Un montaje de una persona lavando fresas y la química Ana Hernández.

Un montaje de una persona lavando fresas y la química Ana Hernández. E.E.

Nutrición

Ana Hernández, química, avisa: "Lavar la fruta solo con agua corriente no elimina ni el 50% de los pesticidas"

Cada vez más personas en España se preocupan por eliminar los pesticidas de frutas y verduras, pero no todos los métodos son igual de efectivos ni seguros.

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Cada vez existe mayor preocupación por mantener una alimentación saludable, y más allá de la selección de los alimentos a introducir en la dieta, muchos consumidores tratan de reducir los residuos de pesticidas en frutas y verduras. A pesar de que con el agua corriente es posible eliminar parte de los contaminantes superficiales, gracias a la ciencia podemos saber que existen métodos caseros mucho más efectivos y seguros para proteger la salud.

En un reciente estudio publicado en la revista Foods se recoge una completa investigación acerca de la eliminación del pesticida tiabenzadol, usado en frutas postcosecha, empleando tanto productos comerciales como agentes domésticos. El tiabenzadol es un fungicida sistémico autorizado y usado para el tratamiento de frutas como uvas, limones, fresas y manzanas, el cual tiene una persistencia en superficie y debajo de la piel considerable en los alimentos.

Si bien es cierto que su toxicidad aguda es relativamente baja, sí que presenta algunos riesgos potenciales de toxicidad para el organismo, y preocupa especialmente su acumulación en productos frescos de consumo habitual.

La mejor forma de lavar la fruta

Ana Hernández, doctora en Química Orgánica, especializada en Química Médica y Biología, y con más de dos décadas de experiencia como investigadora, ha arrojado luz al respecto de la mejor forma de lavar frutas en España y eliminar pesticidas, y para ello no usa ni el agua ni la lejía tal y como cuenta en este artículo de Libertad Digital.

Para empezar, recalca que el lavado con agua y lejía tiene una eficacia limitada, además de que genera algunas dudas con respecto a su seguridad. "El lavado con agua corriente elimina menos del 50% del pesticida en la mayoría de los casos, una eficacia claramente insuficiente", denuncia la experta.

La lejía diluida (hipoclorito sódico al 0,1%), aunque alcalina, puede hacer que permanezcan en los alimentos distintos residuos peligrosos para la salud si no se enjuaga de la forma correcta, además de que tampoco es capaz de deshacerse de aquellos pesticidas que se encuentren por debajo de la capa cerosa natural de algunas frutas, de manera que se trata de un método no demasiado eficaz.

De todos los métodos caseros, la experta destaca el bicarbonato de sodio al 5%, que demostró ser el más eficaz de todos siempre y cuando se use de la forma correcta. La clave radica en la capacidad que tiene para crear un medio alcalino que rompe de manera parcial la capa de cera que recubre muchas frutas, consiguiendo así facilitar la eliminación de residuos adheridos o que hayan absorbido de forma parcial.

A ello hay que sumar una ligera abrasividad que consigue remover de manera física los restos de pesticidas que puedan estar presentes en las frutas. En la investigación se recalca que el bicarbonato de sodio es capaz de eliminar más del 74% de tiabenzadol en apenas cinco minutos en remojo, sin que haya que recurrir a ningún tipo de equipo especial.

Otro método interesante y eficaz es usar el almidón de maíz al 2%, el cual fue capaz de mostrar una eficacia del 70% al eliminar el tiabendazol. En este caso lo consigue a través de una acción física, pues sus partículas porosas tienen la capacidad de atrapar las moléculas del pesticida.

Si bien es menos conocido, se trata de un método que se convierte en una alternativa segura y eficaz a tener en cuenta, principalmente por todos aquellos que desconfían del uso de compuestos alcalinos como es el mencionado bicarbonato de sodio.

Cómo eliminar los pesticidas de la fruta

El hallazgo de mayor importancia en el estudio fue la posibilidad de recurrir a un remojo secuencial que ofrece la mayor eficacia posible, pues consigue eliminar hasta en un 94,13% el tiabendazol presente en las frutas, lo que lo sitúa por encima de cualquier otro método casero e incluso comercial.

Este remojo secuencial consiste en comenzar con cinco minutos en almidón de maíz al 2%, para luego colocar el alimento en bicarbonato de sodio al 5% durante otros cinco minutos. De esta forma, el almidón es capaz de eliminar en primer lugar los residuos superficiales, para luego dejar que el bicarbonato de sodio se encargue de actuar sobre los pesticidas incrustados a un nivel más profundo, consiguiendo degradar la capa de cera sin que afecte a la absorción de almidón.

Es importante que se siga el orden mencionado, ya que se ha podido demostrar que, si se invierte el orden o incluso se opta por mezclar el bicarbonato de sodio y el almidón en una misma solución, su eficacia se reduce de manera considerable por las interacciones químicas que reducen la estabilidad y la capacidad que tiene cada uno de los ingredientes.

Productos comerciales

En el estudio fueron evaluados cuatro productos comerciales específicamente diseñados para la limpieza de las frutas de los pesticidas, y entre ellos hubo uno que llegó a mostrar una gran eficacia, siendo capaz de eliminar el 95,99% de tiabenzadol tras 5 minutos en remojo.

Sin embargo, este producto posee tensioactivos como el lauril glucósido y el decil glucósido, que, aunque son habituales en el ámbito de la limpieza y la cosmética, no cuentan con la aprobación de la FDA para su contacto con alimentos. Esto genera dudas con respecto a su uso en frutas y verduras consumidas con su cáscara, y la seguridad que pueda ofrecer.