Tagarninas esparragás.

Tagarninas esparragás. Mercedes P. Flickr

Nutrición

El 'superalimento' del campo español que pocos conocen: con vitaminas, sin calorías y antioxidante

Aunque durante siglos se consideró un alimento de pobres, este alimento lleno de vitaminas por fin ha obtenido el reconocimiento que merece.

23 mayo, 2023 01:12

El mundo de las plantas comestibles alberga una gran diversidad de especies sorprendentes. Las tagarninas (Scolymus hispanicus) no son una excepción. También conocida como cardo común, cardillo o cardo de olla, esta planta herbácea bienal o perenne de corta vida es nativa del sur y oeste de Europa, extendiéndose por el Mediterráneo, hasta el noroeste de Francia y tan al sur como Canarias. De su apariencia destaca su altura -puede alcanzar hasta los 80 centímetros- y sus espinas.

Su tallo es erecto y ramificado, y suele estar cubierto de una fina pelusa. Sus hojas son lobuladas y dentadas, lo que le otorga una apariencia peculiar y atractiva. Es fácil encontrarla en campos agrícolas sin cultivar, márgenes de carreteras, terrenos baldíos y áreas nitrificadas. Sin embargo, una de sus particularidades es que se trata de una especie muy adaptable a diversos tipos de suelos, desde gravas pobres hasta aluviales fértiles.

Precisamente por su capacidad para crecer prácticamente en cualquier lugar, las tagarninas han estado siempre muy presentes en la cocina rural de nuestro país. Para prepararlas, se retiraban las espinas y las hojas, y se aprovechaba el tallo, la parte comestible de la planta. Durante la posguerra, cuando el hambre atenazaba a España, fue un alimento de primera necesidad ya que estaba al alcance de cualquier persona que supiera encontrarla en campo abierto.

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En la actualidad, la gran mayoría de consumidores ignoran su existencia y no la sabrían distinguir de otra planta espinosa. Sin embargo, todavía se encuentra en los puestos de verduras, sobre todo en los pueblos andaluces. Limpias y atadas en manojos, están listas para ser consumidas.

Saludables y bajas en calorías

Por sus valores nutricionales, las tagarninas tienen similitudes con otras plantas de hoja verde, tales como la lechuga o las espinacas. Así, son una excelente fuente de vitaminas esenciales para nuestro organismo, entre ellas las A, B y C que desempeñan funciones esenciales en nuestro cuerpo. A cambio, sus valores calóricos son muy bajos: solo 27 kcal por cada 100 g de producto. De esta forma, es una excelente opción para personas que siguen dietas hipocalóricas o de control de peso.

La vitamina A presente en las tagarninas promueve el buen funcionamiento de nuestros órganos, contribuye a la formación de tejidos blandos y mucosas, y también favorece la salud ocular. Por otro lado, las vitaminas del grupo B colaboran en la formación de glóbulos rojos, esenciales para el transporte de oxígeno en nuestro cuerpo. Finalmente, la vitamina C, con sus efectos antioxidantes, es crucial para el crecimiento y la reparación de los tejidos corporales.

Además, se trata de un alimento rico en determinados minerales. Destaca su contenido en potasio, fósforo y calcio. El primero es fundamental para el funcionamiento adecuado del sistema nervioso, la contracción muscular y el mantenimiento del ritmo cardíaco. El fósforo, por su parte, desempeña un papel clave en la reparación de las células y tejidos del cuerpo. Aunque en menor proporción, el calcio presente en las tagarninas también contribuye a la salud ósea y dental.

Scolymus hispanicus, cardillo o tagarninas.

Scolymus hispanicus, cardillo o tagarninas. Júlio Reis Wikimedia Commons

Un alimento protagonista

El escritor romano Cayo Plinio Segundo, más conocido como Plinio el Viejo, ya escribió en el siglo I sobre esta planta, para referirse a ella como un 'alimento de pobres'. Sin embargo, unos dos mil años más tarde, las tagarninas han pasado a tener una mejor consideración. Prueba de ello es que en diversos pueblos se organizan eventos y jornadas gastronómicas que giran alrededor de esta espinosa planta.

Ejemplo de ello es el Día de la tagarnina, una “fiesta singular” declarada de Interés Turístico por la Diputación Provincial de Málaga. En torno al último fin de semana de marzo, “se organiza en el municipio un día especial de celebración que pretende poner en valor, no solo el uso culinario tradicional de este producto, sino los valores ambientales y paisajísticos de esta comarca”.

Pero no es este el único municipio en el que se organizan jornadas sobre la tagarnina. Por ejemplo, Chiclana es otro de ellos, donde en febrero de este 2023 se celebró la VII Semana de la tagarnina, en la que diversos establecimientos de la ciudad ofrecieron una variedad de platos donde el ingrediente principal era esta planta.

Diferentes formas de cocinarlas

Existen diversas formas de preparar las tagarninas. Una opción, muy sencilla, es cocerlas previamente y luego utilizarlas en la elaboración de un sofrito con ajos, ajetes y gambas, añadiendo al final un par de huevos para crear un revuelto sabroso.

Otra forma de disfrutar de ellas, muy típica en Andalucía, son las tagarninas esparragás, en las que se combinan con pan frito, ajo, pimentón, ñoras y comino, acompañado de un huevo cuajado.

Pero quizás, el más emblemático de los platos, pero también económico y sencillo, es el potaje de tagarninas. Se prepara con verduras que se cocinan a fuego lento junto con habichuelas, garbanzos, ajos, pimentón y aceite de oliva.