Divisan un centenar de delfines calderón negro en la Costa Brava.

Divisan un centenar de delfines calderón negro en la Costa Brava. Fran Arnau EFE

Medio ambiente

Ésto es lo que un centenar de delfines quiere decirnos con su aparición en la Costa Brava

El calderón es una especie típica del Mediterráneo, aunque siempre busca aguas más profundas y es "complicado" localizarlo cerca de la costa.

30 mayo, 2020 02:53

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Un centenar de ejemplares de calderón negro o calderón común (Globicephala melas), una especie de la familia de los delfines habitual en el Mediterráneo pero rara de avistar en la Costa Brava, se ha dejado ver en el cañón submarino de Begur (Girona).

El pasado 21 de mayo, un grupo de biólogos miembros de la Asociación Noa18nusos, que se dedica desde hace más de una década a la observación y divulgación de la vida marina aunque se constituyó oficialmente hace dos años, salió en velero del Port Marina de Palamós y, a escasos kilómetros, se encontró con los animales.

Avistados un centenar de delfines calderón negro en la Costa Brava.

El calderón es una de las ocho especies típicas del Mediterráneo, aunque siempre busca aguas más profundas, por lo que los expertos califican de "complicado" localizarlo cerca de la costa.

Como en el caso de otros avistamientos que se han producido esta primavera en el litoral gerundense, la suma de los efectos del temporal Gloria con la aportación de nutrientes al mar y la tranquilidad del confinamiento han favorecido su presencia.

"Aunque científicamente no se puede demostrar, nos parece mucha casualidad y es muy significativo que, tras dos meses sin barcas recreativas, con una drástica reducción del hombre, el primer día que salimos al mar veamos algo así", ha señalado el biólogo marino Jordi Corona.

Corona está convencido de que la presencia humana molesta a la fauna mediterránea y subraya que, "sin el impacto del hombre, hay dos meses de calma y los animales van cogiendo terreno".

Este biólogo pudo grabar a los calderones negros poco después de las 10.00 horas a entre seis y ocho kilómetros de la costa en el cañón de Begur, un área de gran profundidad frente al municipio del mismo nombre y a los de Palafrugell y Palamós.

Avistaron, explica Corona, "un grupo bastante disperso, con unos cincuenta individuos, pero, entre las 5 y 11 millas -entre 8 y 18 kilómetros aproximadamente- fuimos encontrando otros y, en total, seguro que había más de un centenar". La explicación para este biólogo es que se trata de animales gregarios, con una gran cohesión social y que son muy vulnerables si se quedan aislados.

Especie protegida

Hay dos tipos de calderones, el negro y el gris, el último más frecuente, mientras que el primero "seguramente lo era décadas atrás y, quizá, lo sea en el Mediterráneo Occidental y en otros puntos del litoral catalán, pero aquí no se le había visto nunca", sostiene Corona.

El avistamiento no fue solo fruto del azar, ya que se escogió esa área, un valle submarino que nace cerca de la costa y que pasa rápidamente de 60 a 1.500 metros de profundidad, según relata otro biólogo de la asociación, Albert González, quien puntualiza que "estos elementos topográficos constituyen toda una dinámica de sedimentos y nutrientes de interés para los cetáceos".

Dentro del grupo de los delfines, los calderones negros se caracterizan por no tener hocico y por esa especie de cabeza de caldero -de donde viene su nombre- muy globuloso, con una estructura dentro que se denomina "melón" y que les sirve para detectar a sus presas en la oscuridad. Son animales tautófagos, ya que se alimentan solo de cefalópodos como el calamar, y pueden llegar a medir siete metros y pesar unas 3,5 toneladas.

Además, en los grupos en que se mueven normalmente siempre hay un macho dominante, fácilmente reconocible por que tiene la cabeza mucho más globulosa y una aleta dorsal con una base muy ancha. Son totalmente negros o gris muy oscuro y solo tienen una mancha blanca como si fuera un ancla en la zona del pecho, son muy tranquilos y, cuando coinciden con embarcaciones, se acercan a ellas.

Teniendo en cuenta que, a pesar de que no está en riesgo de extinción, es una especie protegida en toda España, González recuerda que hay "una normativa que regula las maniobras de aproximación a estos animales, con los que no te puedes bañar ni a los que puedes molestar".

Los miembros de Noa18nusos, que disponen de todos los permisos tanto de la Generalitat como del Ministerio de Transición Ecológica para sus actividades, saldrán de nuevo a navegar esta semana en busca de un nuevo avistamiento. Los detalles de sus avistamientos están a disposición de toda la ciudadanía y también los comparten con otras asociaciones o entidades para ampliar el conocimiento sobre estas especies.