Esta morsa ha elegido la cubierta de un submarino para descansar.

Esta morsa ha elegido la cubierta de un submarino para descansar. Jeroen Hoekendijk SINC

Medio ambiente Hábitat

Una morsa abandona su hábitat natural en el Ártico para descansar sobre un submarino neerlandés

Para 2035 se prevé que el Ártico esté completamente libre de hielo durante el verano. Las morsas dependen de este hielo marino para descansar.

15 noviembre, 2021 00:53

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Aunque las morsas (Odobenus rosmarus) son mamíferos habituados a los fríos mares árticos, a veces se internan mucho más al sur, hasta el punto de aparecer en sitios tan inesperados como España, Francia, o, incluso en Holanda, como es el caso de una hembra de morsa que ha aparecido descansando en este país sobre un submarino.

"Las morsas son conocidas por nadar grandes distancias y solo podemos elucubrar acerca de las razones que han llevado a esta en particular a alejarse de su helado hábitat en el Ártico", cuenta a SINC Jeroen Hoekendijk, del Real Instituto de Investigación Marina holandés (NIOZ), autor de las fotos.

La morsa eligió como lugar de descanso —en una curiosa coincidencia— un submarino clase Morsa de la armada neerlandesa llamado Zr. Ms. Dolfijn, atracado en el puerto de Den Helden, donde Hoekendijk pudo fotografiarla descansando tranquilamente en múltiples ocasiones.

Un avistamiento inusual

En Países Bajos existen referencias de avistamientos de morsas desde 1521, año de la pintura de Durero Cabeza de una morsa. "Por tanto, no podemos relacionar el avistamiento de este animal con el cambio climático, aunque, por supuesto, el calentamiento global supone una gran amenaza para las morsas en general", apunta el experto.

Para 2035 se prevé que el Ártico esté completamente libre de hielo durante el verano. Las morsas dependen de este hielo marino para descansar, tener a sus crías y mudar de piel.

La morsa, descansando en la cubierta del submarino.

La morsa, descansando en la cubierta del submarino. Jeroen Hoekendijk SINC

A medida que retroceda el hielo, las distancias a las zonas de alimentación aumentarán, provocando todo tipo de restricciones energéticas a estos animales: "necesitarán más tiempo para llegar a estos lugares, dejando menos tiempo disponible para buscar comida o amamantar a las crías", advierte el investigador.

"Además, estamos viendo un aumento de morsas que salen a tierra —en lugar de al hielo— lo que provoca una mayor competencia por el espacio". Una problemática que, según Hoekendijk, sale bien reflejada en el documental Planet Earth.

Esta hembra de morsa, que algunos medios han bautizado como Freya, seguirá un tiempo alimentándose del marisco que encuentre en el Mar de Wadden y descansando en sus costas, aunque el científico espera que en algún momento "sea capaz de volver a su hábitat natural, en las heladas aguas del Ártico".

No muy lejos de allí, la Cumbre por el Clima de Glasgow ya ha culminado su semana de negociaciones, algunas de ellas, relacionadas con la mitigación del impacto del calentamiento global en el lugar de origen de este mamífero marino, que, ajeno a los entresijos humanos, seguirá explorando mundo tranquilamente a de miles de kilómetros de su hogar.