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    España, país de tapas

    Si hay algo que gusta en España es tomar el aperitivo. Ahora, con las restricciones provocadas por la pandemia, este ritual ha pasado a realizarse fuera de la barra y en grupos reducidos. Sin embargo, sigue siendo sagrado para muchos ciudadanos. Y es que a ver quién es la guapa que se resiste a una cañita con una tapa, con el racimo de amigo de amigos que permiten la situación de excepción, en uno de los variopintos puestos del mercado de San Fernando, en el madrileño barrio de Lavapiés, por ejemplo. 

    Pero si no se quiere coger peso en el vermú del domingo ni sobrecargar la dieta con tapas poco saludables, hay que decantarse por opciones sanas como aceitunas, frutos secos, encurtidos… También hay que mantener bien lejos aperitivos como las patatas fritas y otros tantos muy grasientos. Un documento de la Fundación Española de Nutrición, titulado El valor nutricional del aperitivo, recorre las tapas típicas de las diferentes regiones de España. A continuación, los pinchos más calóricos y grasientos que es mejor que te ahorres o que tomes con moderación.

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    Callos a la madrileña

    Se trata de unos de los platos típicos del invierno de la cocina madrileña, consistente y económico. Su ingrediente principal son las tripas de vaca, que se venden en las casquerías de la ciudad, por lo que puede que no sea apetecible para todo el mundo. Al guiso se le añade chorizo, tocino, morro de vaca, morcilla y manita de ternera, por lo que sobra decir que se trata de una bomba calórica y de grasas. En concreto, según el citado trabajo de la FEN, cada tapa (medio plato de postre) aporta 415 Kcal y 29,5 gramos de grasas. 

    La OMS recomienda limitar el consumo de carne roja y carne procesada para cuidar la salud, ya que un consumo alto se relaciona con el aumento del riesgo de padecer cáncer. Estos alimentos de origen animal contiene cantidades considerables de grasas saturadas, que elevan los niveles de colesterol y que puede tener efectos negativos sobre la salud cardiovascular. Su consumo también se relacione con un aumento del riesgo de muerte en general. Por tanto, si se decide tomar este plato habrá que hacerlo de forma muy ocasional.

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    Morcilla de Burgos

    Se trata de un embutido elaborado a base de sangre y manteca de cerdo, cebolla y arroz. Cada pueblo de la región suele darle su toque especial en la elaboración. La masa que resulta de mezclar estos ingredientes se mete en una funda hecha con la tripa del cerdo. Después se fríe y se corta en rodajas. Por lo que tenemos otra elaboración bastante rica en calorías y grasas.

    Cada tapa (dos rodajas medianas y una rebanada de pan) contiene unas 455 Kcal y 35 gramos de grasas, según el citado informe de la FEN. La morcilla es una carne procesada con un contenido alto en grasas saturadas y colesterol, todo lo necesario para que se consuma de forma muy ocasional.

    Como dato curioso, señalar que la morcilla de Burgos fue reconocida por la Unión Europea con una Indicación Geográfica Protegida (IGP), que identifica un producto cuyas características y calidad se atribuyen esencialmente a su origen geográfico.

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    Croquetas de jamón y carne

    Típicas de la La Rioja y Aragón, según el estudio de la FEN, lo cierto es que las croquetas de jamón y carne son un aperitivo muy apreciado y extendido por todo el territorio. También es cierto que no es fácil dar con unas croquetas ricas, ya que muchos establecimientos las ofrecen precocinadas.

    Esta tapa tiene un importante valor calórico principalmente por dos motivos: los ingredientes necesarios para realizar la bechamel (mantequilla, harina y leche) y porque forma parte de la categoría de fritos y rebozados. Dos elementos que sirven para poder decir que no se debe tomar con frecuencia. Un aperitivio de dos croquetas caseras medianas contiene 333 Kcal y 18,8 gramos de grasa.

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    Chorizo a la sidra

    Se trata de una elaboración originaria de Asturias que consiste en cocer chorizos en sidra. A veces los chorizos se asan previamente. Los chorizos, de variedad asturiana, se colocan en una sartén, se cubren con sidra y se dejan cocer a fuego lento. Después se sirve caliente y en rodajas. Una tapa (cuatro rodajas medianas con una rebanada de pan) tiene 221 Kcal y 12,7 gramos de grasa. 

    El chorizo está hecho con carne y tocino de cerdo y se mezcla con ajo y pimentón. Todo esto se mete en la tripa del animal y se deja secar. Se trata de una carne procesada con un considerable porcentaje de grasas saturadas y de colesterol, por lo que, como en el caso de su prima la morcilla, se aconseja consumirlo de forma muy ocasional.

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    Lacón con grelos

    Un plato de origen gallego a base de lacón (pata de cerdo salada y curada típica de esta región), chorizo, grelos, patata y manteca de cerdo. El grelo es una hortaliza que destaca su contenido en betacaroteno que en el organismo se transforma en vitamina A. No obstante, se trata de una elaboración con un aporte de grasa considerable, del chorizo y la manteca de cardo, por lo que tiene los ingredienes para no tomarlo con asiduidad. Un pincho de lacón con grelos (medio plato de postre) contiene 276 Kcal y 20,8 gramos de grasa.

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    Magras con tomate

    Una tapa de Murcia, que también es popular en otras regiones del país, elaborada con carne magra de cerdo, pimiento verde, tomate, aceite de oliva y vino tinto. Aporta 257 Kcal y 14,4 gramos de grasa cada tapa.

    La carne de cerdo que se utiliza en esta elaboración es considera carne roja, que es menos saludable que la blanca, ya que tiene más grasas saturadas. En este caso, se utiliza carne magra de cerdo, o sea sin grasa, que será más sana. No obstante, como señalamos un poco más arriba, la ciencia recomienda un consumo moderado de carne roja: no más de una vez a la semana, ya que un alto consumo se asocia con un mayor riesgo de cáncer.