• 1 de 8

    Estableciendo nuevas rutinas

    Perder peso es un propósito que nos marcamos en España más de los que nos gustaría. Adelgazar es, para muchos, sinónimo de sufrir y esa es la razón por la que no siempre se consigue. Si bien es cierto que al principio se hace difícil comer menos y hacer ejercicio, cuando pasan unas semanas comienzan a notarse los beneficios que reporta la dieta. No sólo desde el punto de vista estético, sino, sobre todo, de la salud.

    Si nos planteamos un plan de adelgazamiento como una dieta a base de repetitivas ensaladas y de sesiones de gimnasio, es posible que nos hayamos cansado de él apenas unos días después. Por eso, es importante que comamos alimentos saludables, pero también que nos gusten. Lo mismo pasa con la actividad física, aunque sea menos intensa de lo que pensábamos al principio.

    De esta manera, comer alimentos saludables y hacer deporte dejará de ser una imposición y podremos incorporarlo a nuestro estilo de vida rutinario. A pesar de ello, no todos los días serán agradables, pero existen ciertos trucos para hacerlos más llevaderos. Reducir el hambre entre horas y aumentar la motivación es posible con sencillos hábitos. A continuación, 7 trucos para que adelgazar no sea misión imposible.

  • 2 de 8

    Bebe agua durante el día

    Mantenerse hidratado es muy importante para la salud, pero, sobre todo, si comenzamos a realizar más actividad física. La sudoración provoca una gran pérdida de este líquido, que debe ser repuesto bebiendo. Ahora bien, el agua también cumple otra función en las dietas y es que ayuda a que nos sintamos saciados en algunas ocasiones.

    Muchas veces, cuando creemos tener hambre, en realidad estamos deshidratados. Beber agua puede evitarnos ingestas de calorías innecesarias y lo mejor es hacerlo entre las comidas. Beber demasiada agua durante las comidas evita que mastiquemos en gran medida la comida ya que la usamos para tragar los alimentos.

  • 3 de 8

    Dale importancia a las proteínas

    Aunque los españoles comemos más proteínas de las que se recomiendan a la semana, cuando empezamos a realizar ejercicio, necesitamos aumentar la dosis. Una de las propiedades de las proteínas es la de reparar el daño que recibe el músculo tras la realización de ejercicio físico, pero no es la única.

    Las proteínas también contribuyen a que una dieta de adelgazamiento llegue a buen puerto. ¿Cómo? Reduciendo nuestra hambre. Las comidas con un contenido elevado de proteínas tienen un efecto saciante demostrado. Por tanto, los pescados, las carnes magras y, también, las legumbres son perfectos aliados para bajar de peso.

  • 4 de 8

    Come sin prisa

    El acto de comer debería ser siempre un momento placentero, pero casi nadie le dedica el tiempo y la atención que merece. Los horarios laborales nos empujan a engullir el desayuno o la comida o, cuando tenemos tiempo, ponemos la televisión de fondo mientras comemos. Todos estos elementos nos distraen de lo que tenemos entre manos.

    Comer prestando atención a los sabores o a la masticación es importante porque aumenta la satisfacción que experimentamos después. Por tanto, nos sentiremos más saciados que si comemos a toda prisa y, además, la digestión será menos pesada. Desarrollar la atención mientras comemos ayuda, especialmente, cuando existen problemas de ansiedad relacionados con la comida.

  • 5 de 8

    Busca alternativas saludables

    A la mayoría de nosotros nos encantan ciertos alimentos que no son saludables. Las pizzas, las hamburguesas y, sobre todo, los dulces, son alimentos que a muchas personas les gusta comer de vez en cuando para descansar de la dieta. Lo ideal es que no percibamos la dieta como un sufrimiento y, para eso, podemos buscar alternativas saludables a nuestro alimentos insanos favoritos.

    Existen pocos dulces que sean saludables y, por eso, son apartados de casi todas las dietas. Eso puede ser un drama para las personas que dicen necesitar tomar algo dulce después de comer o durante el fin de semana. Una buena solución para estas personas es acostumbrarse al sabor del chocolate con más del 80% de cacao. Tomar una onza diaria de este dulce puede ser, incluso, beneficioso para la salud.

  • 6 de 8

    Escribe un diario

    Aunque a priori puede resultar extraño, escribir un diario mientras realizamos una dieta puede mejorar nuestros resultados. La Universidad de Harvard, de hecho, realizó un estudio con más de 7.000 voluntarios en el que concluyó que quienes llevaban un diario de su dieta perdían el doble de peso que los que no lo hacían.

    Además, los diarios sobre nuestra alimentación pueden ayudarnos a detectar los puntos débiles de esta y mejorarla. Harvard recomienda que apuntemos qué comemos, cómo lo hemos cocinado, cuánta cantidad hemos tomado y a qué hora lo hemos hecho. Además, es importante resaltar dónde hemos comido, con quién, qué hacíamos mientras y, sobre todo, cómo nos sentíamos mientras comíamos.

  • 7 de 8

    Pésate una vez al mes

    La báscula es uno de los grandes villanos de las dietas dramáticas. Muchas personas convierten a este trasto en el centro de su dieta pensando que deben perder un número de calorías en un tiempo determinado. Al final, al subirnos en él podemos frustrarnos, cargarnos de pensamientos negativos y terminar por abandonar nuestra dieta.

    Conocer nuestro peso corporal es útil para observar nuestro progreso, pero no debemos apuntarlo a diario. El número que nos aporta la máquina puede variar mucho de un día para otro sin que signifique que no hacemos bien la dieta. Por eso, es mejor pesarse de vez en cuando e, incluso, puede ser interesante hacerlo cada mes.

  • 8 de 8

    Haz fotos de tu progreso

    Plantearse la dieta como una carrera por bajar el número que nos ofrece la báscula puede ser poco motivante. Sin embargo, ver la manera en la que cambia nuestro cuerpo puede ser una manera más satisfactoria de comprobar nuestra evolución. Es una manera gráfica de observar cómo nos acercamos al objetivo final.

    Eso sí, hacerse fotos debe de plantearse de la misma manera que pesarse. Es decir, deberíamos hacernos una fotografía al mes debido a que el cuerpo pasa por momentos en los que puede estar más hinchado que en otros. Por eso, no deberíamos posar frente al espejo a diario.

J. R. R.