El chef David de Jorge (54), que perdió 140 kilos en cinco años

El chef David de Jorge (54), que perdió 140 kilos en cinco años

Ciencia

David de Jorge (54), chef, que perdió 140 kilos en cinco años, tajante: "Este desayuno tomo a diario y nunca hago dieta"

El conocido cocinero vasco, también conocido como Robin Food, desvela cuál es su secreto para adelgazar tantos kilos.

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El chef vasco David de Jorge, más conocido como Robin Food, es uno de los grandes referentes de la cocina televisiva en España, pero en los últimos años ha sido noticia por algo más que sus recetas.

Su espectacular cambio físico ha sorprendido a todos: pasó de pesar 267 kilos a perder alrededor de 140 kilos, un proceso de hasta cinco años y lleno de obstáculos en el que se mezclan disciplina, intervenciones médicas y un cambio radical de hábitos.

"Me cuido todo lo que puedo y disfruto haciéndolo porque organizo mi compra y mi nevera y mis pucheros y guiso mucho, que es el mejor antídoto contra la enfermedad”, confesó en una entrevista el cocinero de 54 años.

Además, subrayó que no se trata de un sacrificio, sino de un modo de vida que le permite mantenerse en equilibrio.

Y aunque pueda parecer que vive sometido a un plan estricto, él mismo lo desmiente con claridad: "Yo no hago dieta, nunca he hecho dieta. Lo que hago es comer normal, organizarme y evitar los excesos", explicó en una ocasión.

Su lucha contra la obesidad comenzó con ayuda médica: en 2012 le colocaron un balón gástrico y un año más tarde se sometió a una reducción de estómago.

Más adelante, en 2017, se enfrentó a una complicada abdominoplastia para retirar la piel sobrante tras la gran bajada de peso. "Seis meses jodido", recuerda sobre aquella etapa, aunque asegura que mereció la pena porque salió "como Superman del quirófano".

El cambio en su alimentación fue profundo. Aunque asegura que no vive pendiente de una dieta cerrada, sí ha modificado lo que come a diario.

El desayuno es un buen ejemplo de su sencillez y equilibrio. De Jorge ha contado que su favorito suele ser un café con leche y un caqui, una fruta muy rica en beta caroteno y vitamina A, beneficiosa para la salud de huesos, piel, cabello y músculos.

Según sus propias declaraciones, no le gusta complicarse la vida a primera hora del día ni cargar el cuerpo de calorías innecesarias, y por eso prefiere esta combinación ligera y nutritiva, que le da energía para arrancar sin excesos.

En otras ocasiones opta por una tostada integral con aceite de oliva virgen extra y jamón york, o una compota de manzana o pera, y a media mañana y en la merienda suele recurrir a algo tan sencillo como una manzana.

En sus comidas predominan los productos frescos, frutas, verduras, carnes magras, ensaladas y pescado. Se da caprichos gastronómicos de vez en cuando, pero los controla. Como él mismo reconoce, "envejezco con dignidad y mantengo a raya a ese gordo que tengo dentro y quiere salir todo el rato".

El movimiento también se ha convertido en parte fundamental de su vida diaria. No se obsesiona con entrenamientos extremos, sino con mantenerse activo: caminar todo lo posible, dar paseos por la playa, montar en bicicleta eléctrica y evitar el sedentarismo.

"Mover el culo es vital, pero sin volverse loco", resume con su tono directo. Esa constancia, unida a la cirugía y a su nueva forma de alimentarse, ha sido lo que le ha permitido perder más de 140 kilos en varios años y mantenerse en un peso mucho más saludable.

El propio chef ha reconocido que hubo momentos oscuros, en los que incluso pensó que le daba igual morir.

Hoy, sin embargo, asegura que ha recuperado la ilusión y disfruta de una vida distinta, con más energía y mejor salud metabólica.

Su historia es la de alguien que no buscó una dieta milagro, sino un cambio profundo y sostenido y que comparte sin tapujos tanto las dificultades como los logros.

Por eso su testimonio inspira a miles de personas que luchan contra la obesidad: demuestra que con ayuda, disciplina y compromiso personal es posible darle la vuelta a una situación límite y recuperar la alegría de vivir.