El doctor Avi Loeb durante una sesión de fotos en Harvard

El doctor Avi Loeb durante una sesión de fotos en Harvard Jon Chase / Harvard Gazette Imagen cedida

Investigación

Loeb, el polémico astrofísico de Harvard que dice que el cometa 3I/ATLAS podría ser tecnología alienígena "posiblemente hostil"

Las teorías sobre alienígenas vuelven tras un artículo científico que sugiere que el último cometa interestelar hallado podría ser una nave extraterrestre.

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El potente telescopio ATLAS, instalado en la comuna chilena de Río Hurtado, localizó el tercer objeto interestelar que se ha avistado en toda nuestra historia a principios del pasado mes de julio. Lo llamaron 3I/ATLAS y se dirige directamente a nuestro sistema solar.

Esta visita ha emocionado a los investigadores del espacio porque se trata de un objeto procedente de algún mundo más allá de nuestro alcance. La NASA ha advertido que tendremos hasta el invierno para observarlo y conocer sus secretos.

"Se formó en otro sistema estelar y de alguna manera fue expulsado al espacio interestelar", explica la NASA. "Durante millones o incluso miles de millones de años, se ha desplazado hasta que recientemente llegó a nuestro sistema solar".

El 3I/ATLAS viaja por el universo a una velocidad de 61 kilómetros por segundo, pero se acelera según se acerca a nuestro Sol. Ahora bien, que nadie se preocupe porque, según la NASA, nos saludará de lejos: concretamente, a 240 millones de kilómetros de distancia.

Los científicos han determinado que 3I/ATLAS es un cometa, es decir, un cuerpo rocoso con un núcleo helado seguido por una icónica cola de gas y polvo. Las redes sociales, eso sí, se han llenado de publicaciones que aseguran que, en realidad, es una nave alienígena.

Pero lo más sorprendente es que estas afirmaciones proceden de un artículo firmado por un profesor de la célebre Universidad de Harvard, Abraham Avi Loeb. "Este objeto podría ser tecnológico y posiblemente hostil", propone en su artículo.

Aunque Loeb advierte que sus hipótesis son puramente pedagógicas y él mismo señala que lo más probable es que se acabe determinando que 3I/ATLAS es un objeto natural y no artificial, da algunas razones para mirar con "apertura de mente y sin prejuicios".

Ninguna de ellas ha convencido a la comunidad científica. "La Ciencia se rige por la llamada navaja de Occam o regla de simplicidad: si hay dos teorías que permiten explicar un fenómeno, la más simple es probablemente la correcta", explica Raúl de la Fuente.

De la Fuente es investigador postdoctoral ligado al proyecto ENIMUS desarrollado en la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y también es profesor visitante en la Stanford University, en Estados Unidos. Actualmente, estudia la evolución de 3I/ATLAS con su equipo.

La idea más sencilla

"No hay ni un solo dato científico objetivo que permita excluir el origen natural de los objetos interestelares en favor de un origen artificial, que sean objetos fabricados por una inteligencia extraterrestre", explica de la Fuente.

No es la primera vez que Avi Loeb trata de explicar el origen de un cuerpo interestelar en los alienígenas. De hecho, es lo que dijo también del primer objeto avistado procedente de otro sistema estelar, el cometa 1I/’Oumuamua. Este hallazgo se produjo en 2017.

En una entrevista con la BBC, el astrofísico explica que este primer objeto tenía una forma extraña "como de tortita" y que su ausencia de cola le hizo pensar que probablemente fuera un "receptor que se comunica con sondas que ya están en la Tierra".

"No existe ninguna evidencia observacional que excluya un origen natural para los objetos interestelares ya conocidos: 1I/’Oumuamua, 2I/Borisov y 3I/ATLAS", insiste de la Fuente. Aunque reconoce que no podemos saber cómo será el siguiente objeto interestelar.

"Nadie puede prever con certeza absoluta cómo será el futuro 4I, podría ser natural o artificial. Necesitamos descubrirlo primero y conseguir datos, exactamente como hemos hecho con los tres objetos interestelares conocidos", continúa el experto.

Loeb publicó en el año 2021 el libro Extraterrestre: la humanidad ante el primer signo de vida inteligente más allá de la Tierra, que expone sus teorías de origen extraterrestre para Oumuamua, y fundó The Galileo Project.

Este último proyecto está centrado en encontrar evidencias de señales de civilizaciones alienígenas en nuestro propio planeta y, tal y como explicó Loeb a EL ESPAÑOL, fue financiado por varios millonarios a los que les llamó la atención su libro.

En 2023 realizó una expedición para encontrar piezas de tecnología de alguna civilización alienígena que terminase en nuestro planeta. La comunidad científica criticó este trabajo, pero Loeb continúa ofreciendo charlas sobre vida extraterrestre.

Otras teorías alienígenas

De la Fuente, sin embargo, explica que las "teorías artificiosas" sobre fenómenos espaciales han sido muy frecuentes en los últimos años. "Cuando en 1991 se descubrió el primer miembro del cinturón de asteroides Arjuna, 1991 VC, múltiples voces se alzaron indicando que al tener una órbita muy similar a la de la Tierra no podía ser de origen natural".

El astrofísico explica que estas voces afirmaron que era "una sonda espacial de origen extraterrestre que nos estaba observando" como lo hacen las nuestras. Con el paso de los años se fueron descubriendo el resto de asteroides que forman el cinturón, todos naturales.

"Estoy convencido de que algo similar acabará ocurriendo con la teoría del origen artificial de los objetos interestelares", señala de la Fuente. Pero, ¿por qué conocemos tan pocos cuerpos interestelares? Los científicos pensaban hace décadas que debían existir.

Este investigador explica que hasta 2017 había dudas de que nuestra tecnología pudiera captar estos cuerpos, pero una vez apareció Oumuamua estaba claro que sí era posible. Sin embargo, desde entonces sólo se han detectado dos.

"Probablemente los objetos interestelares no son tan fáciles de detectar como algunos modelos predicen, quizás debido a que existe algún proceso que desactiva estos objetos haciendo que su brillo intrínseco disminuya mucho", señala.

Sobre las hipótesis de Loeb, de la Fuente explica que "el objetivo último de la Ciencia no es conseguir titulares periodísticos llamativos o vender libros de divulgación, sino aplicar el método científico para avanzar nuestro conocimiento del Universo y de la Naturaleza".

"Creo que la opinión pública es más sabia que lo que algunos pretenden y cuando se escuchan hipótesis poco realistas saben distinguirlas de las que probablemente son correctas", explica de la Fuente.