Diana Morant y Juan Cruz Cigudosa, en una foto de archivo.

Diana Morant y Juan Cruz Cigudosa, en una foto de archivo. Gobierno de Navarra

Ciencia

Malestar en el Patronato del CNIO: convocado tres veces sin conocer la carta que alertaba a Ciencia de contratos dudosos

El ministerio apunta que no ha conocido la denuncia de la Fiscalía hasta ahora aunque el denunciante escribió al nº2 de Morant para advertirle en agosto.

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Las claves

El Patronato del CNIO se ha reunido tres veces desde verano sin ser informado sobre presuntas irregularidades en los contratos del centro, pese a que el Ministerio de Ciencia había recibido alertas al respecto.

Un exdirector de operaciones denunció ante Anticorrupción la existencia de contratos inflados, no ejecutados y posibles delitos en el CNIO, con un presunto desfalco de hasta 25 millones de euros.

El denunciante solicitó una auditoría urgente al Ministerio de Ciencia, pero el Patronato solo fue informado de expedientes disciplinarios a empleados, sin detalles sobre las irregularidades señaladas.

Tras revelarse la denuncia, el Ministerio de Ciencia ha convocado una reunión extraordinaria del Patronato para analizar la situación actual del CNIO.

El Patronato del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), su órgano rector, se ha reunido tres veces desde verano sin haber sido informado de las presuntas irregularidades del centro, pese a que el número 2 del Ministerio de Ciencia había sido informado sobre ellas.

El 27 de junio, el exdirector de operaciones del centro puso una denuncia en Anticorrupción alertando sobre la existencia de contratos inflados, otros no ejecutados y otros posibles delitos. El montante total del presunto desfalco ascendería hasta los 25 millones de euros.

El denunciante había empezado a recabar información a finales del año pasado y en marzo de este escribió por primera vez al Secretario de Estado de Ciencia, Juan Cruz Cigudosa, de sus pesquisas y pidiendo una auditoría inmediata de los contratos del centro. No tuvo respuesta.

Lo intentó de nuevo el pasado 18 de agosto, después de que el CNIO le abriera un expediente disciplinario que desembocaría en su despido a finales de dicho mes.

En esa ocasión, según cuenta a EL ESPAÑOL, recibió respuesta de parte de Eva Ortega Paíno, secretaria General de Investigación del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades. Le indicaba que informaría a la Comisión Delegada y al Patronato del centro, que ella preside.

Sin embargo, fuentes cercanas al Patronato, que ha sido convocado de urgencia el próximo martes, apuntan que este se ha reunido en los meses de agosto, septiembre y noviembre sin haber sido informados del asunto.

"No sabemos nada", cuentan a este periódico. "Solo fuimos informados de que se había abierto expediente disciplinario a dos empleados sin dar más explicaciones".

Este último hecho, con todo, es normal pues "el Patronato no suele tratar ese tipo de cuestiones, más del día a día". Pero no ocultan su malestar por la falta de información.

Ha sido tras la revelación de la denuncia presentada a Anticorrupción y adelantada por El Mundo cuando el Ministerio de Ciencia, que dirige Diana Morant, también secretaria general del PSPV-PSOE, ha decidido convocar una reunión extraordinaria del Patronato para tratar el asunto.

Desde el ministerio apuntan que no tienen constancia de que la Fiscalía de Madrid (a quien derivó la denuncia Anticorrupción) haya notificado al CNIO ninguna denuncia y que "el Tribunal de Cuentas está auditando los ejercicios correspondientes a los años 2022, 2023 y 2024".

No aclaran, sin embargo, si el secretario de Estado de Ciencia o la secretaria General de Investigación recibieron la misiva del cargo expedientado.

Cinco reuniones

El Patronato del CNIO está formado por 15 personas. La presidencia de honor corresponde a Diana Morant, y la efectiva a Eva Ortega. La vicepresidencia la ostenta Marina Pollán en calidad de directora general del Instituto de Salud Carlos III.

Como vocales natos figuran representantes de los ministerios de Ciencia y Sanidad, de Presidencia del Gobierno, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y del Instituto de Salud Carlos III, así como cuatro representando a las comunidades autónomas (actualmente están Baleares, Castilla y León, Extremadura y Murcia).

Además, figuran tres vocales electivos, que representan a fundaciones colaboradoras con el centro: la Fundación BBVA, la Fundación Científica de la Asociación Española contra el Cáncer y la Fundación Cris de Investigación para Vencer el Cáncer.

El Patronato se reúne de forma ordinaria dos veces al año. Este 2025 ya van cuatro. Una quinta tendrá lugar el próximo martes para realizar un "análisis de la situación actual del centro".

En la primera reunión del año, el 29 de enero, se decidió por unanimidad la destitución de la directora científica, María Blasco, y del gerente, Juan Arroyo, una solución salomónica tras la crisis abierta por las cartas de una mayoría de líderes de equipo que pedían una solución para los problemas del centro, además de sustituir a Blasco.

Se abrió entonces un periodo de interinidad en el liderazgo del CNIO y de su gestión, mientras se convocaba un concurso internacional para seleccionar al nuevo director científico y gerente.

El 4 de septiembre se anunció la incorporación de Raúl Rabadán al frente del liderazgo científico, y de José Manuel Bernabé, de la gerencia. Este segundo ya está asentado en el puesto, mientras el primero todavía no ha aterrizado en el centro.

Poco antes, el de 30 agosto, se producía el despido de dos personas. Precisamente, las que habían estado indagando en la ejecución de los contratos de gestión de los últimos 18 años y habían denunciado la situación a la Fiscalía.

A estas personas se les había abierto un expediente disciplinario el día 5 del mismo mes. El comité de empresa del CNIO, así como parte de los directores de programa y de las unidades de biotecnología, habían elevado cartas a la dirección para oponerse a dichos expedientes, pero el despido se produjo.

Antes, el día 18, los denunciantes escribieron a Juan Cruz Cigudosa reiterando lo dicho en su misiva de marzo: la necesidad de una auditoría urgente para dilucidar lo que estaba pasando en el centro, pues sospechaban que muchos contratos habían sido inflados o, directamente, no habían sido ejecutados.

También alertaban de que era necesario recuperar sistemas de trazabilidad del material adquirido para confirmar que, efectivamente, ese material existía y estaba en manos del centro.

Calculaban que el montante de los contratos sospechosos ascendían a unos 11 millones de euros. En la denuncia de junio se incluyeron otras posibles irregularidades, que sumaban en total entre 20 y 25 millones.

Sin embargo, en las reuniones del Patronato de los meses de agosto, septiembre y noviembre se informaba sobre el proceso de selección de los nuevos responsables del centro y se trataba de recuperar la normalidad, pero no se hizo alusión alguna a las sospechas transmitidas al Ministerio.

El ex alto cargo que las ha denunciado señala que la secretaria general de Investigación hizo acuse de recibo, pero el contenido de la misiva no se puso finalmente en conocimiento de los miembros del Patronato.

Fuentes cercanas al organismo rector del CNIO señalan a este periódico la extrañeza y malestar por no haber sido informados a su debido tiempo del contenido de la carta, lo que podría haber dado pie a una auditoría antes de que el escándalo estallara.