Pablo Ojeda y una pasta a la puttanesca.

Pablo Ojeda y una pasta a la puttanesca.

Nutrición

Pablo Ojeda (43 años), chef de cocina sana: "Este alimento es el tesoro oculto de España, cuida la piel y es antienvejecimiento"

Con el paso de los años hemos cambiado drásticamente nuestra alimentación de antaño por productos "modernos" pero poco nutritivos.

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Durante las últimas décadas, gran parte de la población en España ha ido modificando su alimentación, dejando de lado productos de antaño a cambio de versiones "modernas" que, paradójicamente, son más pobres en calidad y nutrientes, y por tanto más perjudiciales. Sin embargo, la dieta mediterránea posee variedad y diversidad de alimentos para elegir y combinar, sin necesidad de echar mano de salsas y otros elementos innecesarios.

Recientemente, el nutricionista Pablo Ojeda ha vuelto a recordar uno de estos alimentos, del cual destaca su riqueza en antioxidantes y moléculas antiinflamatorias, pero del cual se suele hablar poco a pesar de haberse consumido desde hace miles de años. Se trata de la alcaparra.

Como comenta Ojeda en su reel de Instagram, las alcaparras son un alimento de origen mediterráneo que ya se usaba tanto en la Antigua Grecia como en Roma, tanto a nivel alimentario como con fines medicinales. Los extractos de su raíz y hojas se empleaban como antiinflamatorio y como tónico digestivo en la medicina tradicional. De hecho, llegó a ser un condimento de lujo, aunque posteriormente pasó a convertirse en un ingrediente humilde y accesible.

Como describe Ojeda: "Pequeñas, arrugadas, saladas y poderosísimas, pero casi nadie habla de ellas. Son un tesoro oculto en la despensa mediterránea, riquísimas en quercetina, uno de los antioxidantes naturales más potentes que hay, con efecto antienvejecimiento, antiinflamatorio, antioxidante y protector del sistema cardiovascular y alimento para la longevidad metabólica".

Como explica el nutricionista, las alcaparras son bajas en calorías pero densas en nutrientes, especialmente quercetina, uno de los flavonoides antioxidantes más conocidos. Asimismo, también son ricas en vitamina K, cobre y pequeñas cantidades de magnesio, calcio y fibra, como explica Ojeda: "son un arma secreta en ensaladas, salsas y guisos. Solo una cucharada añade fibra, cobre, vitamina K y un estallido de sabor". De hecho, en este último punto, Ojeda hace referencia indirecta al alto contenido en sodio de las alcaparras, por lo que las personas hipertensas deben ir con especial cuidado para no abusar de su consumo.

Recordemos que la quercetina en particular, dentro de la amplia densidad nutricional de las alcaparras, ha demostrado efectos antiinflamatorios, mejoras en la función endotelial y reducción del estrés oxidativo. Asimismo, este antioxidante también se ha relacionado con efectos protectores frente al síndrome metabólico y potencial en la longevidad celular. Las alcaparras destacan por ser el alimento con mayor concentración de quercetina.

De hecho, se sabe que las alcaparras también aportan compuestos fenólicos que actúan como prebióticos indirectos, modulando y alimentando la microbiota intestinal. Además, su fermentación en salmuera añade microorganismos y metabolitos bioactivos (aunque no son probióticos como tal).

Contra la inflamación

Respecto a sus usos en medicina tradicional, algunos estudios preliminares modernos han sugerido el uso de extractos de alcaparra como reguladores de la glucosa y sensibilizadores de la insulina, además de haber detectado potencial antiinflamatorio tanto a nivel articular como cardiovascular.

Sin embargo, cabe recordar que las alcaparras, tanto en su formato alimenticio como en forma de extracto, no carecerían de contraindicaciones: es un alimento rico en sodio, y debería consumirse con precaución en aquellas personas que sufran hipertensión, insuficiencia cardíaca o insuficiencia renal.

Aunque se trata de un ingrediente olvidado en la dieta mediterránea, dado que se suele hablar más de otros como el conocido aceite de oliva, las legumbres o el vino tinto, las alcaparras pueden aportar un extra de antioxidantes a cualquier patrón alimentario que llevemos a cabo.

De hecho, siguen siendo uno de los principales ingredientes de algunos platos italianos, como la puttanesca o el vitello innato, e incluso de platos españoles como las ensaladas murcianas y los pescados al horno. Si bien es cierto que es posible adquirir alcaparras frescas, es algo más complicado que comprarlas en su formato encurtido, más asequible y habitual en los comercios hoy en día.