El doctor Donato Alberto Maniello, experto en nutrición.
Doctor Maniello, experto en nutrición: "Comer carne con patatas provoca un choque químico e impide digerir bien"
Los diferentes nutrientes provocan que el organismo segregue distintos compuestos que pueden llegar a provocar malestar después de comer.
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Para la gastronomía, pocas combinaciones de ingrediente principal con guarnición han triunfado tanto como la carne y la patata. Desde el filete con patatas fritas que devoran los niños pequeños a los guisos, asados y parrillas, los sabores intensos de las carnes rojas casan a la perfección con la suavidad cremosa de la fuente de carbohidratos preferida de los comensales.
Carne y patatas son además, en su justa proporción, buenas elecciones alimentarias. Aunque se recomienda hacer únicamente un consumo ocasional de carne roja por la relación entre las grasas saturadas que contiene con las enfermedades cardiovasculares, así como ciertos compuestos inflamatorios y carcinógenos, este alimento es fuente de proteína de calidad y hierro hemo.
La humilde patata, por otra parte, ha sido denostada en los últimos tiempos como alimento insano, pero esto tiene mucho que ver con cómo las preparamos. Las patatas fritas son un cóctel de grasas y almidones -azúcares de rápida absorción con muy poco interés nutricional, pero la patata asada o cocida -y si se consume fría, más todavía- es fuente de fibra alimentaria y carbohidratos complejos.
En definitiva, la carne con patatas no tendría que presentar problema alguno salvo para las personas con restricciones alimentarias por motivos personales o médicos. Sin embargo, este plato puede provocar trastornos digestivos, hinchazón y gases en consumidores que no tendrían, en principio, ninguna incompatibilidad alimentaria.
Donato Alberto Manniello, experto en nutrición formado en Bélgica, Suiza y España, explica en su cuenta de TikTok los motivos por los que estos dos alimentos provocan un "choque químico" en nuestro cuerpo. Esto se debe a la acción contrapuesta de los compuestos que genera nuestro organismo en respuesta a los nutrientes de muy distinta naturaleza.
"Lo clásico es que combinemos proteínas con carbohidratos. ¿Qué sucede cuando comemos, por ejemplo, carne con patatas? Cuando ingerimos los hidratos de carbono, la digestión comienza en la boca. Liberamos una enzima llamada ptialina". Esta sustancia, también llamada amilasa, ayuda a descomponer los almidones en azúcares simples y los prepara para su metabolización.
Según explica el experto, la patata que masticamos queda envuelta en esta enzima. "Empieza su digestión camino del estómago", prosigue. Cuando ingerimos la proteína en forma de carne, sin embargo, lo que se produce es otra enzima, la pepsina. Su función es descomponer las proteínas en aminoácidos para, de nuevo, ayudar a procesarlas.
Y este compuesto "anula de inmediato la acción de la ptialina", advierte Maniello. "Significa que la patata no se va a digerir". Al llegar al estómago, el calor natural del órgano va a provocar la fermentación de los hidratos, liberando los almidones que contienen.
Esto también es contraproducente para la digestión de la carne, advierte el especialista. "El almidón va a envolver la pepsina, y no va a poder digerir la proteína". Por tanto, se va a producir pesadez de estómago y "malestar" aunque la comida no haya sido particularmente abundante.
@donatoamanniello 🍔¿Te has sentido pesado después de comer carne con papas?😣 Esto ocurre porque los carbohidratos se digieren en la boca con la enzima ptialina, y la carne en el estómago con la pepsina. Pero cuando los combinas, la pepsina anula a la ptialina, impidiendo que ambos se digieran bien. Esto provoca fermentación y malestar😨 ¿Quieres saber cómo evitar esto? Escribe “interesado” o “interesada” y descubre cómo mejorar tu digestión🌟 #salud #alimentacionsaludable #metodomanniello #alimentacionconsciente #nutricion #comerbien #comida #platos #cuidate #vidasana #estilodevida ♬ sonido original - Donato A. Manniello
No obstante, hay otros aspectos que determinan de forma más directa si vamos a sufrir una mala digestión, advertía Carlos Martín de Argila, del Servicio de Gastroenterología del Hospital Universitario Ramón y Cajal (Madrid), en EL ESPAÑOL.
Así, el macronutriente más susceptible de causar malestar no es la proteína ni los carbohidratos, sino la grasa, que es lo que tenemos que vigilar. Además, es importante acompañar la comida con suficiente agua.