Patatas peladas.

Patatas peladas.

Nutrición

Adiós a las patatas cocidas: la razón por la que los médicos y nutricionistas piden que las evites en España

Los investigadores han encontrado una pequeña relación entre el consumo de patatas cocidas y un aumento en el riesgo de diabetes.

Más información: Sandra Moñino, nutricionista: "Si las dejas enfriar al menos 12 horas en España, la patata ayuda a perder peso"

J. Rodríguez
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Decimos que las patatas son un alimento de toda la vida en España, pero todavía no lo sabemos todo sobre ellas. Y quizás lo más importante es entender que, a pesar de que se consideran hortalizas, se parecen más a un carbohidrato simple.

La Universidad de Harvard fue una de las primeras en abrir este melón cuando publicó su plato para comer saludable, que debía sustituir a la pirámide de los alimentos en nuestras cabezas. Es un esquema para saber a qué alimentos tenemos que dar prioridad.

A nadie le sorprendió saber que debíamos comer más frutas y verduras, pero sí que entre estas últimas ya no podíamos seguir contando las patatas. No sólo las patatas fritas, que ya sabíamos que no eran para todos los días, sino cualquier patata.

Harvard asegura que las dejaron fuera por "su efecto negativo en el azúcar en sangre" y explican que "el tipo de carbohidratos en la dieta es más importante que la cantidad". Esto se debe a que las patatas tienen muchos carbohidratos simples y poca fibra.

Ahora bien, esto no significa que las patatas sean alimentos insanos, sino que tienen otro papel en nuestra dieta. Se parecen más a otros alimentos como el pan, la pasta o el arroz refinados y, por eso, el consumo debe ser moderado, priorizando carbohidratos complejos.

"Si las patatas son fuente de potasio, vitamina C y fibra (y eso es cierto), ¿por qué tienen tan mala fama y las restringen al mínimo en todas las dietas?", se pregunta Miguel Ángel Martínez-González en su libro ¿Qué comes? Ciencia y conciencia para resistir.

"Una respuesta es que solemos pelar las patatas y que, al hacerlo, eliminamos la mayor parte de la vitamina C que contienen, junto con la fibra y otros nutrientes. Otra realidad es que las patatas peladas (como las consumimos habitualmente) son muy ricas en almidón".

La cocción importa

Esto produce, según Martínez-González, que se disparen los niveles de azúcar en sangre y, a la larga, incrementa el riesgo de desarrollar resistencia a la insulina y diabetes tipo 2. Y, por esta razón, recomienda que utilicemos otras hortalizas como guarnición.

Este artículo de European Journal of Nutrition analizó la relación entre el consumo de patatas y el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas. Las buenas noticias son que las patatas en sí no parecen ser un alimento demasiado dañino para la salud.

Pero sí se encontraron algunos resultados que merece la pena destacar. El primero de ellos es que las patatas cocidas sí que se relacionaron con un pequeño aumento en el riesgo de desarrollar una diabetes tipo 2. Pero los autores subrayan que es un riesgo bajo.

El segundo dato importante es que las patatas fritas sí que tienen una relación clara con unas mayores cifras de hipertensión y de diabetes tipo 2. Es decir, que la patata hace más daño en nuestro cuerpo dependiendo del modo en el que las cocinemos.

Las patatas cocidas, o al horno, parecen la versión más saludable, a pesar de que no hay que abusar de ellas. Cuando preparamos patatas fritas y las sumergimos en aceite toda esa grasa se absorbe en su interior y aumenta en gran medida el valor energético.

"Las patatas fritas encabezan la lista que debería darse a cualquier persona, tenga o no sobrepeso, con los alimentos que tienen una mayor relación con la ganancia de kilos superfluos", explica Martínez-González en su otro libro, Salud a ciencia cierta.

En cualquier caso, cuando se realiza una dieta saludable en el día a día y un estilo de vida activo, no existen alimentos prohibidos siempre que se tomen moderada y esporádicamente. Las patatas cocidas pueden ser una fuente de energía rápida para estas personas que se cuidan en mayor medida.