Unas bananas con bacterias en su corteza.

Unas bananas con bacterias en su corteza. istock

Nutrición

Esta es la razón por la que debes lavar los plátanos siempre en España antes de comértelos

Los expertos en seguridad alimentaria advierten sobre los riesgos potenciales asociados con la manipulación inadecuada de los alimentos.

16 octubre, 2023 01:41

La práctica de lavar los plátanos antes de pelarlos y consumirlos ha estado tradicionalmente ligada a personas con una higiene percibida como extrema. En el contexto de una pandemia, las recomendaciones sobre la higiene han recibido una atención renovada, particularmente cuando se trata de la manipulación de frutas y verduras en el hogar. 

Aunque a primera vista pueda parecer innecesario lavar un plátano debido a su cáscara protectora, los expertos en seguridad alimentaria advierten sobre los riesgos potenciales asociados con la manipulación inadecuada de los alimentos, incluso los que vienen con su propia "envoltura" natural.

El primer argumento para lavar los plátanos radica en la posibilidad de contaminación cruzada. Aunque la cáscara del plátano actúa como una barrera entre el ambiente y la pulpa comestible, la manipulación incorrecta puede transferir bacterias, virus y otros microorganismos del exterior al interior. Por ejemplo, si un plátano tiene bacterias en su superficie y se utiliza un cuchillo para cortar la punta, estas bacterias pueden ser transferidas fácilmente a la pulpa comestible. Además, si los plátanos están sucios y se pelan a mano, hay un riesgo de contaminación si luego se toca la pulpa sin lavarse las manos.

Además, los plátanos, como muchos otros productos agrícolas, pueden estar expuestos a pesticidas y otros químicos utilizados en la agricultura. "Aunque los residuos de pesticidas en los plátanos están dentro de los límites permitidos por la Unión Europea, la eliminación de cualquier residuo adicional mediante el lavado es una práctica recomendada", explica José Luis Rodríguez, tecnólogo de alimentos. Esto se vuelve especialmente relevante si se considera que los plátanos pueden viajar largas distancias desde el lugar de cultivo hasta llegar al consumidor, siendo expuestos a varios ambientes y sustancias en el camino.

"Lavar los alimentos con piel gruesa es una de las mejores prácticas para minimizar la transferencia de suciedad o microorganismos del exterior al interior de la fruta. Esta práctica se vuelve aún más crucial cuando se considera que utensilios como cuchillos pueden actuar como vehículos de transmisión de microorganismos entre la cáscara y la pulpa", añade Rodríguez.

También es importante considerar que, aunque la cáscara del plátano es gruesa y puede parecer impermeable, microorganismos como las bacterias pueden adherirse a su superficie. Las cáscaras de este alimento son tan susceptibles a albergar bacterias como las frutas y verduras de piel más suave y delicada. Por lo tanto, la suposición de que la piel gruesa del plátano proporciona una barrera impenetrable puede no ser siempre correcta.

La limpieza adecuada del plátano no requiere mucho esfuerzo ni tiempo. Lavar esta fruta bajo agua corriente y frotar su superficie puede ser suficiente para eliminar la suciedad visible y reducir la carga microbiana. En caso de suciedad persistente, se puede utilizar un cepillo dedicado para limpiar alimentos. Además, como una medida extra de precaución, se puede utilizar una solución de vinagre y agua para rociar la cáscara de la fruta.

La mayoría de las intoxicaciones alimentarias ocurren en el ámbito doméstico debido a la falta de higiene y una incorrecta manipulación de los alimentos. Las recomendaciones sobre el lavado de frutas y verduras, incluso las que serán peladas, provienen de una comprensión basada en evidencia sobre cómo los microorganismos y los químicos pueden transferirse de las superficies a los alimentos.

Además, para aquellos que buscan una precaución adicional, especialmente en hogares con individuos en grupos de riesgo como embarazadas o inmunodeprimidos, se pueden seguir las recomendaciones de expertos como Rodríguez, quien sugiere la posibilidad de lavar el plátano con una solución desinfectante o lejía de uso alimentario, siempre siguiendo las instrucciones del fabricante. Aunque como señala Gemma del Caño, autora de Ya no comemos como antes, ¡y menos mal!’ (Ediciones Paidós): "Tiene más riesgo el alcohol que toda la vida comiendo fruta sin lavar".