, whisky, vino blanco, ginebra y vodka. 

La industria sabe que en 2050 el alcohol habrá desaparecido

Sin embargo, hay que tener en cuenta que para la resaca también intervienen factores individuales, como la forma de beber, la velocidad y la cantidad total de alcohol ingerido, y que "estos factores pueden jugar un papel tan o más importante que el tipo de bebida", explica a EL ESPAÑOL Josep Guardia, vicepresidente de de la Sociedad Científica Española de Estudios sobre el Alcohol, el Alcoholismo y otras Toxicomanías.

Guardia también llama la atención sobre la interpretación que la sociedad puede hacer sobre la nueva bebida diseñada por Nutt para evitar la resaca. "Parece que se trata de un tema que ha adquirido un gran interés, sobretodo para las personas que suelen beber demasiado y que creen que el único problema de beber demasiado es la resaca". Sin embargo, el objetivo de David Nutt no es sólo terminar con la resaca, sino acabar con muchos de los males asociados a un consumo inadecuado de alcohol.

Efectivamente, la resaca puede ser el menor de los problemas de las bebidas espirituosas, ya que un elevado consumo, sostenido durante mucho tiempo, lleva consigo toda una serie de efectos crónicos, que van desde la hipertensión arterial, la cirrosis hepática, depresión, demencia o incluso cáncer. Así, hasta más de 200 enfermedades y trastornos están relacionados con el consumo de esta droga, que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es responsable de "3,3 millones de muertes en el mundo, lo que representa un 5,9% de todas las defunciones".

En vista de este desolador panorama, Nutt se planteó como objetivo encontrar una bebida que termine sustituyendo al alcohol, reduciendo así el número de fallecimientos. La solución planteada por este investigador, consistía en diseñar una droga que evitara los efectos perjudiciales pero que mantuviera las sensaciones relativamente placenteras de desinhibición y euforia. Para ello, debía averiguar cómo se producían esas sensaciones y si era posible aislarlas.

Un neurotransmisor llamado GABA

Estas sensaciones relativamente placenteras que provoca la bebida se producen porque el alcohol imita un receptor químico que se produce en nuestro cerebro, denominado GABA. Este receptor es uno de los responsables de las sensaciones que asociamos con estar borracho, como esa ligera sensación euforia, bienestar o desinhibición y su función es la de "enlentecer el cerebro", explica Guardia. Según este investigador, "la activación de estos receptores 'tranquiliza' el cerebro" y "tal vez por este motivo algunas personas utilizan el alcohol como tranquilizante o para conciliar el sueño", concluye el científico.

Sin embargo, desafortunadamente el alcohol también actúa sobre los receptores de otras sustancias químicas del cerebro, causando otros efectos menos lúdicos, como la pérdida de coordinación o incluso un estado de coma etílico, que en casos extremos puede llevar a la muerte. Guardia recuerda el llamado "efecto de rebote del alcohol", que consiste en un estado de nerviosismo o vigilia que surge entre las 4 y las 6 horas después de beber. En ese momento, explica este especialista, "la persona está todavía más nerviosa que antes, o bien despierta de madrugada y ya no puede volver a dormir y en este sentido, la resaca no deja de ser también un efecto de rebote del alcohol".

El objetivo de Nutt, era diseñar una bebida que tuviera como objetivos específicos los receptores GABA. "Lo que queremos hacer es deshacernos de los efectos no deseados de la embriaguez, como la agresividad o el deterioro de la memoria, y mantener el placer y la sensación de relajación", aseguraba Nutt en un comunicado.

Lo que queremos hacer es deshacernos de los efectos no deseados de la embriaguez

Sin embargo, para Guardia, que también es especialista de la Unidad de Conductas Adictivas del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, diseñar una bebida que se enfoque sobre el GABA podría tener sus consecuencias. Este investigador recuerda que un consumo excesivo y continuado de alcohol puede producir una alteración del GABA, que hace que el cerebro esté hiperexcitado y que necesite alcohol para poder funcionar con normalidad. "Cuando no le llega el alcohol, tras unas horas sin beber, se manifiesta clínicamente con los llamados síntomas de abstinencia", explica Guardia. 

Aún así, Nutt defiende que el Alcosynth ha sido creada "mediante modelado molecular inteligente para deshacerse también del riesgo de adicción". El investigador británico considera que su bebida puede ser un sustitutivo del alcohol y en una entrevista en el diario The Independent lanzaba un órdago a la industria alcohólica. "La gente quiere bebidas más saludables y la industria sabe que en 2050 el alcohol habrá desaparecido".

Sin embargo, la realidad es que, por ahora, el Alcosynth no está a la venta y que la nueva normativa sobre drogas del Reino Unido puede hacer muy complicado que pueda salir al mercado a corto plazo. Mientras tanto, y a falta de una alternativa mejor, la única opción para evitar las resacas será simplemente evitar el consumo excesivo de alcohol. Y si decidimos beber, no debemos olvidar que, por mucho que dijera el bueno de Pasteur, no hay bebida alcohólica que, consumida en exceso, sea ni sana, ni higiénica.