
El último censo nacional, que se realizó entre 2012 y 2014, estima que hay unos 2.500 lobos.
La misión imposible de saber cuántos lobos hay en España: "El tema está politizado y los datos producen un sesgo científico"
Hay investigadores que aseguran que las cifras reales son inferiores a las que ofrecen las administraciones por las metodologías "incompletas" que utilizan.
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En España, había 297 manadas de lobo (unos 2.500 individuos), según el último censo realizado entre 2012 y 2014. Nadie parece fiarse de esta cifra. Aunque los motivos de unos y otros detractores son bien distintos.
Para la Unión de Agricultores, Ganaderos y Selvicultores de la Comunidad de Madrid (UGAMA), "la Administración estatal ha impuesto una protección especial al lobo por tratarse de una especie en peligro de extinción sin ningún censo nacional fiable". Reclaman que se lleve a cabo uno nuevo que permita gestionar adecuadamente a su población, pues el existente "está desactualizado" y considera que "solamente en Castilla y León podría haber más lobos que en toda Francia".
Lo cierto es que para este año se espera el tan 'ansiado' censo. O al menos así lo prevé el biólogo Mario Saénz de Buruaga, quien ha participado como director científico de los censos de País Vasco y Castilla y León: "Las comunidades autónomas ya han remitido los datos al Ministerio", asegura a EL ESPAÑOL.
Prefiere no entrar en detalle hasta que se publique. Sí que reconoce que los resultados son "favorables". Aunque es probable que ni siquiera con esta actualización la comunidad científica se ponga de acuerdo con la cifra real de lobos que hay en España.
La protección del lobo
Éste fue precisamente el motivo por el que surgió un proyecto científico bajo el nombre de Voluntariado Nacional para el Censo del Lobo Ibérico. Su director, el investigador independiente de la Universidad de Alcalá de Henares (UAH) Ángel Manuel Sánchez, critica que la dinámica poblacional de esta especie a nivel nacional se está estudiando "con metodologías incompletas".
Una de ellas es el radiomarcaje que se realiza en las zonas donde el lobo intenta asentarse. Es un método "muy negativo" porque, además de "producir un sesgo científico tremendo", se radiomarcan los individuos de manera aleatoria, por lo que "se obtienen unos datos sesgados". Si se combinara con otras metodologías, Sánchez cree que sí que serían útiles los radiocollares.
Otro de los errores es que "las administraciones se basan en un tamaño medio de manada que es irreal". Para llevar a cabo las estimaciones, se calcula que una manada debe tener entre ocho y diez ejemplares. Aunque, según el investigador de la UAH, en España las manadas no cuentan con este volumen, sino que se mueven entre los tres y cinco ejemplares.

Un ejemplar de lobo Ibérico.
De esta forma, se obtiene "una cifra mucho más elevada que la real", la cual "ha servido para cazar cientos de lobos en toda España" hasta 2021, cuando se prohibió su caza al incluirlo en el Listado de Especies en Régimen de Protección Especial (Lespre). Para Saénz de Buruaga, sin embargo, la caza no ha actuado en detrimento del lobo. Tampoco "hay ningún dato" que la correlacione con su buen estado: "Lo que está claro es que mientras ha sido especie de caza, el lobo ha seguido creciendo".
No está de acuerdo con la protección estricta del lobo, puesto que puede causar que haya quien "se tome la justicia por su mano, bien sea con fuego, veneno o furtivismo intenso". Por su parte, Sánchez considera que los que defienden que la protección perjudica a la especie son los lobbies que quieren matar al lobo, para quienes "cualquier argumentación es válida" aunque sea "falso" que se protege a una especie a la que se permite cazar.

A la espera de conocer los datos del censo nacional, aquellos que se han realizado a nivel regional muestran que la población se ha mantenido estable en los últimos años. En Galicia, por ejemplo, el censo realizado en 2022 registró 93 mandas, sólo tres más de las que había en 2013.
La amenaza del ganado
El mismo incremento se ha producido en Asturias, donde la población aumentó de 40 a 43 manadas en 2023. En este censo también se destaca que aquel año los lobos atacaron a 3.256 animales. Para compensar las pérdidas causadas, el Gobierno del Principado tuvo que abonar 1,1 millones de euros. La cifra más alta desde que existen registros.
En Castilla y León, la comunidad en la que se asientan más manadas, se alcanzaron los 3.558 ataques en 2023. Un aumento del 33% respecto al dato registrado dos años atrás, cuando se incorporó el lobo al Lespre. En la Comunidad de Madrid, que tiene una media de 175 ataques anuales, hay contabilizadas cinco manadas.
Una de ellas ha matado, en la sierra madrileña, 11 corderos, 4 ovejas y 4 sementales de gran valor genético en cinco ataques consecutivos que tuvieron lugar la semana pasada. Para Saénz de Buruaga, mientras que el lobo y el ganado compartan territorio "siempre habrá ataques": "Tienen siglos de historia y no hay una medida concreta con la que se puede asegurar su fin".
Entiende que estos incidentes causen "el hartazgo" de la ganadería, especialmente si suceden de manera reiterada; puesto que "un buen ganadero lo que quiere es que no le maten las ovejas, no que se las paguen". Las indemnizaciones por ataque de lobo varían según el animal y sus características. Aunque se pueden llegar a superar los 3.000 euros por una sola presa.
Por este motivo, el director de Voluntariado Nacional para el Censo del Lobo Ibérico denuncia que haya comunidades que pagan a los ganaderos pese a que no quede demostrado que el ataque ha sido pertrechado por un lobo. También "se oculta porque causa menos alarma" que en algunas zonas donde el lobo intenta asentarse los perros atacan mucho más.
Sánchez considera que "el tema del lobo está muy politizado". No sólo en España, sino también en Europa. Aunque en nuestro país se ha utilizado este animal como "chivo expiatorio de un buen número de problemas". Saénz de Buruaga, por su parte, prefiere no apuntarse a "las tesis buenistas" que pueden "traer repercusiones negativas para el lobo". "Ya lo dijo Félix Rodríguez de la Fuente en los años 70: 'Que haya lobos donde tiene que haber'", concluye.