José Folch fue el director del proyecto que consiguió la 'desextinción' del bucardo.

José Folch fue el director del proyecto que consiguió la 'desextinción' del bucardo.

Investigación

Los científicos españoles que se adelantaron 21 años a Colossal: así lograron 'desextinguir' al bucardo durante 10 minutos

Fue la primera vez en la historia en la que se consiguió, mediante clonación, que una especie extinguida, como esta subespecie de cabra montés, 'resucitara'.

Más información: La trampa de Colossal, la empresa que 'resucita' especies extinguidas: "Parece un lobo gigante, pero es un perro"

Pablo García Santos
Publicada

La creación de tres cachorros de lobo terrible ha suscitado las dudas de los científicos acerca de la 'desextinción' de especies, una labor en la que España fue pionera aunque no con el mismo éxito obtenido por la empresa Colossal Biosciences: la bucarda nació por cesárea y murió a los pocos minutos.

"Era la única especie extinta, hasta la fecha, que se había conseguido 'desextinguir'", presume José Luis Alabart, investigador del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA). Es el único en activo de los que participaron en la primera 'desextinción' de un animal de la historia. Y es que de aquello han pasado ya más de 20 años, pues sucedió un 30 de julio de 2003.

El objetivo inicial, en realidad, no era la clonación del bucardo, una subespecie de cabra montés que se había extinguido tres años antes de que lo 'resucitaran'. "La idea era aplicar técnicas de reproducción asistida para reforzar su conservación", recuerda Alabart en declaraciones a EL ESPAÑOL.

Se estimaba que aún quedaban vivos unos 11 ejemplares. Ninguno de ellos eran machos, por lo que se intentó la reproducción con otra subespecie de cabra montés que no estaba en peligro de extinción y era muy cercana al bucardo. Aunque "alguna hembra quedó gestante, no se consiguió ninguna cría".

Era 1999 y sólo quedaba una hembra con vida. Fue entonces cuando se tomó la decisión de clonar al bucardo. Para ello, se capturó al último ejemplar, una hembra llamada Celia, de la que "se extrajeron células que se congelaron en nitrógeno líquido para intentar una posible clonación en el futuro".

Apenas unos meses después, el bucardo que había sido devuelto a la naturaleza tras la captura para la recogida de las muestras fue "encontrado muerto debajo de un árbol caído". En estas circunstancias, como apunta Alabart, la clonación era lo único que podía hacerse para tratar de mantener esta subespecie de cabra montés.

Una 'desextinción' de minutos

Para clonar el bucardo, los investigadores realizaron dos experimentos. En el primero de ellos no se logró ningún embarazo, sí así en el segundo, en el que se consiguieron un total de siete. Aunque sólo en uno de ellos se consiguió llevar a término la gestación, después de que se hubiera introducido el núcleo de las células de bucarda en óvulos de cabras domésticas.

Los autores no podían decir que era la primera vez que se producía la clonación de una cabra, pues se trata de un animal que ya se ha clonado con éxito en anteriores ocasiones. Sí que podían presumir, como recogieron en un estudio, de que habían conseguido crear el primer animal nacido de una subespecie extinguida, ya que el análisis del ADN nuclear confirmó que el clon era genéticamente idéntico a las células donantes del bucardo.

La bucarda nació, como relata Alabart, por cesárea en el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón, aunque contaron con la colaboración de otras instituciones españolas y europeas. Lo negativo de este hito científico fue que la bucarda apenas sobrevivió unos 10 minutos.

El fallecimiento se debió a la imposibilidad de respirar que estaba causada por una malformación pulmonar. Sospechan que pudo producirse por un fallo en la reprogramación nuclear, un problema que se suele detectar en animales clonados de diversas especies.

Un segundo intento fallido

Pese a que el primer intento no había resultado del todo exitoso, los investigadores quisieron realizar un segundo experimento una década después para comprobar al menos que el material genético que aún se conservaba del último bucardo seguía siendo viable para volver a intentar otra clonación.

Lo cierto es que pudieron comprobar que, después de tantos años desde que obtuvieron las células, estaban en buen estado. Tanto es así, que llegaron a fecundar in vivo a varias cabras, aunque no se consiguió llevar a término ninguna gestación.

Desde entonces, no han llevado a cabo un nuevo intento. No sólo porque muchos de los investigadores ya no forman parte del CITA, sino porque no encuentran financiación suficiente. Una buena muestra del escaso interés por parte de las autoridades es que el último ejemplar de esta especie extinguida estuvo abandonado durante una década en un taller de taxidermia en Zaragoza hasta que se trasladó al centro de visitantes del Parque Nacional de Ordesa, donde murió Celia.

El reciente anuncio de Colossal plantea un dilema al que ya se enfrentaron los científicos españoles que 'resucitaron' al bucardo: ¿Qué sentido tiene 'desextinguir' a una especie? El propio Alabart, como ya comentó en una anterior ocasión a este periódico, era partidario de fomentar los programas de conservación, siendo de especial importancia "actuar cuando aún quedan bastantes ejemplares". Justo lo contrario de lo que sucede con el lobo gigante, extinguido desde hace más de 10.000 años.