Xevi Verdaguer, nutricionista y divulgador.

Xevi Verdaguer, nutricionista y divulgador.

Nutrición

El nutricionista Xevi Verdaguer avisa: "No desayunes justo después de despertarte en España, es un error"

El papel de los genes y de los ritmos circadianos es fundamental para determinar cuándo es el momento adecuado para cualquier comida del día.

Más información: Francisco Rosero, endocrino: "No desayunes con avena a pesar de que digan que es una maravilla en España. Es mentira"

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Sobre gustos no hay nada escrito, una afirmación que como a tantas otras cosas se aplica al desayuno. Unos prefieren arrancar el día con una comida copiosa, otros optan por algo más ligero, y hay quienes se decantan por un café solo en lugar de bollería o tostadas. Algunos comen nada más despertar, mientras que otros esperan un tiempo antes de hacerlo. Sin embargo, no todas las opciones son igualmente saludables.

Sobre esto ha hablado el psiconeuroinmunólogo, nutricionista y fisioterapeuta Xevi Verdaguer en una entrevista en el podcast Gente Interesante que ha compartido en Instagram. En el vídeo, la primera afirmación es clara y rotunda: “No desayunes inmediatamente después de despertar". El motivo se encuentra en los genes clock del intestino. "Estos genes tardan más de una hora en sincronizarse con los genes centrales del núcleo supraquiasmático del hipotálamo hacia los periféricos”.

Los genes clock son responsables de controlar los ritmos circadianos, que son los ciclos biológicos de aproximadamente 24 horas que regulan funciones vitales como el sueño, la temperatura corporal y la digestión. Su función principal es coordinar la actividad de diferentes órganos y sistemas para que trabajen de forma sincronizada según el momento del día, ayudando así a mantener el equilibrio y la salud del organismo.

En su opinión, la mejor opción es consumir café o té verde solos, sin leche, animal o vegetal, azúcar o miel, es decir, "sin añadir ningún ingrediente que requiera digestión a estas bebidas, ya que el intestino aún no está preparado para ello". De esta forma, “se generará un pequeño pico de hormonas del estrés que ayudará a regular adecuadamente los ritmos circadianos durante el resto del día”.

Los ritmos del cuerpo

Esta idea está basada en estudios sobre los ritmos circadianos, que son ciclos internos de aproximadamente 24 horas que regulan numerosas funciones corporales, incluyendo la digestión. Según IS GLOBAL, el reloj central del cerebro coordina diversos relojes periféricos en órganos como el intestino, y las horas de las comidas juegan un papel crucial para ajustar estos relojes y mantener un equilibrio saludable.

Además, investigaciones indican que mantener un ayuno nocturno prolongado y esperar un poco antes de desayunar contribuye a alinear mejor estos ritmos, lo que se asocia con beneficios metabólicos y una posible reducción en el riesgo de enfermedades como algunos tipos de cáncer. Por ello, no romper el ayuno demasiado pronto tras despertar puede favorecer la salud digestiva y general.

De esta forma, igual que con el desayuno, lo adecuado es tratar de amoldar nuestros hábitos a algunos horarios. En este sentido, es especialmente importante la cena. Tal como explica el endocrino Francisco Rosero, si cenamos temprano, “el pico de glucosa y de insulina va a ir cayendo temprano en la noche”. De esta forma, se favorece el papel de la hormona de crecimiento y la melatonina, que son esenciales para prevenir el daño celular y combatir el envejecimiento.

La importancia del cuándo

Esta conexión entre alimentación, ritmos circadianos y salud ha sido también objeto de estudio por parte del neurobiólogo Joseph Takahashi, pionero en el descubrimiento de los genes implicados en el reloj biológico. Durante una conferencia en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), Takahashi afirmó que "el reloj biológico está en la base de todos los mecanismos relacionados con la longevidad".

Su investigación demuestra que no solo lo que comemos, sino cuándo lo comemos, puede tener un impacto profundo en la salud y en la esperanza de vida. En un experimento reciente publicado en Science, su equipo observó que la restricción calórica aplicada en ratones era mucho más eficaz cuando se tenía en cuenta el momento del día. "Esto sorprendió mucho a toda la comunidad de longevidad, porque muestra que la hora en que se come es quizás el factor más importante", explicó Takahashi.

Además, este investigador ha demostrado que alrededor del 10% de los genes que se expresan en cualquier tejido están sometidos a control circadiano, muchos de ellos relacionados con procesos metabólicos clave. De hecho, en sus estudios observaron que el patrón de activación genética en el hígado variaba significativamente en función del horario de las comidas, y que los ratones que mejor conservaban esa armonía en la lectura de genes eran precisamente los que vivían más tiempo.

Esta evidencia refuerza la idea de que respetar los tiempos naturales del cuerpo -como no desayunar inmediatamente al despertar o dejar un tiempo prudencial entre la cena e irnos a la cama- no es solo una cuestión de estilo de vida, sino una estrategia respaldada por la biología molecular para preservar la salud, el metabolismo y la longevidad.