Vista del incendio forestal que afecta a Las Médulas, en la comarca de El Bierzo (León).

Vista del incendio forestal que afecta a Las Médulas, en la comarca de El Bierzo (León). Ana F Barredo EFE

Medio ambiente

El 'cóctel molotov' que complica la extinción de incendios como el de Las Médulas: "La situación es totalmente desfavorable"

Las altas temperaturas registradas por la ola de calor, junto con la sequía y la disponibilidad de combustible, desencadenan que el fuego avance sin control.

Más información: La paradoja de los incendios forestales en España: por qué su intensidad es mayor pero causan menos muertes

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Los incendios forestales arrasan amplias zonas del noroeste, centro y sur peninsular en plena ola de calor.

En Castilla y León, cinco de los 13 fuegos que están activos permanecen en nivel de gravedad dos, mientras que el incendio de Chandrexa de Queixa (Ourense) ya alcanza las 1.600 hectáreas.

Este lunes, también se ha declarado un incendio en la localidad madrileña de Tres Cantos, que ha causado un fallecido, y otro en Tarifa (Cádiz), que ha obligado a evacuar a más de 2.000 personas.

La simultaneidad es un factor que dificulta las labores de extinción. Pero no es el único por el que se están dando estos incendios de gran magnitud.

Impacto del calor prolongado

La ola de calor, que atraviesa España desde el pasado 3 de agosto, favorece la propagación del fuego. No sólo por las altas temperaturas que se registran durante el día, sino también por la noche.

En muchas ocasiones, explica a EL ESPAÑOL el ingeniero técnico forestal José Ramón González Pan, las noches son fundamentales porque se pueden tomar decisiones una vez bajan las temperaturas.

En los incendios de Castilla y León y Ourense no pueden contar con esta 'ventaja' ya que las temperaturas nocturnas están siendo excepcionalmente altas.

Tras desalojas dos urbanizaciones, los bomberos trataban de controlar las llamas del incendio de Tres Cantos (Madrid).

Tras desalojas dos urbanizaciones, los bomberos trataban de controlar las llamas del incendio de Tres Cantos (Madrid). Efe

A ello se le suma que "con estos días de calor extremo, la sequedad es muy marcada en el combustible".

Y es que pese a haber tenido una primavera húmeda, que ha provocado que la vegetación crezca, la situación actual es bien distinta.

Las altas temperaturas están generando el riesgo de grandes incendios simultáneos por lo que se conoce como sequía térmica (flash drought, en inglés).

Así lo explica Cristina Montiel Molina, catedrática de Análisis Geográfico Regional en la Universidad Complutense de Madrid, en declaraciones a SMC España.

Este fenómeno está provocado por el impacto concentrado y prolongado del calor en la vegetación y en el suelo, aun cuando las lluvias de la primavera pasada han impedido la sequía hídrica.

Al haber más continuidad de la vegetación, por las precipitaciones primaverales, la dificultad para apagar el fuego "es todavía mayor".

"Lo que es bueno para la vida natural también tiene su tragedia", reflexiona González Pan, quien lamenta que "la naturaleza sea así de cruel".

Además de que "en estos momentos, cualquier estupidez humana en el monte —sea intencionada o no— es capaz de generar incendios".

Vegetación propensa a arder

La sequía térmica, eso sí, no es la única causa de las condiciones de disponibilidad de combustible, con la vegetación propensa a arder con alta intensidad y velocidad de propagación.

Las fuertes rachas de viento y las tormentas secas "completan un escenario meteorológico en el que se desencadenan grandes incendios en diferentes puntos a la vez, por cualquier causa de ignición".

Imagen del fuego declarado en la localidad leonesa de Yeres que ha afectado al espacio natural de Las Médulas.

Imagen del fuego declarado en la localidad leonesa de Yeres que ha afectado al espacio natural de Las Médulas. Ana F Barredo EFE

En el que ha afectado al espacio natural de Las Médulas, catalogado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad, se han registrado rachas de viento de hasta 50 kilómetros por hora.

Su presencia hace que se trasladen con más facilidad las pavesas (pequeños fragmentos de vegetación ya ardiente), provocando nuevos focos en la dirección de propagación del incendio.

"En estos días, la situación es totalmente desfavorable", sintetiza González Pan.

Más allá de España

Este 'cóctel molotov', como lo define Cristina Santín Nuño, científica titular del CSIC y jefa del Departamento de Biodiversidad y Cambio Global del Instituto Mixto de Investigación en Biodiversidad (Universidad de Oviedo-CSIC), no sólo se está viendo en España.

Según el Sistema de Información de Incendios Forestales de la Comisión Europea (EFFIS, por sus siglas en inglés), hay dos países por encima del nuestro en hectáreas arrasadas por el fuego en 2025.

Se trata de Rumanía, con más de 120.000, y de Italia, cercana a las 60.000. En España son 57.522.

La cifra es algo mayor a la ofrecida por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), con casi 40.000 hectáreas hasta el pasado 3 de agosto.

A principios de junio, eran unas 10.000, por lo que en verano se ha cuadruplicado la cifra de superficie forestal afectada.

En este periodo también ha aumentado el número de grandes incendios (aquellos que superan las 500 hectáreas), pasando de 'sólo' uno a 14.

Aún quedan lejos los datos de 2022, cuando por estas fechas se habían superado ya las 200.000 hectáreas.

Pero, como advierte González Pan, cuatro grandes incendios pueden hacer que la estadística 'se dispare'.

Incendios hasta el otoño

Por el momento, los vecinos de Las Médulas ya regresan a sus casas, mientras que el incendio de Chandrexa de Queixa permanece en nivel de gravedad dos.

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), en su última predicción, ha acortado la duración de la ola de calor, y se espera que finalice este martes.

La previsible bajada de las temperaturas haría que "la intensidad de la llama baje, disminuyendo la propagación del fuego" en una zona en la que suelen ser habituales los incendios forestales.

Según el último informe elaborado por el MITECO, con datos de 2006 a 2016, Galicia es la comunidad autónoma con el mayor número de siniestros registrados, seguida por Castilla y León.

Lo que no es tan común es la época en la que se están dando los incendios de este año, puesto que comienzan a ocurrir a partir de mediados de agosto, de manera habitual.

La temporada de incendios se está alargando en el noroeste peninsular, según asegura Adrián Regos Sanz, investigador posdoctoral Ramón y Cajal en la Misión Biológica de Galicia (MBG-CSIC) y jefe del grupo de investigación ECOP – Ecología del Paisaje, a SMC España.

Cree que sería previsible que se sigan viendo nuevos incendios hasta bien entrado el otoño, antes de que lleguen las lluvias y cuando la vegetación está más estresada por la sequía.

González Pan no muestra tanta contundencia por su parte: "Eso nunca se sabe. Ha habido campañas hasta mediados de septiembre y otras que se han prolongado incluso hasta noviembre".