Mujeres en Tokio, Japón.

Mujeres en Tokio, Japón. Trey Ratcliff Flickr

Nutrición

Los 4 alimentos que toman las mujeres japonesas a diario para alargar la vida y España desprecia

Aunque en nuestro país se consumen de forma parcial, su consumo se relaciona con la longevidad en Japón, especialmente de las mujeres.

15 enero, 2024 16:36

La soja y sus derivados todavía son un consumo ocasional en España, pero son una parte esencial de las dietas de la zona este de Asia, y se han popularizado en todo el mundo con la gastronomía de países como Japón.

Dentro de estos alimentos destacan las isoflavonas, compuestos derivados de plantas que habrían demostrado reducir el riesgo de cáncer de mama, su recurrencia y la mortalidad asociada al mismo. Otros compuestos vegetales se han relacionado con resultados similares.

Un nuevo metanálisis codirigido por los investigadores del Centro Oncológico Johns Hopkins Kimmel, cuyos resultados se publican en JNCI Cancer Spectrum, relacionan el consumo habitual de cuatro tipos de alimentos y la elevada longevidad, en particular de las mujeres. La protección específica contra el cáncer de mama, pero también sus beneficios saludables intrínsecos, ayudarían a alargar la vida.

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Para llevar a cabo esta revisión, investigadores de Australia, Dinamarca, Inglaterra, Noruega y Estados Unidos revisaron 22 estudios observacionales que examinaron el impacto de la ingesta dietética de cuatro tipos de alimentos:

- Soja y sus derivados.

- Lignanos, compuestos presentes en alimentos de origen vegetal, como semillas y frutos secos.

- Vegetales crucíferos como el repollo.

- Té verde.

Se analizó el consumo de estos alimentos y sus fitonutrientes, cómo estos últimos influyen en la recurrencia y la mortalidad del cáncer, y finalmente la mortalidad por cualquier causa. En total se incluyeron 11 estudios sobre las isoflavonas de la soja, 3 de vegetales crucíferos, 2 de té verde, 3 de lignanos y 3 de enterolactona (la cual se forma en el intestino tras la digestión de los lignanos).

Según los resultados del estudio, las isoflavonas de la soja se asociaron con un 26% menos de riesgo de reaparición del cáncer de mama, siendo los resultados más notables entre las mujeres superviventes posmenopáusicas. La mayor reducción del riesgo se asoció con el consumo de 60 mg por día, equivalente a 2-3 porciones diarias. Sería el equivalente a una taza de leche de soja (unos 230 ml), o unos 80-90 g de tofu, o unos 120 g de soja cocida.

Sin embargo, el efecto del consumo de soja sobre el riesgo de mortalidad fue menor, de un 12%, no estadísticamente significativo, y solo observable con el consumo de 20-40 mg de isoflavonas al día, equivalente a 1-2 porciones de soja o derivados.

Otro de los hallazgos destacables tuvo relación con la enterolactona, un compuesto metabolizado a partir de los lignanos. Estas sustancias se encuentran en una amplia variedad de vegetales, como semillas, frutos secos, legumbres, cereales integrales, frutas y verduras. Podemos encontrar enterolactona sobre todo en semillas de lino, anacardos, brócoli y coles de Bruselas.

Su consumo se relacionaría con una reducción del riesgo de mortalidad por cáncer de mama de hasta un 28%, y una reducción del riesgo de mortalidad por cualquier causa de hasta un 31%. Esto se comprobó especialmente en mujeres posmenopáusicas, con hasta un 35% menos de riesgo de mortalidad por cualquier causa.

No es posible calcular la dosis efectiva de lignanos en la dieta a partir de estos hallazgos con las enterolactonas, dado que el microbioma intestinal que colabora en el metabolismo de los lignanos varía significativamente entre personas.

También hubo otros resultados calificados como "sugerentes". Es decir, que dispondrían de una evidencia científica consistente pero no lo suficientemente sólidos para justificar recomendaciones dietéticas:

- El té verde tendría un efecto de reducción del riesgo de recurrencia de cáncer de mama de hasta un 44% en mujeres con cáncer de mama en etapa I o II. El mayor efecto se daría con el consumo de entre 3-5 raciones por día o incluso más según los estudios llevados a cabo en Japón

- El consumo de lignanos antes del diagnóstico de cáncer de mama se relacionaría con una reducción del riesgo de hasta un 34% en la mortalidad por cáncer y del 19% en todas las causas de mortalidad en mujeres posmenopáusicas. Sin embargo, el consumo de lignanos en mujeres premenopáusicas se asociaría con un mayor riesgo de mortalidad. Esto indicaría, según los investigadores, que depende del entorno hormonal, aunque se precisaría más investigación al respecto. 

- El consumo de verduras crucíferas no fue concluyente, y estaría posiblemente influenciado por la ingesta promedio bastante baja (menos de 120 g diarios) en los estudios revisados.

Será necesario realizar estudios más sólidos que analicen las dosis más efectivas de estos compuestos, y sobre todo el hecho de si comenzar a consumirlos después del diagnóstico tiene el mismo efecto que un hábito dietético de por vida antes de sufrir la enfermedad.