Luisa Andrea Solano, nutricionista y docente en la Facultad de Farmacia y Nutrición de la Universidad Europea
Doctora Solano, nutricionista: "Tomar dos o tres cucharadas de AOVE al día ayuda a proteger y regenerar la piel"
"Se recomienda consumir entre 20 y 40 mililitros diarios, es decir, unas dos o tres cucharadas soperas", explica.
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Cuando se acercan los días de sol, la exposición de la piel a la radiación solar se multiplica y con ello los riesgos que implica. Los fotoprotectores son la herramienta fundamental para proteger la piel, pero hay otros,como ciertos alimentos, que pueden ayudar desde dentro.
Así, el aceite de oliva virgen extra (AOVE) es un potente escudo natural para la piel contra los efectos del sol, aunque su consumo no sustituye al uso de fotoprotectores. Así lo advierte la doctora Luisa Andrea Solano, nutricionista y docente en la Facultad de Farmacia y Nutrición de la Universidad Europea.
"Consumido de forma habitual, el AOVE fortalece la respuesta antioxidante del cuerpo, ayudando a defender la piel frente a los daños causados por los rayos ultravioleta", explica Solano. No obstante, si bien se trata de "un complemento fundamental", este alimento "nunca debe reemplazar el uso de cremas fotoprotectoras".
La eficacia del AOVE como escudo celular se debe a una combinación de compuestos bioactivos. En primer lugar, los polifenoles, como el hidroxitirosol, la oleuropeína o el tirosol, que presentan una potente acción antioxidante que previene la peroxidación lipídica, un proceso clave en el envejecimiento celular. En segundo, el ácido oleico, un ácido graso monoinsaturado que refuerza la integridad de las membranas y reduce la inflamación.
"Los tocoferoles, entre ellos la vitamina E, protegen frente al daño oxidativo, mientras que el escualeno interviene en la regeneración celular y actúa como precursor de esteroides endógenos", expone la experta de la Universidad Europea.
En cuanto a la cantidad ideal para que los efectos protectores del AOVE se manifiesten en la piel, la doctora Solano recomienda "consumir entre 20 y 40 mililitros diarios, es decir, unas dos o tres cucharadas soperas".
Se aconseja tomarlo en crudo para preservar sus compuestos bioactivos. "El aceite de oliva virgen extra es un alimento recomendado en nuestras guías alimentarias y apto para el consumo de toda la población", señala la nutricionista. El aceite de oliva virgen extra ya no es sólo un alimento emblemático de la dieta mediterránea. A juicio de Solano, se ha convertido en una herramienta clínica de prevención y cuidado de la salud.
"Gracias a su ácido oleico y polifenoles, reduce la inflamación sistémica, mejora la función vascular y protege frente al colesterol LDL oxidado", señala la doctora, quien indica que "no es solo una cuestión de grasa saludable. Hablamos de un alimento funcional que trabaja a nivel celular para preservar la salud de la piel, del corazón y del sistema inmunológico".
En deportistas, su efecto antiinflamatorio -vinculado al oleocantal- y su capacidad antioxidante favorecen la recuperación muscular post-ejercicio. "Tomado en crudo después del entrenamiento, minimiza el dolor muscular, mantiene la integridad celular y acelera la adaptación fisiológica", añade Solano.
Además, su acción fortalece la microbiota intestinal y se ha vinculado a mejoras en el deterioro cognitivo asociado a la edad. "No hablamos solo de grasa saludable, sino de un compuesto funcional con efectos clínicos sobre la salud cardiovascular, digestiva y neurológica", concluye la experta.