Ratones modificados para tener síntomas de autismo (Science)

Ratones modificados para tener síntomas de autismo (Science)

Investigación

Un 'cóctel' de nutrientes mejora la capacidad de socialización en ratones modificados para tener síntomas de autismo

La suplementación con zinc, serina y aminoácidos de cadena ramificada restauró la actividad neuronal de los ratones modificados al nivel de los del grupo de control.

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P. Fava
Publicada

Las claves

Un cóctel de zinc, serina y aminoácidos de cadena ramificada mejora la sociabilidad en ratones con síntomas de autismo.

La combinación de suplementos restauró la actividad sináptica y redujo la hiperactividad neuronal en la amígdala de los animales.

Administrados por separado, los nutrientes no tuvieron el mismo efecto positivo sobre la función cerebral ni el comportamiento social.

Expertos destacan que, aunque los resultados son prometedores, se necesitan estudios clínicos en humanos y una validación más amplia.

Investigadores de la Academia Sinica de Taiwán han determinado que la suplementación alimentaria con zinc, serina y aminoácidos de cadena ramificada -valina, isoleucina y leucina- tiene la capacidad de mejorar los síntomas relacionados con el autismo. Según publican en la revista PLOS Biology, este 'coctel' fue probado en tres modelos de ratón modificados para tener rasgos autistas.

Los nutrientes identificados están relacionados con la capacidad para regular la formación y la actividad sináptica entre neuronas, una comunicación que se ve afectada por los trastornos del espectro autista (TEA). La combinación de los tres suplementos nutricionales se planteó como una intervención más efectiva que su suministro de manera separada.

El 'cóctel' sirvió para alimentar a tres modelos de ratones a los que se había inducido diversos síntomas de autismo. Los investigadores midieron la cantidad de proteínas relacionadas con las sinapsis neuronales mediante la detección de imágenes de los iones de calcio. Eso les permitió valorar la actividad neurológica en la amígdala, y los marcadores de actividad social.

La suplementación alteró los cerebros de los animales hasta el punto de que la expresión de las proteínas en la sinapsis se asemejaba a la de los ratones convencionales. La hiperactividad anormal de las neuronas en la amígdala también se redujo después de administrar el cóctel. Los comportamientos sociales mejoraron, pero no se obtuvieron resultados al administrar los nutrientes por separado.

"Por separado, las altas concentraciones de estos tres suplementos nutricionales pueden mejorar la función sináptica mediante diferentes mecanismos", explica uno de las autoras, Tzyy-Nan Huang. "Sin embargo, en dosis bajas, no son efectivos. Es emocionante observar que la combinación de los tres en baja cantidad puede restaurar los proteomas sinápticos y mejorar la sociabilidad.

"Los autores correlacionan las ‘mejoras conductuales’ en los ratones con el restablecimiento de la actividad y conectividad de una región cerebral concreta como es la amígdala basolateral, implicada en la memoria asociativa ante situaciones de miedo o dolor", explica Víctor Briz, científico titular en el Instituto de Salud Carlos III en declaraciones a Science Media Centre.

"Aunque muestran mediante experimentos de proteómica que dichos nutrientes aumentan los niveles de ciertas proteínas sinápticas con funciones importantes en la comunicación neuronal, no demuestran que los síntomas de TEA sean causados por déficits en esas proteínas o en dichos nutrientes", apunta el experto.

"Estos resultados han de tomarse con cautela, aunque sean interesantes y prometedores", concluye Briz, que trabaja en el área de Toxicología Ambiental del Centro Nacional de Sanidad Ambiental. "Convendría llevar a cabo estudios epidemiológicos y clínicos para que sean validados en humano".

"El autismo es una afección humana, mientras que los modelos de ratones utilizados en este estudio muestran características genéticas y conductuales relevantes para el autismo, pero claramente no todo el espectro de la afección", matiza por su parte Tobias Bast, profesor asociado en la facultad de Psicología de la Universidad de Nottingham (Reino Unido).

Entre las limitaciones al estudio, Bast destaca que los experimentos compararon el impacto de diferentes tratamientos mediante pruebas repetidas del comportamiento social en los mismos ratones.

"El problema es que el tratamiento de control (agua) siempre se probó primero, mientras que el trío de suplementos se probó en último lugar. Por lo tanto, cualquier mejora observada con el trío de suplementos podría estar reflejando la repetición de las pruebas, en lugar de la acción beneficiosa del trío de suplementos".