Álvaro Moleón, psiquiatra.

Álvaro Moleón, psiquiatra. Cedida

Ciencia

Moleón, el psiquiatra que usa magnetismo contra el suicidio: "Muchos compañeros creen que todo se cura con diálogo"

"A diario vienen pacientes a mi consulta que dicen 'es la última oportunidad que me doy'" / "Alrededor del 20% de los suicidas no tienen una enfermedad mental de base"

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El suicidio es la causa por la que mueren alrededor de 4.000 españoles cada año, una cifra que triplica la de muertes por accidente de tráfico. En la mayoría de casos, el suicidio está producido, a su vez, por un trastorno depresivo mayor.

La investigación en prevención del suicidio avanza cada día. En este sentido, el Instituto Andaluz de la Salud Cerebral (IASC) ha publicado un estudio en la revista Clinical Neurophysiology en el que confirman los buenos resultados de la estimulación magnética transcraneal.

También conocida por sus siglas EMT, se trata de una técnica de neuromodulación que se administró a 104 participantes con depresión resistente a los tratamientos y ansiedad. La técnica hizo desaparecer la ideación suicida en el 61% de esos participantes.

"Pero, además de reducir el riesgo de suicidio, también han mejorado los síntomas de ansiedad y de depresión de los participantes. Las sesiones de tratamiento duran una hora y se hicieron durante 30 días laborales consecutivos", explica Álvaro Moleón.

Moleón es psiquiatra en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, director médico del IASC y principal autor del estudio. Ahora presenta los resultados de este estudio en las III Jornadas de Actualizaciones en Neuromodulación celebradas en Sevilla y organizadas por la Sociedad Española de Psiquiatría Clínica (SEPC).

¿Qué resultados obtuvo tu equipo en este estudio?

Establecimos un protocolo de EMT bilateral en la corteza prefrontal de los participantes: estimulamos el lateral izquierdo e inhibimos el derecho. Todos ellos tenían ideación suicida, tanto pasiva —pensamientos de muerte— como activa —planes concretos—.

Tras 30 sesiones conseguimos que desapareciera toda idea y plan de hacerse daño en el 61% de esos 104 pacientes. Para nosotros este estudio supone un cambio de paradigma en el tratamiento de la conducta suicida.

En España hay más de 4.000 suicidios al año, hay accidentes de tráfico que en realidad son suicidios y no se contabilizan como tal. Esta terapia es una solución rápida, efectiva y tolerada para reducir esas terribles cifras.

¿Cómo es la EMT?, ¿se parece a un imán?

Bueno, es una terapia no invasiva que se hace en el ambulatorio y el paciente está despierto cuando se realiza. Es una bobina electromagnética que se coloca en la zona del cerebro que quieres estimular, primero ves esa zona con resonancia magnética.

Es como un traje a medida, en función del trastorno y los síntomas eliges la zona en la que actúas. La bobina libera impulsos magnéticos que atraviesan las partes no conductoras de la electricidad —como el pelo, el cráneo o las meninges— y llega a la corteza cerebral.

Ahí estimula las neuronas, que sí conducen la electricidad, de una manera muy específica. El impulso magnético se convierte en electricidad: y puedes activar o inhibir los circuitos necesarios para que el cerebro funcione correctamente.

Al final, los pacientes pueden tener un dolor de cabeza que se soluciona con un analgésico común. El efecto más temido es una convulsión, que también ocurre con la medicación, y sólo sucede en una de cada 30.000 sesiones.

¿Cómo se mide la reducción de las ideas suicidas? Parece difícil saberlo realmente.

Lo hacemos con pruebas psicométricas, tests. Utilizamos la escala de Hamilton, que va del uno al cuatro, siendo el cuatro un riesgo de suicidio en las próximas horas. Los participantes tenían una media de tres y pico, y cuando terminó el estudio, de uno.

¡Casi tres puntos menos en el riesgo suicida! Los que tenían una idea más clara de cómo hacerse daño y los que tenían síntomas depresivos más potentes fueron los que más se beneficiaron de la EMT.

Si se implementara en toda España, ¿esperáis resultados similares en la población?

Si la técnica se usa en esas 4.000 personas que se suicidan, sí. Pero también falta tener clínicos con pericia que se den cuenta de quiénes son esos pacientes y, además, que llegue a ofrecerse como tratamiento antes de lo que se hace ahora.

La EMT se da en pocos hospitales y cuando ya han fallado otros métodos. Yo estoy seguro de que ayudará a salvar muchas vidas y es una obligación de los psiquiatras y psicólogos reducir el dato de muerte por suicidio en España.

La EMT se ofrece en 30 hospitales en España, ¿hay reparos a la hora de incorporarla?

Puede parecer que 30 son pocos, pero hace nada eran sólo 10. El aumento está siendo muy exponencial y la idea es que se ofrezca en todo el país, como pasa en Estados Unidos. Pero en España siempre vamos tarde en tecnología y aval científico.

También hay desconocimiento entre los psiquiatras sénior, pero se está haciendo mucha labor de divulgación y hay mucho interés. La psiquiatría, además, es la única rama de la medicina que tiene dentro una antipsiquiatría.

Me explico. Un tercio, aproximadamente, de los psiquiatras están en contra de tratamientos biológicos, de neuromodulación o antipsicóticos de liberación prolongada. Todo lo quieren curar con la palabra y el diálogo. Donde están estos médicos, es más difícil de implantar.

Los psiquiatras siempre decís que tenéis la leyenda negra de la época de las lobotomías…

La mayoría de pacientes que hacen EMT son resistentes a tratamientos o experimentan efectos secundarios de los mismos. Se hacen el tratamiento porque es muy bien tolerado. Al contrario de lo que pasaba con las lobotomías. Eso era una aberración.

¿Podemos saber ya si sus efectos son duraderos?

Lo que se está viendo es que, si el tratamiento funciona, si sacas del hoyo a una persona que llevaba en él ocho años, no le quites el tratamiento en seco. Sigue dándole terapia, pero de una manera más espaciada en el tiempo.

Una sesión cada tres meses, por ejemplo. A diario oigo en mi consulta a pacientes decir "eres mi última esperanza", "esta es la última opción que me doy". Esas sesiones de mantenimiento pueden recordar al cerebro del paciente qué circuitos debe seguir.

¿Y es barato?

El dispositivo cuesta entre 30.000 y 100.000 euros, pero es una técnica muy rentable. Termina resultando más barato que el uso de fármacos, pero además también reduce los costes indirectos. Como el tiempo de baja laboral que pasa un trabajador.

Los expertos en suicidios dicen que es un fenómeno multifactorial atravesado por la economía, la cultura, la política… ¿La EMT prueba que, en realidad, es una cosa muy fisiológica?

Llevo muchos años estudiando el suicidio, escribí un libro junto a mi padre sobre el tema, y es cierto que se puede ver desde muchas perspectivas. No todos los suicidas tienen una enfermedad mental, la mayoría sí. Deben ser un 70%.

Otro 20% o 25% deciden no seguir viviendo a pesar de no tener una patología, han perdido el arraigo a la vida. La inmensa mayoría no es así y la depresión mayor es la causa más común de que se produzca un suicidio.

En la depresión mayor vemos una hiperactividad de la corteza cingulada subgenual anterior y una disminución de la actividad en la corteza frontal del cerebro. Por eso, estimulamos con EMT, para normalizar el funcionamiento del cerebro.