Varias personas intentan cruzar el cauce de la Rambla del Garruchal en Beniajan (Murcia)

Varias personas intentan cruzar el cauce de la Rambla del Garruchal en Beniajan (Murcia) Marcial Guillén EFE

Meteorología

Los meteorólogos alertan de un nuevo otoño 'caliente' con danas y lluvias torrenciales: "Puede llover como en 2024"

Un escenario tan catastrófico como el del año pasado parece "poco probable". No se descarta que en un momento dado caiga la misma cantidad de lluvia.

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Pablo García Santos
Publicada

El pasado domingo finalizó en España el verano climatológico, marcado por récords de temperatura en buena parte del país.

Como cada otoño (desde septiembre hasta noviembre), se espera que los termómetros bajen y las lluvias se vuelvan más frecuentes.

Lo que puede mantenerse entre ambas estaciones es la temperatura superficial del mar Mediterráneo. En los últimos días de agosto se han llegado a registrar valores cercanos a los 30 ºC.

Si al inicio del otoño se mantiene varios grados por encima de lo normal, podría contribuir a que una situación tormentosa ligada a una dana (depresión aislada en niveles altos) dé lugar a un episodio muy destacado de lluvia.

Así lo advierte José Miguel Viñas, meteorólogo de Meteored, en declaraciones a EL ESPAÑOL, ya que este calentamiento extremo provocaría un aumento en el aporte de vapor de agua. Y cualquier situación tormentosa se va a alimentar de este aire húmedo.

Chorro polar, factor clave

Aunque el enfriamiento del mar no es repentino, todavía es pronto como para saber si se mantendrá por encima de lo normal hasta los meses de octubre y noviembre. Lo que sí parece claro es que "ahora mismo, las condiciones no son óptimas".

También es cierto que no sólo la temperatura del mar aboca a lluvias torrenciales de manera irremediable.

El factor clave es el chorro polar. Sin aire frío bien situado en capas altas y sin aporte de vientos húmedos de levante, la temperatura del Mediterráneo, por sí misma, no produce lluvias torrenciales.

Lo que haría falta es que exista un chorro ondulado y que, además de esas grandes ondas que forme, se terminen aislando danas.

Los meteorólogos llevan observando desde hace tiempo que el patrón de chorro ondulado se ha vuelto más frecuente: "Siempre ha podido haber descuelgues de aire frío, pero no de manera tan pronunciada como en los últimos años".

Otro de los factores que influyen para que se den escenarios de precipitaciones extremas es la posición que ocupe tanto la dana que se forme como la de las que se vayan descolgando.

Si alguna se sitúa en el sur peninsular, suele corresponderse con una situación muy típica para que se desencadenen las lluvias torrenciales en el Mediterráneo.

Con esta doble circunstancia se darían unas condiciones que, si no idénticas, sí podrían ser similares.

Viñas considera que es "poco probable" que se repita un episodio tan catastrófico, pero no descarta que en un momento dado "pueda llover como en 2024", en cuanto a cantidad de lluvia se refiere.

Durante la dana que afectó especialmente a Valencia se registraron lluvias sin precedentes, con un récord nacional de 185 litros por metro cuadrado en una sola hora.

Se intuyen más precipitaciones

Para la primera parte del otoño, existe la probabilidad de que en la vertiente atlántica se produzca un periodo más seco de lo normal. En la cantábrica y en la mediterránea, la predicción estacional no muestra una señal clara.

Esto obedece a una NAO positiva (la diferencia de presión entre la zona de altas presiones ubicada en el sector de las Islas Azores y las bajas situadas sobre Islandia) con situaciones de bloqueo en el Atlántico.

Significa, como explica Viñas, que este tipo de patrón de circulación impediría que las borrascas entren de lleno en la Península, y podría dar lugar a períodos duraderos en los que no haya lluvias.

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) estima que hay un 45 % de probabilidad de que el trimestre sea más seco de lo normal en buena parte del oeste y centro peninsular.

Los mapas, por el momento, no muestran una clara tendencia. Pero así como en el oeste peninsular aparece una ligera anomalía seca, en el Mediterráneo se intuyen precipitaciones por encima de la media de la época.

Las primeras tendencias también señalan que las lluvias pueden situarse por encima del promedio en la primera quincena de septiembre en el norte del golfo de Valencia, extremo septentrional y Canarias, mientras que en el resto predominarían las anomalías secas.

Es cierto, eso sí, que un solo episodio de lluvias torrenciales le puede dar la vuelta al balance pluviométrico del otoño y del año en cuestión de horas, como apunta Samuel Biener en su predicción para este otoño.

También hay ciertas señales en los mapas que indican la posible formación de anticiclones de bloqueo en latitudes altas, reflejo de un chorro polar bastante ondulado.

Esto puede dar lugar a danas, lo cual "no es sinónimo de lluvias torrenciales". Tampoco es cierto que todas las precipitaciones extremas estén causadas por una dana.

"Es lógico que la palabra dana te lleve a pensar en un episodio tan dramático", comenta Viñas. "Pero son pocas las que justo terminan aisladas en la zona más crítica, que es el sur peninsular".