Belén Candau.

Belén Candau. GURMÉ

Nutrición

Belén Candau, nutricionista, advierte a España sobre las legumbres: "Deberían tomarse tres veces a la semana"

A pesar de ser un alimento básico y nutritivo, muchos evitan las legumbres por falta de tiempo o por la creencia errónea de que son platos demasiado pesados.

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Cada vez existe una mayor preocupación por mantener unos buenos hábitos alimenticios y disfrutar de un mejor estado de salud, motivo por el que siempre es importante escuchar las opiniones de nutricionistas como Belén Candau. En una entrevista concedida a Gurmé Sevilla, Candau subraya la importancia de incluir legumbres en la dieta.

Su recomendación es tomarlas tres veces a la semana, no solo una como hace la mayoría de la gente, puesto que se trata de una gran fuente de energía que muchas veces se deja de consumir. Esto suele ocurrir, según explica, porque no hay tiempo para cocinarlas o se piensa que son demasiado copiosas, "cuando no tiene por qué ser así". Asimismo, considera que su ingesta es clave para mejorar la salud intestinal y cardiovascular.

Candau recalca la importancia de que haya variedad. Para quienes disfrutan de las verduras, recomienda incluir ingredientes como tomate, zanahoria y calabacín, sin olvidar que cada verdura ofrece distintas propiedades.

A pesar de ser conscientes de la necesidad de llevar una alimentación saludable, hoy en día es frecuente mantener una mala relación con la comida. Esto puede suceder tanto por seguir dietas estrictas como por sentirse mal tras consumir alimentos considerados poco apropiados. En la entrevista con Gurmé Sevilla, la nutricionista insiste en la importancia de valorar la alimentación de forma global, evitando clasificar los platos entre "sanos" y "no sanos".

Aquellas personas que siguen dietas demasiado estrictas se enfrentan a un gran problema: aunque al principio pueden llevarlas sin dificultad, con el tiempo resultan insostenibles. Candau lo tiene claro: "Es mejor encontrar hábitos saludables que se puedan mantener en el tiempo".

Por ello, se muestra totalmente en contra de las dietas restrictivas que prometen bajar de peso rápidamente a base de grandes sacrificios, ya que "luego tiene un efecto rebote tremendo". En su lugar, aboga por opciones más flexibles, al considerar que en la alimentación la rigidez no es una buena opción.

Las emociones en la alimentación

Otro de los aspectos claves a la hora de alimentarse tiene que ver con la influencia de las emociones sobre la comida. Aunque puede parecer imposible alejar por completo lo emocional de la alimentación, la experta recalca que sí que es posible trabajar en la forma en la que se gestionan las emociones.

De esta forma, considera que, si una persona, cuando era niño, estaba aburrido o nervioso y comía algo que le producía placer, es altamente probable que repita la dinámica cuando es adulto en situaciones similares. Sin embargo, para cuidar mejor los hábitos alimenticios, se pueden tratar de buscar alternativas para estas situaciones, como escuchar música, caminar, etcétera. De esta forma, será más probable que se recurra en menor medida a ingestas emocionales.

La meta es tratar de buscar otras alternativas, y es que, al contrario de lo que pueda parecer, la comida tan solo parchea las situaciones que vienen provocadas por las emociones. Es decir, si se sufre ansiedad o estrés por el trabajo o una situación personal, la comida no va a solucionarlo.

Belén Candau recalca que la alimentación es un equilibrio entre nutrición y placer, y que, aunque hay que disfrutar comiendo, se debe hacer de una forma natural y saludable, dejando de lado culpas, autoexigencias o penalizaciones.

Pese a todo, considera que los caprichos son necesarios dentro de una alimentación saludable, ya que gracias a ellos se consigue un placer inmediato y no se puede renunciar a los mismos. De renunciar, se estaría perjudicando a uno mismo, porque las personas acostumbran a repetir conductas que generan sensaciones positivas.

Lógicamente, no hay que excederse, pero tampoco fijar una cantidad de caprichos semanales, puesto que en ese caso se estaría incurriendo nuevamente en una norma. Así pues, en función del estilo de vida que tenga, cada persona podrá darse más o menos caprichos.

Comer sano no es aburrido

Tras destacar que en un menú saludable no hay que tener en cuenta la cantidad de calorías, sino la variedad de los platos y su aporte en nutrientes, la experta destaca que nunca pueden faltar las fuentes de frutas y verduras, que son alimentos con una gran densidad nutricional y pocas calorías.

Asimismo, Candau ha dado la clave para no caer en el error de pensar que comer sano es aburrido, y todo ello pasa por aprender a versionar platos que gusten mucho de una forma saludable. Para ello hay que unir placer y nutrición, de manera que, si te gusta un plato en particular, puedes tratar de buscar la forma de prepararlo, pero de una manera más saludable.

De esta manera, hay que ir un paso más allá y ser creativo, y no limitarse a asociar una comida saludable con comer lechuga, zanahorias y tomates, entre otros, ya que es aburrido. Comer sano no implica sufrir, y es que existen una gran cantidad de opciones entre las que poder elegir.

Para disfrutar más con una alimentación saludable, hay que jugar con diferentes tipos de preparaciones, transformando los alimentos, además de variar en la textura y probar diferentes formas de cocinado, además de combinar distintos alimentos y contrastes.